¿Si fueras un héroe, cuál sería tu súper poder?
FORBES- 4 de jul. de 19
Para la selección de nuestro súper poder, hay
que considerar el análisis de recursos
materiales e intangibles con los que se cuenta, análisis de actividades que nos
generan gusto y las que no.
La pregunta que están haciendo en muchos
procesos de reclutamiento y selección de personal me gusta mucho. Más que
preguntar sobre experiencia y estudios —datos que de todas maneras vienen
reflejados en el curriculum vitae—, se está indagando sobre la profundidad del
candidato. El juego es curioso: se apela a una situación fantástica para lanzar
un anzuelo en el que vamos a obtener muchos datos y uno específico, una seña de
identidad. Se busca conocer cómo se ve el candidato a sí mismo y ver si esa
visión es compatible con la empresa o no.
Es interesante, ya que tanto la forma de
respuesta, la inmediatez con la que se contesta, la seguridad con la que se
elige el súper poder tiene una incidencia directa. Nos refleja la personalidad
del candidato y la forma en la que se conoce a sí mismo y si se mira con
cuidado, podemos entender hasta los puntos ciegos que tiene sobre sí mismo esta
persona. Para entender cuál es nuestro súper poder, tenemos que saber quiénes
somos. El súper poder nos va a poner sobre la mesa las posibilidades en
positivo que tenemos y también los aspectos negativos que albergamos.
Efectivamente, los seres humanos somos
personajes redondos. Estamos compuestos por cualidades y defectos. Una persona
que es analítica puede no tener respuestas de bote pronto, preferirá tener
tiempo antes de emitir una opinión, será poco arriesgado. Una persona con
personalidad emprendedora, querrá echar adelante un proyecto y puede dejar de
justipreciar algunas variables de riesgo.
Un súper poder es una herramienta que ayuda
para identificar y contrastar fortalezas y debilidades, contra las
oportunidades y amenazas que depara el mercado, la vida personal y el terreno
profesional. Es la base de diagnóstico que podemos utilizar para definir
objetivos realistas y diseñar estrategias competitivas para alcanzarlos. Se
trata de ponernos frente al espejo y conocernos bien. También, tiene que ver
con elegir y cultivar aquellos aspectos del súper poder que nos ayudan y
controlar esa parte que no es tan gloriosa. En fin, se trata de contemplar y
analizar.
Este tipo de análisis representa un esfuerzo
para examinar la interacción entre las características particulares del
candidato o de nosotros mismos y el entorno en el cual se compite o competirá.
El conocimiento de nuestro súper poder tiene múltiples aplicaciones y puede ser
usado por a diferentes niveles tanto personal, profesional y corporativo. Si te
preguntaran en este momento, ¿cuál es tu súper poder, ¿qué contestarías?
Me parece pertinente resaltar que el análisis
debe no enfocarse solamente hacia los factores claves para el éxito de su
negocio, sino que debe resaltar las fortalezas y las debilidades diferenciales
al comparar de manera objetiva y realista con las oportunidades y amenazas
claves del entorno.
Este análisis consta de dos partes: una interna
y otra externa. La primera, tiene que ver con las fortalezas y las debilidades
de uno mismo, aspectos sobre los cuales tienes algún grado de control, las
características que son naturales e inherentes a la persona, que brotan en
forma fácil sin preparación. La segunda, contempla las oportunidades que ofrece
el entorno a personas que tienen estas características y las amenazas que debe
enfrentar en el mercado seleccionado. Una persona tímida puede hacer de la
timidez su súper poder si entiende las ventajas de ser reservado. Al
entenderlo, se gana la posibilidad de desarrollar toda su capacidad y habilidad
para aprovechar esas oportunidades y para minimizar o anular esas amenazas,
circunstancias sobre las cuales tienes poco o ningún control directo.
Para la selección de nuestro súper poder, hay
que considerar el análisis de recursos
materiales e intangibles con los que se cuenta, análisis de actividades que nos
generan gusto y las que no como interacciones, recursos gerenciales, generación
de planes estratégicos, creatividad, analizar los riesgos con relación a los
recursos y a las actividades que tendremos que realizar, análisis de
portafolio, es decir, la contribución consolidada de las diferentes actividades
que podemos llevar a cabo a partir de esta característica elegida.
Tenemos que ser cuidadosos, Superman, el último
superviviente de Krypton, es sin lugar a dudas, uno de los superhéroes más
poderosos jamás creados y un icono de la cultura popular. Entre sus poderes se
cuenta la súper fuerza, invulnerabilidad, la capacidad de volar, visión
calorífica, el aliento helado y más. Son habilidades sin parangón que, lo
llevaron a ser conocido como Hombre de Acero. Sin embargo, la criptonita es su
gran debilidad.
Con el paso del tiempo, Superman ha adquirido
otros poderes. Algunos son raros, otros algo inútiles, por eso debemos tener
mucho cuidado al elegir el nuestro. Por ejemplo, Superman estrenó un nuevo
superpoder, la explosión solar, que permitía al súperhombre lanzar energía
similar a la de la visión calorífica, pero desde cada célula de su cuerpo. Por
supuesto, este atributo ya no sabemos si nos gusta o nos da miedo.
La pregunta sobre nuestro súper poder en una
forma mucho más sutil que la anticuada forma de preguntar directamente por los
defectos de un candidato. En aquellas épocas, los aspirantes a una posición
hacían dos cosas: o se retrotraían y ahí acababa la entrevista o se descosían y
terminaban dándole al entrevistador material suficiente para mandarlo a terapia
por años. Cuidado, la reflexión que hacemos para nosotros mismos es para
ayudarnos a entrar en el interesante territorio de nosotros mismos. Pero, darle
la llave a cualquiera, es sumamente peligroso.
Hablar de nosotros mismos requiere de
tranquilidad y de observación. Tenemos que estar preparados para contestar
sobre nuestro súper poder, no nada más para hacerle entender al resto del mundo
cómo somos, sino para clarificarnos. Es conocer nuestras características
internas y externas para ponerlas a trabajar a nuestro favor. La persona no
existe ni puede existir fuera de un entorno que le rodea. Así que descubrir
nuestro punto fuerte, nuestro súper poder, permite fijar las oportunidades y
amenazas que el contexto puede presentar en una organización o en la cotidianidad.
El proceso para determinar esas oportunidades o amenazas se puede realizar
estableciendo los principales hechos o acontecimientos del ambiente que tiene o
podrían tener alguna relación.
De esta combinación de fortalezas con
oportunidades surgen las potencialidades, las cuales señalan las líneas de
acción más prometedoras. Las limitaciones, determinadas por una combinación de
debilidades y amenazas, colocan una seria advertencia. Por eso, estimar cuál es
nuestro poder, es una buena idea.
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