El año de Río
Marca - miércoles, 5 de agosto de
2015
"Nunca hemos ido a
Sudamérica, un continente que nos queda por explorar". Así de tajante se
mostró Jacques Rogge, poco después de mostrar al mundo la cartulina con el
nombre de Río de Janeiro como sede de los Juegos Olímpicos de 2016. Ocurrió en
el Bella Center de Copenhague. Aquel 2 de octubre de 2009 se esfumó el
penúltimo sueño olímpico de Madrid. La ciudad de Copacabana venció a la capital
de España por 34 votos.
En estos seis años, al igual que
Rogge cedió el bastón de mando en el Comité Olímpico Internacional a Thomas
Bach; Lula da Silva hizo lo propio con la presidencia de Brasil, ahora en las
manos de Dilma Rousseff. El emotivo discurso del por entonces máximo mandatario
brasileño caló hondo: "Esta candidatura es la de 400 millones de personas,
la de América del Sur que nunca ha tenido los Juegos. Ha llegado el momento de
poner fin a este desequilibrio", proclamó sin olvidarse de los otros
olvidados del COI, los africanos. “Primero seremos nosotros, luego
vosotros".
El turno de Río de Janeiro, de
Brasil y de Sudamérica llegará el 5 de agosto de 2016. A las 18.00 horas -11.00
horas en España-, arrancará la ceremonia de inauguración en el estadio de
Maracaná. Hoy, a 366 días vista del encendido del pebetero olímpico -2016 es
año bisiesto-, Río se vislumbra en el horizonte entre luces y sombras.
1. Recta final en la puesta en
pie de las instalaciones
Como sucedió con Londres 2012 y Sochi 2014,
Río de Janeiro presentó una candidatura virtual, donde todo estaba por hacer.
Sólo 10 de las 33 instalaciones se encontraban acabadas. El presupuesto de
12.000 millones de dólares se ha destinado a ponerlas en pie, así como a crear
una nueva red de transportes.
El ajuste del gasto, tras las
protestas suscitadas por la cuantía del desembolso económico por el Mundial de
fútbol, lleva a Río a convertirse en uno de los Juegos más baratos de las
últimas ediciones.
Para contar con el respaldo
popular, las autoridades locales no dudan en proclamar que el mayor legado de
los Juegos para Río será el transporte con la modernización de carreteras y la
ampliación de la red de metro. Además, el 57% de la inversión es privada. La
construcción de instalaciones relevantes del Parque Olímpico de la Barra, de la
Villa Olímpica y del campo de golf, por ejemplo, están enteramente costeadas
por recursos ajenos a las arcas públicas.
EL DATO
10.903 10.903 atletas
representarán a 205 Comités Olímpicos Nacionales, junto a 7.000 integrantes
adicionales de las delegaciones.
El Parque Olímpico de la Barra,
de 1,18 millones de metros cuadrados, donde se celebrarán 16 deportes
-baloncesto, ciclismo de pista, gimnasia, judo, lucha, natación... -presenta un
porcentaje de acabado del 86%. Algunos pabellones ya presumen de gradas y asientos.
El campo de golf está finalizado, a falta de la casa club. El velódromo y el
Centro de tenis se hallan por debajo del 60%. Gracias a su construcción
modular, el Arena do Futuro, sede del balonmano, se desmontará tras los Juegos.
Mutará en cuatro nuevas escuelas municipales, ubicadas en diferentes barrios de
la ciudad.
En la zona de Deodoro, sede de 11
modalidades, se estima que no será hasta el primer trimestre de 2016 cuando se
finalice el estadio que acogerá el rugby y el pentatlón, así como la zona
destinada a las pruebas de piragüismo en aguas bravas. Se trabaja en tres
turnos diarios. A diferencia de Pekín 2008, cuando el COI pidió al Comité
Organizador que demorara la finalización de instalaciones como el Centro
Acuático o el Estadio Nacional por el excesivo adelanto con respecto a la fecha
prevista, en Río se apurarán los plazos al máximo.
Hasta
mayo de 2016 se celebrarán en Río 44 eventos para comprobar las instalaciones,
con la participación de 8.000 atletas.
2. Los Juegos Olímpicos más
vigilados de la historia
Con una audiencia global superior a los 5.000
millones de personas, la onda expansiva de un atentado en unos Juegos Olímpicos
se deja sentir en todo el planeta. Río es consciente de la necesidad de
garantizar al máximo la seguridad de la familia olímpica. Brasil debe luchar
contra su alto índice de homicidios -50.000 en 2012, según cifras de la ONU-,
además de las amenazas terroristas internacionales. De entrada, presentará un
despliegue nunca visto. Cerca de 85.000 policías y militares -el doble que en
Londres- se encargarán de preservar el buen desarrollo de los Juegos. Se
centrarán en las sedes olímpicas, los hoteles y las playas.
