Intraemprendimiento, una gran
oportunidad
FORBES- 27 de noviembre de 2018
Directores como colaboradores nos
quebramos la cabeza buscando soluciones nunca antes vistas por el mercado,
mientras ignoramos oportunidades de mejorar el servicio que ya ofrecemos.
“La única forma de tener buenas
ideas es tener muchas ideas”.
Linus Pauling
Ahora escuchamos por todos lados
la palabra ‘emprendimiento’ y las historias casi heroicas que de él se
desprenden, esas protagonizadas por personas que tenían una idea en mente, la
pusieron en práctica y, finalmente, después de algunos fracasos se convirtieron
en grandes empresarios que no conformes con las grandes recompensas obtenidas
siguen buscando cómo innovar en sus negocios y mantener su ventaja competitiva.
Sin duda siempre es emocionante
conocer estas historias de éxito, pero al mismo tiempo me resulta inevitable
preguntarme qué lugar ocupa mi empresa familiar, que opera bajo una estructura
tradicional desde hace décadas, en este ecosistema dinámico de negocios donde
las reglas cambian constantemente. Me pregunto si mi negocio estará a la altura
de los nuevos retos globales y las exigencias de los clientes; o si lo que
ofrece mi empresa será capaz de retener a los colaboradores (o a los familiares
incluso) y motivarlos para canalizar todas sus habilidades e ideas creativas al
negocio frente a la seductora posibilidad de dejarlo todo para emprender el
negocio de sus sueños. Son dudas normales que pueden aparecer en la mente de
cualquier director que se mantiene al tanto de las tendencias en los negocios y
está alerta para no quedarse al margen de ellas.
Para mí, la respuesta a dichas
preguntas está en el intraemprendimiento, una práctica que la academia define
como el tipo de emprendimiento que surge o reside dentro de las fronteras de
empresas ya existentes. Personalmente, me gusta la definición del académico
Manuel Alfonso Garzón Castrillón quien
sostiene que el intraemprendimiento “es una invención social que permite a las
personas expresar su propio potencial”, en beneficio de la empresa, agregaría
yo.
Así pues, el intraemprendimiento
consiste en echar a andar ideas innovadoras que nacen al interior de la propia
empresa, producto de la curiosidad, la pasión o el buen ojo de un colaborador
que encontró una nueva forma de solucionar un problema o mejorar un proceso al
interior de la negocio.
En el caso de las empresas
familiares, he visto cómo el intraemprendimiento resulta un excelente aliado en
el proceso de sucesión y un factor clave en la construcción de una cultura
organizacional basada en la innovación y la creatividad, activos fundamentales
para garantizar la permanencia del negocio. Estas son algunas ventajas del
intraemprendimiento y su impacto:
Permite explorar y desarrollar
nuevos negocios sin descuidar el ‘core business’ de la empresa.
Funciona como una herramienta
para medir el pulso del mercado, vislumbrar cambios y tendencias e integrarlos
paulatinamente al producto o servicio que ofrecemos.
En el contexto familiar,
representa una coyuntura ideal para escuchar las ideas, inquietudes o
sugerencias de la siguiente generación y tomarlas realmente en cuenta en los
planes de la empresa.
Se convierte en una fuente de
aprendizaje práctico que beneficia a toda la empresa pero sobre todo a quienes
ejecutan o se involucran en el proyecto.
Permite hacer alianzas y crear
redes de contactos profesionales para fortalecer futuros proyectos.
Aunque no debe ser el principal
objetivo, el intraemprendimiento también puede utilizarse para evaluar o poner
a prueba las capacidades de aquellos elementos que muestran potencial
directivo.
Pero ojo, como cualquier otro de
los beneficios producto del capital humano, para tener proyectos de
intraemprendimiento exitosos es importante que la empresa establezca esquemas
claros que incentiven y reconozcan el esfuerzo de los intraemprendedores; las
recompensas pueden variar en función del giro o cultura de la organización,
algunos ejemplos son incentivos económicos (bonos, automóviles) o emocionales
(horario flexible), crecimiento al interior de la empresa o bien ceder el
control o parte de los derechos o ganancias del proyecto al equipo que
desarrolló el proyecto. Si en lugar de esto, tus colaboradores sólo encuentran
obstáculos y puertas cerradas, ten por seguro que en lugar de crecer al
interior de tu empresa, esas ideas innovadoras se transformarán en
emprendimientos propios que en el futuro podrían incluso ser una competencia
para tu negocio.
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