Los desafíos actuales de la
empleabilidad juvenil
FORBES- 29 de agosto de 2019
El impacto de la tecnología,
grandes tendencias globales, el nuevo perfil del talento y los nuevos
requerimientos de aprendizaje, suponen un gran reto a nivel global,
generacional y educativo.
Hoy en día nuestro planeta
alberga a la generación de jóvenes más numerosa de la historia, un total de
aproximadamente 1,800 millones de habitantes entre 10 y 24 años, de los cuales
el 90 % vive en países con economías en vías de desarrollo. Además, esta
generación es también la más preparada e interconectada, lo que le otorga un
papel fundamental en la generación de un potencial y gigantesco impacto positivo,
tanto a nivel político como social.
A pesar de los avances
tecnológicos, la creciente conectividad y las oportunidades que esta arroja,
los jóvenes enfrentan una situación laboral compleja con tasas de desempleo dos
o tres veces más altas que el resto de la población. El reto no es únicamente
para ellos, las universidades y centros de formación, las empresas y las
instituciones tienen la obligación de promover la empleabilidad, desarrollar
vocaciones de emprendimiento, impulsar el establecimiento de empresas formales,
garantizar los derechos en el trabajo, extender la protección social y, por
último, fomentar el diálogo social. Todo esto con la finalidad de garantizar el
acceso a empleos que generen un mayor bienestar personal, familiar y de sus comunidades
en su conjunto. Los jóvenes son uno de los mayores activos de nuestra sociedad:
invertir en ellos es apostar por un efecto multiplicador sin precedentes.
En ese sentido, los retos de la
empleabilidad se encuentran en constante transformación, hoy ya desaparecen
empleos más tradicionales y se generan nuevas profesiones. En 10 o 20 años
muchos empleos dejarán de ser lo que son hoy y se habrán desarrollado
profesiones para las que las universidades no estamos aun formando. Es
exactamente lo mismo que les ocurrió a todas esas generaciones que vivieron
durante la revolución industrial o bien, en los inicios del boom tecnológico;
la mayoría de los puestos se fueron transformando al igual que ahora.
El impacto de la tecnología y
otras grandes tendencias globales, como el nuevo perfil del talento y los
nuevos requerimientos de aprendizaje, suponen un gran reto a nivel global,
generacional y educativo. Si bien esto no es un fenómeno nuevo, sí es uno que
avanza e impacta tanto la economía como el mercado laboral a gran escala. Tan
sólo en México, el 52 % de los empleos y/o actividades con potencial técnico,
pueden ser automatizados en tan sólo unos años. En cifras reales, esto se
traduce en 25,5 millones de los 49,3 millones de trabajos que registra nuestro
país, de tal manera que uno de cada dos empleos podría ser sustituido.
A pesar de un supuesto riesgo de
mirar esta transformación con pesimismo, el impacto tecnológico trae consigo
nuevas oportunidades y generará profesiones que aún hoy no imaginamos. Los cambios
no siempre son fáciles y del agrado de todos. Muchos de nosotros tendremos que
aprender cosas nuevas, pero también reaprender y cambiar de mentalidad para
adaptarnos a lo que nos espera en un futuro dominado por el cambio exponencial
y las necesidades de aprender y desaprender de por vida. Hoy podemos afirmar
que los humanos seguiremos a cargo de todas las actividades que involucren
liderazgo, comunicación, empatía, ingenio y resiliencia.
El proceso de adaptación recae en
la educación y específicamente en su replanteamiento e innovación. Así es como
lo vivimos en el Tecnológico de Monterrey, con la reformulación de nuestra
visión de cara al 2030: encabezamos la transformación del sector educativo
enfocándonos en un futuro más humano e innovador. A través de nuestro Modelo
Tec 21, el cual arrancará en agosto del presente año, brindaremos a nuestros
alumnos una flexibilidad sin precedentes, empoderándolos para que sean ellos
mismos quienes exploren y definan su carrera y al mismo tiempo, formándolos en
un aprendizaje a base de retos que les permita desarrollar resiliencia,
emprendimiento, adaptabilidad, pensamiento crítico y visión global de la mano
de profesores inspiradores y un ecosistema de apoyo y acompañamiento integral.
La educación de posgrado también
precisa de este replanteamiento en qué enseñamos y en cómo enseñamos. Desde
hace algunos años, en EGADE Business School trabajamos en una ambiciosa
transformación de nuestro portafolio académico para dar lugar al desarrollo de
las competencias y mentalidad necesarias en la actual era posdigital. La
preparación de los futuros tomadores de decisiones en la Cuarta Revolución
Industrial va inexorablemente acompañada tanto de la necesaria fluidez en lo
digital, como de pensamiento crítico y sistémico, emprendimiento e innovación,
colaboración y visión global. En un futuro de inteligencia artificial y
realidad virtual, la principal ventaja competitiva de organizaciones y
sociedades radica en seres humanos que aprenden de manera continua como Life
Long Learners, con propósito social, ética, transparencia, confianza e
integridad.
El reto y la responsabilidad que
implica la empleabilidad en la era de la automatización son colectivos, van
dirigidos al gobierno, empresas, sociedad, universidades e instituciones para
preparar y dotar al capital humano con las herramientas suficientes y así idear
sistemas de calificación y capacitación que puedan proporcionar a la población
activa del futuro las competencias primordiales que necesitará para asumir los
cambios venideros y fortalecer la relación entre lo digital y lo humano.
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