Cuáles son paradigmas en la economía mundial
FORBES – 27 de noviembre de 2018
Con visión de largo plazo los
nuevos gobiernos como el de Brasil y México deberán encaminar sus estrategias y
políticas para el entorno socio-económico de los próximos 10 años o más.
Empecemos por el factor humano y
su desarrollo, el importante papel del líder, la productividad -alta, cabe
decir- en las empresas de producción global, siendo estas unidades económicas
pilares de la manufactura en países latinoamericanos como Brasil, Chile y
México. Para este último, señalo algunos datos: la Secretaría del Trabajo y
Previsión Social respecto a la productividad de las exportadoras reporta un
crecimiento del 2.1% en promedio anual entre el año 2009 y el 2017; siendo esa
tasa superior a la observada en el mismo período por: la industria
manufacturera en general no exportadora de 0.8% y por la economía en su
conjunto de 0.4%. También ese ministerio del Trabajo menciona que la
productividad de la industria manufacturera maquiladora de exportación (IMMEX),
así como que en algunas de las actividades caracterizadas por las exportaciones
de productos de alta tecnología, registraron en los últimos tres años mayor
productividad laboral.
Aunado a la productividad,
cualquier economía que aspire a mejorar su crecimiento, deberá considerar la
adecuación y uso de las nuevas tecnologías y de la Inteligencia Artificial;
esto porque no solo juegan un papel importante en la producción y logística de
comercio, sino además para el futuro de nuestro desarrollo personal, social,
nacional y regional si pensamos en Centro y América Latina. Deberemos ya
entender que la tecnología puede ser amigable, que el objetivo de su empleo es
hacer que nuestras vidas sean más fáciles y que dicha inteligencia artificial
hay que asimilarla como una esperanza más que una amenaza.
Así, el tema del acelerado cambio
tecnológico forma parte de las tendencias mundiales de cambio, el cambio
climático y la globalización, como lo son también la demografía (y la
migración, como lo estamos viendo en últimas semanas desde Centroamérica, hacia
Estados Unidos pasando por México… o quedándose ahí para trabajar o tener una
mejor oportunidad de cruzar la frontera), todas esas corrientes pese a que en
el mundo están floreciendo iniciativas de proteccionismo y populismo. El cambio
tecnológico conlleva una revolución mental y de actitud, porque tiene relación
con lo digital, es transversal; es decir, está ya casi en todo y por todas
partes, se relaciona con la automatización, la “nube”, el Internet de las
Cosas, la robótica, la biotecnología, el almacenamiento de energía, la
impresión 3D, las energías renovables y un largo etcétera. Esto lo podemos
percibir con mayor claridad en la transformación del sector automotriz y las
telecomunicaciones.
Vinculada a la tecnología, la
competitividad de las personas y de las empresas es vital. Por eso la
adaptación al cambio, la preparación, la educación y el aprendizaje para estar
al día en las condiciones y competencias laborales que requiere la industria
4.0, el siglo 21. Requerimientos que serán tarea de todos: de los gobiernos
nacionales y locales, del sector privado empleador, de las organizaciones de
trabajadores, de nosotros como personas, de las familias y de organismos
empresariales de representación; si no lo entendemos así -y si no lo hacemos-
no podremos desarrollar con éxito una visión de largo plazo.
Con esa visión de largo plazo es
la que nuevos gobiernos como el de Brasil y México deben encaminar sus
estrategias y políticas para el entorno socio-económico de los próximos 10 años
o más. Entorno que con cuidado tiene que desarrollarse sobre la base de
reformas (quizás no contra reformas para eliminar lo avanzado), temas que han
despertado el interés no sólo de empresarios, inversionistas y calificadoras,
sino de la ciudadanía y las personas en general pues en el horizonte se combinan modificaciones en el manejo de
los ingresos y gastos públicos, en las medidas salariales y esquemas de
tributación, pero incluso por modificaciones en la operación geográfica como es
el caso de la zona fronteriza norte de México y regional para toda
Centroamérica.
Así como el mundo da una vuelta,
Centro y Latinoamérica deben transformarse y nosotros como personas y medios de
comunicación, debemos renovarnos.
Evidentemente las nuevas
relaciones geo-económicas internacionales generan cambios, algunos de ellos
cuáles serán abordados en este espacio.
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