Data Label,
transparentar el mercado de datos
FORBES- 13 de jul. de 19
Uno de los temas en los que tienen que trabajar
tanto la industria como la prensa, la academia y las autoridades es en la toma
de conciencia del valor intrínseco que tienen los datos personales.
Prácticamente todas las personas que trabajan
en la industria digital de la comunicación están conscientes del valor que
tienen los datos recopilados a través de diferentes métodos; y si bien es
cierto que tener datos puede ser la diferencia entre el éxito y el fracaso en
una campaña, también lo es que no todos los datos reunidos son útiles o sirven
para los mismos fines.
El creciente mercado de la recolección, compra
y venta de datos de usuarios sigue creciendo de manera agigantada y las formas
para su obtención puede ir desde la utilización de redes sociales y
aplicaciones cuyas reglas de recolección y utilización son relativamente
abiertas, hasta aplicaciones y sitios que se mueven al margen de la ética.
La demanda de datos en la industria de la
comunicación digital crece tan rápido como la cantidad de empresas que ofrecen
bases de datos supuestamente cualifcadas que podrían generar leads o
prospectos. Sin embargo, no siempre la información contenida puede ser de
utilidad, ya que las bases pueden caducar, tener perfiles que no corresponden
con el objetivo; incluso pueden tener errores en los demográficos o contener
información innecesaria.
Por ello, IAB ha lanzado un interesante
proyecto llamado Data Label cuyo principal objetivo es transparentar los datos
que pueden comercializarse para que los compradores puedan conocer mejor las
bases que adquieren y puedan tomar más y mejores decisiones.
Emulando las etiquetas nutricionales que vienen
en los empaques de comida, las etiquetas de datos concentran 4 campos:
Quién. Con los datos de los proveedores,
recolectores, representantes y medios de contacto.
Qué. Describe los datos de la audiencia, el
nombre comercial, nombre estándar, además de la descripción y la localización.
Cómo. Explica cómo se recopilaron los datos, la
forma de obtención (cookies, por ejemplo), si la audiencia puede expandirse o
si se utilizaron diferentes dispositivos para lograrlo, además de a fecha de la
última actualización, así como el rango en que podría seguir vigente.
Dónde. Expone dónde se recopilaron los datos,
ello implica contar con una identificación de la fuente, además de nivel de
precisión (individuos u hogares, por ejemplo), además de las series de tiempo
que describen (primer trimestre, p.e.).
Para adherirse a la colocación de etiquetas
digitales, IAB solicita que los distribuidores de datos se inscriban en el
programa de transparencia de datos para cumplir con los estándares que
solicitan y realizar una auditoría anual que confirme que los datos entregados
realmente corresponden a las etiquetas que se distribuyan. El objetivo es, a
final de cuentas, brindar certeza a los compradores y anunciantes para que
puedan ejercer mejor sus presupuestos y tomar decisiones asertivas.
El caso es que la recopilación de datos con
todo y el incipiente marco legal y los esfuerzos de diversas empresas que
apuestan por la transparencia, sigue siendo un tema que no es del todo
entendido por los usuarios, lo que provoca que se muchas empresas sigan
aprovechándose de la nula sensibilidad que existe al respecto. Por tanto, uno
de los temas en los que tienen que trabajar tanto la industria como la prensa,
la academia y las autoridades es en la toma de conciencia del valor intrínseco
que tienen los datos personales en Internet.
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