El éxito como un fruto de la planeación
efectiva
FORBES- 19 de junio de 2018
La gestión por objetivos no es un
concepto nuevo, es más bien, una filosofía de administración y brinda una
valiosa guía práctica para los líderes interesados en evaluar su desempeño.
“El liderazgo efectivo no se
trata de hacer las cosas bien, se trata de hacer las cosas”
Peter Drucker
Siempre me ha gustado comparar el
campo deportivo con el mundo de los negocios: son sorprendentemente parecidos.
Las lecciones que da el terreno de juego son fáciles de aprender ya que
conectan con esa vehemencia que es capar de dominar la voluntad y que nos lleva
a lograr aquello que la razón no podría imaginar. Antes de comenzar el partido
México contra Alemania, nadie hubiéramos imaginado que la selección mexicana
podría vencer al campeón del mundo. Especialmente, los más experimentados, los
que tenían más conocimientos sobre futbol eran los que menos habrían apostado
por un triunfo mexicano. Sin embargo, el 1-0 nos sacó el grito más emocionante
que se puede escuchar: ¡Gol! Y nos desgañitábamos felices de ver como se
realizaba un anhelo en contra de toda predicción.
Por supuesto, no todo fueron los
noventa minutos que los jugadores estuvieron en la cancha. Eso fue el reflejo
del trabajo anterior y de una planeación efectiva que dio para romper expectativas.
Si Peter Drucker, el gran filósofo de la gestión administrativa hubiera visto
el partido, sonreiría feliz viendo como su teoría se confirma, una vez más. El
liderazgo efectivo planea y entiende que no se trata de hacer las cosas bien,
sino que se trata de hacer las cosas. Es decir, se trata de concebir la idea y
hacerla realidad, aunque no sea perfecta.
Si comparamos la estadística del
partido México contra Alemania, nos daremos cuenta de que la selección alemana
no hizo mal las cosas. Los alemanes estuvieron en posesión del balón durante
más tiempo en el partido: lo tuvieron el 61% del tiempo; tuvieron más tiros a
gol: veinticinco contra doce de los mexicanos; ocho tiros de esquina de la
escuadra alemana contra uno de la mexicana. Podríamos aventurarnos y decir que
en general Alemania jugó mejor que México, si le hacemos caso a las
estadísticas. Pero, la selección de Juan Carlos Osorio confirma lo que dice
Drucker, tal vez los números de los alemanes lucen mejor, pero México hizo lo que
tenía que hacer y metieron un gol.
Drucker sostenía que si confías
demasiado en el poder del trabajador corres riesgos de anarquía, si confías
demasiado en la superioridad del control sacrificas la creatividad. El truco
para los líderes que buscan tener éxito es determinar metas a largo plazo, pero
al mismo tiempo permitir a los miembros del equipo trabajen formas para la
obtención de esas metas. Es decir, la planeación efectiva se trata de elevar la
mirada y fijarla en la meta, al mismo tiempo que se trabaja en el día a día
para conseguirlo.
En opinión de Drucker, no hay
nada tan inútil como hacer con gran eficiencia algo que no debería haberse
hecho en absoluto. En los deportes, como en los negocios la forma es fondo,
pero de nada sirven si no conseguimos llegar a la meta. Para Drucker, la piedra
fundacional del éxito es el análisis. En sus primeros años de vida profesional,
se dedicó a observar grandes corporaciones como General Motors y propuso
modelos de gestión efectiva. Los modelos de gestión efectiva corren por dos
rieles muy importantes: la disciplina y el fortalecimiento del equipo. Un líder
efectivo observa y detecta cuales son las mejores cualidades de cada uno de los
integrantes con los que cuenta y los pone a hacer aquello en lo que son mejores.
El acento está en el logro y cómo llegar a ello.
La gestión por objetivos no es un
concepto nuevo, es más bien, una genuina filosofía de administración y brinda
una valiosa guía práctica para los líderes interesados en evaluar su desempeño,
diagnosticar sus propias fallas y mejorar su productividad, así como la de su
compañía. De esta manera, Drucker se proponía llegar al común de la gente
interesada en aprender a administrar, lograr objetivos y llegar a las metas
planteadas.
Esta filosofía lleva un método
que sirve como directriz de análisis. Si algo se hace bien, no se debe a la
improvisación y se puede replicar la fórmula para otras oportunidades. Si algo
sale mal, se conocen los pasos, por lo que se puede observar y detectar qué fue
lo que falló para arreglarlo. Entonces, un fracaso no es el final del camino.
Es un tropezón que nos permite calibrar y mejorar lo que no funcionó y estar
listos para el siguiente encuentro.
Hemos visto a Juan Carlos Osorio
usar cuadernitos y hacer anotaciones. Lo hemos visto experimentar y hacer
ajustes. Estuvo valorando a sus jugadores y midiendo sus capacidades. Los
seleccionados mexicanos nos regalaron los noventa minutos más sorprendentes y
maravillosos. Ninguno de los expertos anticipó el resultado. Los antecedentes
decían que Alemania como campeón del mundo sería un rival dificilísimo,
imposible de vencer.
Se sorprendió a propios y a
extraños. México rompió la racha en Copas del Mundo que Alemania tenía sin
perder. Los mexicanos queríamos conseguir una primera victoria ante los
seleccionados de Alemania a los cuales no les había podido ganar en los cinco
enfrentamientos previos que se tuvieron. Perdimos todos. Los alemanes cambiaron
la estrategia. Decidieron jugar con cuatro atrás e intentaron dominar la posesión.
Lo lograron, tuvieron el balón más tiempo que los mexicanos. Tenían un centro
del campo que controlaron. Tuvieron a Kroos y Khedira que son jugadores de
primera línea que juegan en el Real Madrid y la Juventus. El entrenador Juan
Carlos Osorio hizo un buen planteamiento para darle pelea a los dirigidos por
Joachim Löw. Los protagonistas durante el primer tiempo fueron los arqueros
Manuel Neuer y Guillermo Ochoa, quienes realizaron grandes actuaciones que
dejaron el resultado con la victoria mexicana por la mínima diferencia. Hirving
Lozano hizo lo que debía hacer: meter gol y encender el marcador a favor de
México. Se consiguió éxito en un partido que tenía un pronóstico adverso.
Juan Carlos Osorio logró lo que
no se había logrado en el primer juego de Alemania en la Copa del Mundo,
vencer. Para este partido, los cuadernos del Director Técnico funcionaron. No
se trata de echar campanas al vuelo por un primer partido, se trata de analizar
los componentes de un buen resultado. Y, parece que la planeación efectiva
tiene como fruto el éxito. Me sorprende lo similares que pueden ser el campo
deportivo y el terreno profesional.
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