Retos macroeconómicos de la Libra de Facebook
FORBES- 16 de jul. de 19
Dos implicaciones básicas de diseño pueden
tener repercusiones enormes y si Facebook se propone un proyecto de esta
escala, tendrá que desarrollar reglas macroeconómicas de operación.
La Libra es una stablecoin, una moneda digital
respaldada por activos, generalmente el dólar, para evitar la volatilidad que
se observa en la mayoría de las criptomonedas. Facebook busca que sea estable,
escalable y que cumpla con la regulación. Para ello han propuesto que esté
respaldada por una canasta de depósitos bancarios de monedas estables, como el
dólar, el euro, el franco suizo, la libra esterlina y el yen.
El número total de Libras será dinámico, pues
se da prioridad a que el intercambio sea sin fricción, y se podrán emitir
nuevas monedas digitales cuando alguien quiera cambiar su moneda fíat por una
Libra, lo que aumentará la reserva que respalda el activo digital. Debido a que
las monedas son de las más estables del mundo, el valor de la Libra no debería
variar mucho. Entre otras implicaciones, se establecerá un sistema de
intercambios para los usuarios que compran fíat.
La Libra Reserve es el fondo de respaldo
establecido para Libra. Está conformado primeramente por inversiones de
Facebook y los socios del consorcio y, en segundo lugar, por el fíat
recolectado por usuarios que compran Libras. El total de activos de respaldo se
distribuirá en una red de bancos custodios alrededor del mundo y el interés
generado ayudará a cubrir los costos de mantenimiento del sistema. Estos
intereses no se compartirán con los usuarios que tengan Libras guardadas.
La prioridad hacia el intercambio fíat-Libra
sin fricción presenta un gran problema, ya que incrementa el riesgo sistémico
de “romper el dinero”, es decir, que la Libra operara con pérdidas y que su
valor de activo neto esté debajo de la ‘paridad cambiaria’.
Además, la emisión indefinida de Libras podría
poner presión sobre las herramientas que tienen los bancos centrales para
responder a una crisis. Mientras más gente use la Libra, mayor será la escasez
de activos seguros en el sistema global y la presión negativa sobre las tasas
de interés. De no tener un límite, la Libra podría devorar una enorme franja de
liquidez global de divisas extranjeras de reserva mientras establece su
flotación. Por todo esto, la flotación eventualmente tendrá que transicionar de
las reservas de fíat en efectivo a activos de valor más duradero, como valores
de gobierno.
Los dos riesgos anteriores son innecesarios
para el sistema global, máximo en esta época de probable desaceleración y
recesión. Tampoco se ha estudiado el comportamiento de la Libra o sus efectos
en caso de fluctuaciones dramáticas, como una crisis de liquidez. Esto se
agrava al ver a los socios de la Libra, ya que ninguno tiene experiencia
autoritaria como gestor de activos, y esta actividad será clave para el
sistema.
Lo anterior también importa debido a lo que
pueden hacer los ‘tiburones’ gestores de activos, quienes podrían aprovechar
este hueco para emitir sus propios pasivos vinculados a la Libra, afectando la
oferta de eurodólares en el mercado, o bien, de realizar una devaluación
competitiva, donde los gestores acumulan reservas para que su propia moneda se
depreciara estratégicamente.
A los bancos centrales les “hará ruido” que la
Libra Association fungiría como una especie de banco central, que tomará
decisiones sobre la gobernanza de la red y su reserva, que será capaz de crear
o destruir su propio activo, que fungirá como “comprador de último recurso”,
que tratará con distribuidores primarios y no con los usuarios últimos, entre
otras características mencionadas anteriormente.
Por tanto, las únicas diferencias de la Libra
Association con un banco central serán que no tendrá una política monetaria
compleja —aunque las reglas de operación sobre tasas de interés, fluctuaciones
cambiarias y crédito ya son en sí una política monetaria muy básica—, y que
busca operar como un sistema de reserva total, respaldado uno a uno el 100% del
tiempo, cosa que hacen pocos bancos centrales, como el de Hong Kong.
Además de lo anterior, existen diferentes
preguntas por resolver. Aquí algunas de ellas:
¿En qué bancos y geografías se depositarán los
dólares de respaldo?
¿Existirá una tasa de interés nominal y cómo
funcionaría? ¿Se podrá depreciar la Libra?
¿Cuáles son los equivalentes de paridad de
intereses cubiertos y cuáles no están cubiertos?
¿Cómo será la gestión de activos?
¿Llegará alguna situación bajo la que se tenga
que fraccionar la reserva?
¿Existirá una provisión en el sistema para
préstamos de bajos intereses o tasa cero?
Si los precios se salen de control, ¿se seguirá
privilegiando el intercambio sin fricción?
Como hemos visto aquí, dos implicaciones
básicas de diseño pueden tener repercusiones enormes y si Facebook se propone
un proyecto de esta escala, tendrá que desarrollar reglas macroeconómicas de
operación que aún no están detalladas.
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