Los Chief Data Officers seducen
al sector público
FORBES – 23 de agosto de 2019
Es importante no olvidar que el
desarrollo de habilidades es indispensable para el éxito de esta política, y
que la publicación de bases de datos no debe de ser un fin en sí mismo, sino un
medio.
Un pago con tarjeta, un anuncio
del presidente o un clic en una aplicación: Todo eso es un dato, o más bien son
millones de migajas digitales que desafían la concepción de información que
tenemos. Para entender este nuevo dinamismo digital, social y tecnocientífico,
y para administrar la cantidad inmensa de datos que circulan en el mundo, la
ciencia de datos se ha convertido en un campo interdisciplinario necesario para
la toma de decisiones.
Muchas organizaciones han
incorporado a la ciencia de datos como parte de su estructura, a través de
equipos con capacidades matemáticas, estadísticas, y computacionales; pero
también con conocimientos legales, económicos y políticos.
Los Directores de Ciencia de
Datos, conocidos en el mundo anglosajón como Chief Data Officers, se
convirtieron en la figura responsable de adquirir, analizar, procesar y
aprovechar datos como activos estratégicos dentro de una organización, a fin de
identificar nuevas oportunidades, patrones, relaciones y tendencias que
permitan mejorar el desempeño de una institución organizacional.
En el sector privado, esta figura
ha desempeñado un rol fundamental en la inteligencia de negocios y en la
gobernanza administración interna de datos interna de una empresa. En los años
recientes y recientemente, la figura de los Chief Data Officers ha comenzado a
ser de interés en del sector público.
En febrero de 2015, el entonces
presidente de los Estados Unidos de América, Barack Obama, nombró por primera
vez en la historia a un Director de Ciencia de Datos. El matemático DJ Patil,
designado para esta encomienda, tuvo la responsabilidad de ayudar al gobierno
de los Estados Unidos a maximizar sus inversiones en el desarrollo de ciencia
de datos. Él fue el encargado de una iniciativa de datos policiales en la cual
se logró integrar y distribuir más de 170 bases de datos de cientos de
jurisdicciones que han servido para entender y analizar patrones y sesgos del
uso de la fuerza pública.
Sin embargo, mucho antes que la
Casa Blanca, algunos alcaldes innovadores ya habían utilizado el análisis de
datos para la toma de decisiones de política pública. Un ejemplo es el programa
Compstat, que fue implementado en la ciudad de Nueva York durante el gobierno
del alcalde Rudolph Giuliani, mediante el cual se mejoró la efectividad del
Departamento de Policía, logrando reducir el crimen en la ciudad.
El análisis y la apertura de
grandes cantidades de datos para la toma de decisiones en el sector público es
una tendencia global. A partir del lanzamiento de la Alianza para el Gobierno
Abierto en 2011, múltiples gobiernos de alrededor del mundo han incluido en sus
agendas de política pública, la apertura de las bases de datos de sus
respectivas instancias gubernamentales.
La tesis fundamental plantea que,
si los gobiernos hacen públicas sus múltiples y diversas bases de datos, la
ciudadanía las analizará, procesará, y generará nuevos productos y servicios,
así como soluciones innovadoras para atender problemas sociales.
Sin embargo, esta tesis sólo
sería correcta en un contexto de plenas habilidades: funcionarios
especializados del gobierno con los conocimientos para la correcta generación
de las bases de datos; así como más ciudadanos con las habilidades técnicas
necesarias para sacarles provecho.
Nada más alejado de la realidad.
Una gran mayoría de países se ha enfrentado a una escasez de habilidades al
respecto, tanto para la generación de las bases de datos, así como para innovar
a partir de las mismas.
Por una parte, la mayoría de los
gobiernos aún no han modificado sus procesos para la generación de bases de
datos que cumplan las características técnicas para ser procesados, además de
que la información que a información que generan los gobiernos es limitada, los
datos que publican no están integrados y una buena cantidad de las bases de
datos que se han publicado no tienen valor público. o no siquiera pueden ser
aprovechados.
Por otra parte, los ciudadanos
que utilizan las bases de datos generadas por los gobiernos realmente son
grandes empresas y unas cuantas startups que tienen la capacidad económica y el
personal que posee las habilidades técnicas necesarias para el análisis de
técnica para explotar grandes cantidades de datos.
Lo anterior significa que los
gobiernos han utilizado muchos recursos humanos y económicos y humanos
relevantes para la publicación de sus bases de datos, en beneficio de unas
pocas grandes compañías, las cuales han generado nuevos servicios dirigidos
principalmente a las clases medias y altas, pero en menor medida hacia el
sector de la población con mayores necesidades.
A fin de superar estos retos,
distintos gobiernos han resaltado la necesidad de profesionalizar la figura de
los Chief Data Officers en sus instancias gubernamentales. Por ejemplo, el 14
de enero de 2019, en los Estados Unidos se aprobó una legislación que exige a
cada uno de los titulares de las agencias federales designen a un oficial de
ciencia de datos. Chief Data Officer.
En México, existen diversos entes
del Gobierno Federal que están desarrollando iniciativas de innovación a partir
de sus propios datos, tales como los proyectos DataMéxico de la Secretaría de
Economía, o la app Litro por Litro de la Profeco. Por su parte, el Gobierno de
la Ciudad de México lanzó recientemente la Agencia Digital de Innovación
Pública, la cual se ha convertido en un referente nacional en el uso y apertura
de datos.
En cuanto a la generación de
habilidades para la población, este año el Consejo Universitario de la UNAM
aprobó acertadamente la creación de la nueva Licenciatura en Ciencia de Datos,
y cada vez existe más oferta por parte de instituciones especializadas en la
materia.
Aún falta mucho por hacer a nivel
global en cuanto al desarrollo de habilidades. La hora de los Chief Data
Officers en el sector público ya está aquí. Sin embargo, es importante no
olvidar que el desarrollo de habilidades es indispensable para el éxito de esta
política, y que la publicación de bases de datos no debe de ser un fin en sí
mismo, sino un medio para lograr un mayor bienestar para la población.
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