Cumplimiento: valor y seguridad de la empresa
FORBES- 12 de junio de 2018
Una cadena de integridad y el
respeto a las normas que comienza por los directivos y permea a todas las áreas
de la empresa, es esencial para la competitividad y salud organizacional.
De acuerdo con el Reporte de
Competitividad Global del Foro Económico Mundial (WEF, por sus siglas en
inglés), México ocupa el lugar 51 de 137 países evaluados en materia de
competitividad. Sin embargo, en el pilar instituciones se va hasta el lugar
123.
A finales del mes pasado, fue
presentado el estudio de KPMG “Perspectivas de la alta dirección en México
2018”, que refleja la percepción de más de 900 directivos de empresas del país
sobre las principales variables que requieren para incrementar su
competitividad. Para 82% de los encuestados, el combate a la corrupción es la
principal.
Al igual que sucede en un país,
la manera de combatir la corrupción e impunidad en las empresas, es
implementando una cultura de la legalidad en todos los niveles de la
organización. A esto se refiere el término de cumplimiento o compliance,
definido por el Comité de Basilea como la función independiente que
“identifica, asesora, alerta, monitorea y reporta los riesgos de cumplimiento
en las organizaciones, es decir, el riesgo de recibir sanciones por
incumplimientos legales o regulatorios, sufrir pérdidas financieras o pérdidas
de reputación por fallas de cumplimiento con las leyes aplicables, las
regulaciones, los códigos de conducta y los estándares de buenas prácticas”.
La falta de cumplimiento implica
cuatro niveles de riesgo para la empresa: reputacional, regulatorio, legal y
financiero.
El departamento de compliance
gestiona y supervisa todas las cuestiones relacionadas con el cumplimiento
normativo: desde el levantamiento de un reporte por riesgo, la asignación de un
equipo de investigación, la documentación y la resolución. Es un cargo de gran
responsabilidad pues implica tomar decisiones que impactan muchas áreas de la
empresa y que afectan los intereses personales de quienes incumplen, que pueden
ocupar posiciones de poder dentro de la empresa.
El éxito de una estrategia de
cumplimiento se basa en:
Políticas claras y actuales.
Canales de reporte.
Evaluaciones de riesgo.
Auditorías y monitoreo.
Comunicación robusta.
En este contexto, el Comité de
Legalidad y Estado de Derecho de American Chamber of Commerce of Mexico llevó a
cabo el Taller de Cumplimiento “Herramientas y mejores prácticas para las
empresas”.
De este ejercicio, destacan como
puntos relevantes para la aplicación exitosa de una cultura de cumplimiento
organizacional:
Autonomía: el área de compliance
debe trabajar de forma independiente a las demás áreas de la empresa, incluida
la Dirección General. Sin embargo, debe mantener una colaboración constante, para
asegurar investigaciones y recomendaciones de fondo.
Rigor en los procedimientos:
Denise Guillén, Directora Legal para Latinoamérica de Nielsen, enfatizó que al
tener un impacto potencial en la reputación y seguridad de las personas y la
empresa, el seguimiento a los reportes de incumplimiento conlleva una
investigación minuciosa y una toma de decisiones que responda a:
El nivel de riesgo detectado.
Las pruebas concluyentes. En este
sentido, existen herramientas tecnológicas que permiten llevar un control y un
seguimiento efectivo de las irregularidades, así como contribuir a la confianza
de los involucrados al permitir anonimato.
Importancia del liderazgo:
Adriana Velázquez, Vicepresidente del Comité, enfatizó que el éxito de las
estrategias de cumplimiento depende de que el líder de las organizaciones esté
involucrado y comprometido. Los líderes deben:
Actuar con el ejemplo.
Comunicar expectativas y
objetivos.
Responder rápido y de manera
efectiva.
Establecer un sistema consciente
de incentivos y medidas disciplinarias.
Comunicación y congruencia: “Las
culturas de cumplimiento no solo suceden, hay que construirlas”, enfatizó Reyna
Torrecillas, Directora de Cumplimiento de GE. La cultura organizacional, los
valores y normas de conducta que se esperan por parte del staff, deben permear
a todos los niveles, a partir de una comunicación sencilla, clara, creativa y
oportuna, que inicia desde la contratación y es reforzada con campañas que
serán exitosas si involucran al staff y reflejan la realidad de la empresa.
Manejo de riesgos: de acuerdo con
Marco Padilla, socio de Acorace Legal and Consultan, el incumplimiento de
agentes externos con actividades vinculadas a la empresa, implica un riesgo
para ésta. Por ello, es importante contar con programas de due diligence hacia
los co-licitantes, joint venture partners, consorcios, consultores y
proveedores. Un programa de due diligence puede incluir: cuestionario interno,
análisis de riesgo, cuestionario para el intermediario, solicitud de
documentación legal, verificación a partir de bases de datos públicas, llamadas
con referencias, entrevistas y entrenamientos, entre otras.
El cumplimento es esencial para
la seguridad, la competitividad y satisfacción del capital humano de la
empresa. Por esto, como agentes decisivos de cambio social, para AmCham es una
prioridad compartir mejores prácticas de nuestros socios e internacionales, que
-además de cumplir con las normas impuestas por las autoridades mexicanas y
fomentar valores organizacionales- ayuden a otras empresas a establecer
estándares y procedimientos que les permitan implementar una cultura de
legalidad y ser más competitivas, en un mercado en el que el cumplimiento es ya
parte de la estrategia de negocios.
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