El doble filo de una carta de
recomendación
FORBES- 28 de noviembre de 2018
La carta de recomendación nos da
pistas de lo que realmente piensa quien la redactó y nos habla, es un documento
de cuidado que ayude al reclutador a poner atención en nosotros.
A lo largo de la vida
profesional, me han pedido en muchas ocasiones que escriba cartas de
recomendación. Siempre que recibo esta solicitud, siento un hueco en el
estómago. ¿Qué voy a decir? Recomendar nunca es una tarea sencilla. Podemos
quedarnos cortos cuando se trata de una persona valiosa y tampoco queremos
sonar exagerados. Muchas veces, no he sabido que es lo que debo de decir,
porque, en honor a la verdad, hay ocasiones en que no hay mucho de bueno que
decir. Negarse, no es opción. Mentir para salir del paso es la peor de todas
las posibilidades.
Por otra parte, pedir una carta
de recomendación también tiene sus dificultades. Solicitar un documento de
referencia es darnos cuenta de que necesitamos de una llave que nos abra la
puerta para el campo laboral o de estudio al que anhelamos acceder. Una carta
de es el salvoconducto que nos permitirá avanzar o detenernos en el proceso de
selección laboral o académica donde se recomienda a determinada persona por sus
habilidades y aptitudes, demostradas con anterioridad. Por lo tanto, es
necesario elegir muy bien a quien nos va a recomendar.
Una carta de recomendación es un
instrumento poderoso que va a comunicar un mensaje sumamente importante, por
eso es un arma de doble filo. Expresa algo de quien va a ser recomendado y
también de quien recomienda. En esa condición, saber interpretar los
significados de estas cartas nos ayuda a entender dos cosas: qué dice, cuándo
hacer uso de ciertos formatos cuando nos solicitan este documento y qué
dilucidar cuando un candidato nos presenta una de estas posibilidades:
El formato de internet. Es una
fórmula que nos lleva a cumplimentar un requisito sin que se muestre gran
compromiso. Cuando recibimos una, hay que sospechar. Es el formato típico que
se usa cuando el recomendado no inspiró a quien la escribió, por lo que podemos
imaginar que no tuvo un gran desempeño. Definitivamente, tampoco es opción
recurrir a los muchos formatos que están disponibles en línea cuando somos
nosotros los que vamos a emitir la carta. Hacer eso es lo mismo que no hacer
nada.
El formato que viene en los
procesadores. Algunos procesadores de textos como Word tienen una sugerencia de
formato, el templete es bueno pues cumple con las formalidades básicas ya
ordenadas en la estructura de la carta, es decir, la fecha alineada donde debe
estar, la introducción, el desarrollo, la despedida, la firma y todo lo que se
necesita. Es útil, sin embargo, debe dársele formato y es muy recomendable
imprimirle sellos de identidad para que no luzca como un machote rellenado en
forma automática.
Hablar de fortalezas y
debilidades. Usar el formato FODA es una receta muy eficiente ya que apela a
desempeños medibles del candidato y nos da estándares objetivos por los cuales
podemos valorar la pertinencia de quien la presenta. Se puede evaluar si las
fortalezas que se presentan serán un valor en el futuro y si lo que se valora
como debilidades se constituirán como un obstáculo, pone a la persona en
perspectiva de las oportunidades de desarrollo que presenta el candidato y
alerta sobre las amenazas que se pueden presentar.
El formato libre: Se recomienda
cuando el candidato se conoce bien, es decir, cuando vamos a hablar de una
persona cercana de la que podemos resaltar aquello que sabemos que constituye
un punto que puede constituir una ventaja competitiva. Asimismo, si no queremos
dar una buena recomendación, el formato libre nos permitirá dar a conocer en
forma matizada aquello que no resultó bien ni es tan glorioso del candidato.
En términos generales, una carta
de recomendación deberá de dar a conocer las partes brillantes del candidato.
Sin embargo, en algunas ocasiones nos vemos obligados a dar una recomendación
de alguien que no tuvo un desempeño brillante. En esos casos, para hacer honor
a la objetividad, también tenemos una receta. Debemos empezar con algún aspecto
positivo, luego mencionar aquello que puede ser una debilidad del candidato y
terminar con otro aspecto positivo si es que esto es posible.
Insisto, una carta de
recomendación es un arma de doble filo ya que como dije anteriormente, habla de
quien la solicita como de quien la emite. Es un documento que debe ser
redactado con sumo cuidado y debe ser leído con el mismo comedimiento. Si hemos
solicitado una carta para ser admitidos en una nueva posición de trabajo o en
un programa académico, es de vital importancia que estos documentos contengan
información que ayude al reclutador a poner atención en nosotros. Si las cartas
que nos han expedido no nos van a ayudar, es mejor no presentarlas y buscar a
otra persona para que las emita.
Si de lo que estamos hablando es
de un antiguo empleador con el que las cosas no terminaron en forma adecuada,
es muy importante revisar la carta. Si el documento no va a pasar por nuestras
manos y tenemos sospechas que lo que se va a decir no es positivo, lo mejor es
advertir al reclutador con anticipación. Lo peor es toparnos con la sorpresa de
haber sido rechazados por una mala recomendación, a pesar de haber cumplido con
todos los requisitos necesarios para ser incluido.
Por último, una carta de
recomendación seria debe incluir los datos de contacto de quien la emite. Esto,
en caso de que el reclutador quiera profundizar en lo que se expresa en el
documento. Cuando una carta de recomendación no contiene estos datos, el filo
corta en ambas direcciones, va en contra de quien la firma y de quien es sujeto
de la recomendación. Hago hincapié en la relevancia de sentarse a reflexionar
las ideas que se van a plasmar en este documento ya que tienen impacto en el
futuro de otras personas. Por lo tanto, hacerlo en forma descuidada no es opción
deseable para ninguna de las partes.
El reto de quien redacta y de
quien lee una carta de recomendación son los mensajes encriptados que podemos
estar mandando. Unos cuantos párrafos nos sirven para poner con sinceridad lo
que pensamos de cierto individuo. Así, en forma escueta, se abre un universo
que nos revela la verdad de una persona significó para otra. El tema es serio,
en más de un sentido. Puede ser la llave que abra o que lo cierre un candado
importante para alguien más.
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