Reto, distinguir inteligencia humana de
artificial
FORBES- 7 de diciembre de 2018
En el futuro, lleno de cosas
inimaginables, la inteligencia humana pura quedará rezagada como un sastre
contra una prenda de fábrica, tendrá más valor, pero no necesariamente será
mejor.
En 1950 Alan Turing, matemático
creador de los primeros algoritmos formales y considerado uno de los padres de
la computación, escribió un ensayo planteando la posibilidad de que las
máquinas pudieran “pensar”. En su ensayo propuso una prueba que consistía en
pedirle a una persona o a un jurado que interactuara alternadamente con un
humano y una computadora mediante una interface, sin saber cuál era cuál. El
jurado debía adivinar, con un número limitado de tiempo, cuál era la
computadora y cuál era el humano. En caso de que el jurado se equivocara, la
computadora habría pasado el test y sería considerada inteligente. A este
“juego” se le conoce como el Test de Turing.
Hoy, que estamos entrando a la
era de la Inteligencia Artificial, ya no existe una sola prueba de Turing, sino
cientos de estas. Por un lado, nos encontramos con las que siguen el modelo
clásico, El Premio Loebner, por ejemplo, es un premio que se otorga una vez al
año a la inteligencia artificial que mejor simule un diálogo humano, decenas de
inteligencias compiten anualmente por el premio que ha subido sus
requerimientos año con año, empezando con una interacción de cinco minutos en
el ’91 y llegando en la actualidad a interacciones de 25 min. Este año, Sundar
Pichai, CEO de Google, presentó un video donde la asistente virtual de Google
hace diversas llamadas telefónicas para solicitar servicios de una
recepcionista. El video muestra que la asistente logra hacerse pasar por humana
perfectamente, reservando una mesa y confirmando una cita de corte de pelo.
Cada vez son más los retos
(variantes de las pruebas de Turing) que han superado las inteligencias
artificiales: en 1997 la computadora Deep Blue ganó al campeón mundial de
ajedrez en su juego, en 2011 Watson, la inteligencia artificial de IBM ganó
1,000,000 de dólares en Jeopardy, al vencer al resto de los campeones y en el
2016 Alpha Go una inteligencia creada por Google, venció al campeón mundial de
Go, el juego con más movimientos del mundo.
En otros aspectos, las
inteligencias también han demostrado ser capaces de imitar, e incluso superar a
los humanos. En un TED talk de este año, Pierre Barreau, CEO de AIVA
Technologies, presentó dos composiciones musicales e invitó a la audiencia a
adivinar cuál fue hecha por una inteligencia y cuál por humanos. ¿El truco?
Ambas composiciones fueron creadas por AIVA, la inteligencia desarrollada por
la compañía de Barreau. El sitio http://botpoet.com/ reta a los usuarios a
adivinar si un poema fue escrito por humanos o bots y se describe a sí mismo
como el test de Turing de la poesía. La Inteligencia Artificial de Google fue
programada para que generara obras de arte por sí misma y a los resultados se
les ha clasificado en un estilo artístico propio, denominado “Deep dream”.
Todo esto se podría combinar con
una “interface” gráfica que nos haga creer que lo que vemos es una persona
real. Magic Leap este año presentó a MICA, su nuevo avatar para inteligencias
artificiales, que es tan real que la gente no puede evitar devolverle una
sonrisa cuando los mira.
En el futuro será muy difícil
para nosotros distinguir a los humanos de las inteligencias artificiales, pues
éstas últimas serán cada vez más rápidas y certeras. Lo más emocionante es el
efecto que estas IAs tendrán en nuestra creatividad e ingenio, nos espera un
futuro acelerado y lleno de cosas hoy inimaginables. La inteligencia humana
pura quedará rezagada como un sastre contra una prenda de fábrica, tendrá más
valor, pero no necesariamente será mejor.
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