El
Ejército cerrará el espacio aéreo si lo considera pertinente. Los drones
estarán prohibidos y no se podrá volar sobre la Villa Olímpica. "Ningún
país ha organizadodo eventos tan importantes como Brasil desde 2007 y ahora
toca el más grande de todos. Ésta será la operación de seguridad integrada más
grande vista hasta la fecha", afirma Andrei Passos, secretario del
Ministerio de Justicia para grandes eventos.
Con el apoyo de la Interpol,
Brasil también se blindará ante posibles ataques de ciberterrorismo.
3. Las aguas contaminadas, punto negro de Río
2016
Un informe, elaborado por la Universidad de
Novo Hamburgo para Associated Press, dio la voz de alarma. Ya no sólo eran las
imágenes de unas aguas plagadas de basura. Ahora se suman los datos
científicos. La Bahía de Guanabara y la Laguna Rodrigo de Freitas, donde se
celebrarán la vela, el remo, el triatlón y la natación en aguas abiertas,
presentan "niveles peligrosamente altos de virus y bacterias de aguas
residuales". Conocido el informe, la Organización Mundial de la Salud
recomendó al COI que analizara los niveles de virus en dichas dependencias. La
Federación Internacional de Vela indicó que empezaría a realizar sus propias
pruebas.
La promesa de descontaminar por
completo la Bahía es ya una utopía, Las autoridades locales reconocieron a
principios de año que sólo podrán alcanzar un 80% antes de los Juegos. "Es
una oportunidad desperdiciada y, como habitante de Río, creo que es una
vergüenza", declaró el alcalde Paes en una entrevista para SporTV.
4. Brasil se debate entre
protestas y aires de grandeza
El tercer puesto en el medallero de los
recientes Juegos Panamericanos ha supuesto un refrendo al plan deportivo puesto
en marcha en Brasil con la vista puesta en 2016. El Comité Olímpico Brasileño
(COB) aspira a colarse en el Top 10 mundial en Río. Sería un éxito sin
precedentes para el deporte brasileño. En Londres fue capaz de subir al podio
en 17 ocasiones y acabó en el puesto veintidós. Australia fue décima con 35
metales.
El COB persigue que el binomino
Brasil-deporte vaya más allá del balón de fútbol. Los Juegos son su mejor
escaparate. Pero antes de que el esplendor de la llama olímpica deslumbre a los
brasileños, el entusiasmo suscitado el 2 de octubre de 2009 se ha apagado poco
a poco. A menor escala que con el Mundial, también se han originado protestas.
Por ejemplo, contra la construcción del campo de golf en un área de protección
ambiental.
También se generó un movimiento
de oposición por el desalojo de la favela de Vila Autódromo, la comunidad pobre
próxima al Parque Olímpico. Sin olvidar, que varias constructoras presentes en
las instalaciones e infraestructuras olímpicas se han visto salpicadas por la
corrupción vinculados a la petrolera Petrobras.
5. España, con 15 plazas ya
seguras para Río
El debate sobre las medallas que España
conseguirá en los Juegos de Río nos conduce al terreno de la especulación.
Desde los despachos se espera que la cifra no baje de las 17 de Londres. A un
año vista, el escenario puede variar sustancialmente. Con respecto a hace
cuatro años se han sumado pocas opciones nuevas. Ha irrumpido Carolina Marín en
bádminton. Miguel Ángel López podría reeditar pretéritos éxitos en la marcha.
Más allá de vaticinios, lo único constatable a 5 de agosto de 2015 son las 15
plazas seguras para la delegación española.
Noya (triatlón), Miguel Ángel
López (marcha), Eva Calvo (taekwondo), Sonia Franquet, Fátima Gálvez, Jorge
Llames y Alberto Fernández (tiro) estarán en Río. En vela, siete embarcaciones
también han logrado el billete, al igual que el equipo de tiro con arco.
El proceso sigue abierto para los
restantes deportistas, incluidas las selecciones, ya que ninguna tiene plaza
asegurada a estas fechas e incluso hay quien ya la perdió como sucedió en el
fútbol. El fantasma de a menos dinero, peores resultados emerge en el horizonte
de Río para el deporte español.
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