Evolución digital: revolución de
pensamiento
FORBES- 10 de noviembre de 2018
Para triunfar en una economía
digital se necesita un cambio de mentalidad que transforme la forma de trabajo
y ponga al ser humano al centro del diseño e implementación de soluciones.
La Cuarta Revolución Industrial
llegó, y con ella, una era digital repleta de desafíos que aún intentamos
superar. Los usuarios son cada vez más exigentes; los competidores de las
industrias tradicionales hoy nacen en forma de apps, y hay un sentido de
urgencia en formar a colaboradores capaces de enfrentar estos diversos retos.
Es por eso que empresas de todo tipo y tamaño se lanzan a una carrera hacia la
transformación digital, buscando cambiar la estrategia de su negocio a través
de la implementación de soluciones tecnológicas.
La preocupación por la
transformación digital es real, ya que hoy en día, para mantenerse
competitivos, no se puede emplear business as usual. Sin embargo, con más de
80% de los casos de transformación digital fracasando, algo estamos haciendo
mal.
Todos conocemos intentos de
innovación que se descarrilaron. En los años 2000, el gobierno mexicano
implementó la iniciativa “Enciclomedia”, que brindaba a escuelas públicas un
pizarrón electrónico conectado a internet para que los alumnos accedieran a una
versión interactiva del contenido curricular. La iniciativa fue promovida como
una solución a los problemas de la educación, pues la tecnología, en “todo su
esplendor”, le brindaría al país una educación del siglo XXI.
Pero el proyecto no funcionó, y
al cabo de poco tiempo, y miles de millones de pesos gastados, los pizarrones
estaban subutilizados u obsoletos. Pero a pesar de que casos como estos
abundan, la fiebre por más tecnología sigue siendo nuestro primer reflejo.
Muchas iniciativas como estas
fracasan, en gran parte, porque consideran a la tecnología como la varita
mágica de la transformación digital y la ven como un fin en sí. Es cierto que
nuevas tecnologías han sido fundamentales para desencadenar cambios
trascendentales en nuestras sociedades, y por lo tanto nuestra reacción natural
es querer implementarlas para avanzar y mantenernos competitivos; pero nada es
más lejano de la realidad, pues la transformación digital es mucho más que eso.
Hasta que no entendamos que la
tecnología no es más que un facilitador para crear valor para los usuarios, seguiremos
fracasando en el intento.
Para realmente triunfar en una
economía digital, lo que necesitamos es un cambio de mentalidad que transforme
radicalmente la forma en que venimos trabajando hasta hoy, y que ponga al ser
humano al centro del diseño e implementación de soluciones.
En Laboratoria hemos formado a
más de 1000 software developers para la industria tech en América Latina
gracias a una cultura que fomenta el aprendizaje continuo, a través de la
experimentación, pensando siempre en cómo agregar mayor valor a nuestras
alumnas y empresas empleadoras. Al aplicar el método de Lean Startup, logramos
un aprendizaje validado que nos indica la dirección correcta para seguir en el
desarrollo de nuestros productos.
Esa experiencia nos llevó a
trabajar de la mano con decenas de líderes empresariales y sus equipos para
inculcarles ese cambio de mentalidad de forma que permee a lo largo de la
cultura, estructura organizacional y desarrollo de tecnología de sus empresas.
Aquellos que logran una exitosa
transformación entienden que triunfar en la era digital significa: convertirse
en organismos que aprenden continuamente; que se adaptan al cambio; que
celebran los fracasos tempranos con data que nos permite aprender e iterar; se obsesionan con el problema por resolver,
no con la solución; buscan entender cuál es el valor que producen a sus
usuarios; y les brindan independencia, autonomía y control, end-to-end, a todos
sus colaboradores a través de una cultura de alta confianza y alineación.
Y todo esto se puede lograr de
manera estratégica, con herramientas sencillas, con modesta inversión y con el
uso de la tecnología como un activador de la discusión, la experimentación y el
aprendizaje.
Los seres humanos somos buenos
reinventándonos. Lo hemos hecho un sinfín de veces a lo largo de nuestra
historia. Ante el desafío actual del avance tecnológico acelerado y de la
incertidumbre que rodea a los trabajos del futuro, nos toca cuestionar el modus
operandi tradicional de nuestras empresas y organizaciones.
La tecnología sola no es
innovación. Tratándola como fórmula milagrosa solo nos aleja de soluciones
creativas necesarias para resolver los problemas de nuestra sociedad. La
transformación digital no se adquiere con nuevos gadgets, sino con una
revolución de mentalidad que pone la tecnología al servicio de las y los que la
creamos.
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