Hacia la innovación y el crecimiento de
fintech
FORBES- 6 de octubre de 2018
Las reglas generales aprobadas
proveen de un piso parejo para las instituciones de tecnología financiera, por
medio de normas más claras y mayor certeza jurídica, ¿qué sigue?
Después de un proceso de
refinación a las disposiciones secundarias de la Ley para Regular las
Instituciones de Tecnología Financiera, promulgada en marzo pasado, el 10 de
septiembre la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), el Banco de
México (Banxico) y la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) emitieron
el primer paquete de reglas generales dentro del plazo programado, es decir, dos
años después de la entrada en vigor de la ley.
Su objetivo es regular al sector
mediante disposiciones que den certidumbre tanto a instituciones de tecnología
financiera (fintech o ITF) de reciente creación como a clientes, por lo que hoy
se vislumbra una mayor claridad en la autorización y operación de las
instituciones de financiamiento colectivo (IFC), mejor conocidas como
crowdfunding, y las de pago electrónico, además de las reglas para operación de
empresas de fondos de pago electrónico (Banxico) y las relativas a antilavado y
financiamiento al terrorismo (SHCP).
En principio se destacan, entre
otros temas, el capital mínimo de operación de las ITF, cuánto dinero podrán
aportar los clientes y los montos máximos con los que podrán operar.
Crowdfunding y lavado de dinero
En cuanto al crowdfunding, si
bien se establecen ciertas restricciones a su financiamiento, al convertirse
las fintech en entidades financieras reconocidas, las regulaciones y tecnología
se han enfocado en homologar y lograr un balance con aspectos del sistema
financiero para proteger a los usuarios y no descuidar temas como el lavado de
dinero.
En este sentido, el
establecimiento de procesos operativos adecuados será fundamental para conocer
los riesgos a los que se expone una organización y así crear los mecanismos de
administración, por ejemplo, análisis de crédito de los requirentes, criterios
de autorización, evolución de la inversión, entre otros aspectos.
Las ITF tendrán que apegarse a
reglas similares que aplican al sistema financiero, lo cual exige contar con un
oficial de cumplimiento, reportar operaciones inusuales, crear manuales en
materia de lavado de dinero, metodología de evaluación y administración de
riesgos. Asimismo, al atenerse a la regulación aplicable para recibir efectivo
y transferir recursos, la administración de riesgos se facilitará mediante la
identificación y conocimiento de su cliente, con la creación de un expediente
por cada contrato, actividad u operación que se concrete.
Servicios financieros
Uno de los mayores beneficios que
podrían traer las fintech es brindar servicios financieros a segmentos de la
población que no tenían acceso a ellos, con la ayuda de aplicaciones que
facilitarán las transacciones y reducirán costos para usuarios y operadores. En
este sentido, se calcula que, para la próxima década, las ITF en México puedan
hacerse del 30% del mercado bancario.
Las instituciones financieras han
reconocido las ventajas de trabajar de la mano con startups para incrementar
sus soluciones digitales e innovar sus servicios, con un mayor impacto en la
banca enfocada en las pequeñas y medianas empresas, según el estudio de PwC,
Redrawing the Lines: Fintech’s Growing Influence on Financial Services.
En nuestro país los cambios
podrían ser más lentos, ya que nuestro mercado posee su cadencia propia.
¿Qué buscan estas disposiciones?
Los objetivos principales de
estas reglas generales son:
Información y documentación para
solicitar la autorización para operar como ITF.
Establecer el capital mínimo para
que las entidades sigan operando.
Definir los límites para la
recepción de efectivo y transparencia de recursos de las empresas.
Reglas para la contabilidad y
revelación de información financiera al público.
La constancia electrónica sobre
riesgos que deberán obtener de sus clientes las IFC.
La metodología de valuación,
selección y calificación de los proyectos.
Los límites de recursos que las
IFC podrán mantener a nombre de sus clientes.
El plan de continuidad de negocio
para las IFC.
Estas normas sin duda fortalecen
y benefician al sector fintech en México, ya que su marco jurídico está
orientado a las mejores prácticas internacionales, que buscan condiciones
homogéneas con el resto de las entidades financieras. Adicionalmente, su
promulgación da legalidad y promueve la sana competencia, creándose un entorno
de crecimiento mediante la innovación, sin descuidar al sistema financiero y
proteger a los usuarios.
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