Latam ante la oportunidad de
captar inversiones
FORBES- 29 de agosto de 2019
La reciente disminución en la
tasa de interés de la Reserva Federal de Estados Unidos representa una
excelente oportunidad para los mercados latinoamericanos de atraer más capital.
Inversionistas de todo el mundo
están buscando opciones de inversión en mercados emergentes como
diversificación ante la posible desaceleración en Estados Unidos.
Lamentablemente, Latinoamérica no es el primer destino en mente de estos
inversionistas y esto tiene que cambiar.
Cuando uno menciona mercados
emergentes la primera región que viene a la mente de muchos inversionistas es
Asia. Entre principios de 2018 y los primeros meses del 2019, más del 70% de
los flujos destinados a fondos de inversión cotizados (ETF por sus siglas en
ingles) de mercados emergentes se destinaron a 4 países asiáticos (China,
India, Corea del Sur y Taiwán). Las dos grandes economías latinoamericanas,
Brasil y México recibieron apenas el 9%.
La reciente disminución en la
tasa de interés de la Reserva Federal de Estados Unidos representa una
excelente oportunidad para los mercados latinoamericanos de atraer más capital.
Al bajar la tasa de interés la Reserva Federal manda a inversionistas a buscar
mercados alternativos con retornos mas atractivos. Para que Latinoamérica sea
uno de los principales destinos tanto los gobiernos como las empresas tienen un
par de tareas importantes:
Los gobiernos deben enfocarse en
bajar el costo de capital para empresas locales. Inversionistas asignan capital
teniendo el riesgo percibido. Mientras más riesgo, mayor será la tasa de
retorno que un inversionista espera recibir. El riesgo percibido tiene dos
componentes principales: el riesgo del país donde opera la empresa y el riesgo
de la empresa en sí. Mientras los gobiernos no infieren en el riesgo especifico
de la empresa, si juegan un rol importante en determinar el riesgo del país.
El riesgo país se ve afectado por
estabilidad política, fuerza/independencia de las instituciones democráticas,
regulaciones, corrupción y en general lo fácil que es para una empresa operar.
Muchos países necesitan cambios radicales en todas estas áreas, ejemplo claro
es Venezuela. Hay países que han dado importantes pasos adelante en ciertas
áreas como ser Brasil en el área de desregulación. Pero a su vez, hay otros que
han dado varios pasos atrás como es el caso de México en los esfuerzos de
Andrés Manuel López Obrador (AMLO) de interferir en las operaciones de varias
instituciones gubernamentales y democráticas con el fin de empujar una
ideología personal que varios, incluyendo su ex secretario de hacienda,
aseguran no tiene sustento alguno. El impacto de las políticas de AMLO es
evidente cuando observamos que México obtuvo la mitad de los flujos de
inversionistas que obtuvo Brasil, aun cuando México cuenta con la ventaja
estratégica de ser vecino del país que ha registrado un crecimiento importante
en los últimos años.
El rol de las empresas es también
vital. Nuestras empresas deben venderse de manera adecuada a los inversionistas
extranjeros, deben demostrar que tienen procesos corporativos orientados hacia
la maximización sustentable y de largo plazo, del valor a los accionistas. Esto
incluye demostrar que las empresas asignan capital a proyectos que crean valor
y no crean imperios, proyectos con tasas de retorno por encima del costo de
capital y no proyectos que solo aumentan ventas inflando costos y niveles de
capital. A su vez deben tener sistemas de compensación variable que van muy alineados
con la maximización de valor al accionista para que los empleados se beneficien
cuando los accionistas se enriquecen creando un circulo virtuoso importante.
Latinoamérica tiene mucho que
ofrecer. Para poder atraer capital extranjero, las empresas deben demostrar que
son capaces de darle buen uso al capital, generando valor para todos mientras
que los gobiernos deben establecer reglas del juego que incentiven el flujo de
capital y de ahí simplemente asegurarse que las reglas se cumplan.
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