lunes, 3 de agosto de 2015

fútbol peruano

El fracaso de la reestructuración de los clubes del fútbol peruano


SEMANA Económica- lunes 3 de Agosto del 2015
Las deudas de Alianza Lima y Universitario de Deportes han aumentado desde que se creó el régimen temporal para evitar su liquidación. ¿Qué se viene para los dos clubes más grandes del fútbol peruano?

El régimen especial concursal creado en marzo del 2012 (primero mediante Decreto de Urgencia Nº010-2012 y luego por Ley Nº29862) para evitar que los clubes sean liquidados ha fracasado. Después de más tres años de ser manejados por administraciones temporales, las deudas de Alianza Lima y Universitario de Deportes son cada vez más altas. Esto habla de un modelo de negocio que no resulta rentable. Mientras la deuda continúa creciendo, la Sunat –el principal acreedor de ambos clubes– sólo estaría dejando pasar el tiempo hasta que llegue el momento de la temida liquidación.

REESTRUCTURACIÓN A PÉRDIDA
La intención del régimen especial era ordenar administrativamente a los clubes para poder hacerlos rentables y sanear sus deudas. "La solución era cortar (el endeudamiento), pagar hacia atrás y ser rentables hacia adelante. Pero hacia adelante han seguido endeudándose", explica Aldo Panfichi, miembro de Promotora Blanquiazul, un grupo de socios de Alianza que tiene un porcentaje mínimo de participación en la junta de acreedores. Ello ha ocurrido incluso ahora que ya no se ven las irregularidades administrativas de las épocas de Guillermo Alarcón o Julio Pacheco.

 
En diciembre del 2011, año en que el modelo económico del fútbol peruano colapsó (y la selección también quedó tercera en la Copa América), Universitario de Deportes le debía a la Sunat S/.105 millones y Alianza Lima, S/.26 millones. En el 2015, la deuda de la U con el ente recaudador ha aumentado a más de S/.156 millones y la de Alianza a más de S/.31 millones. El problema no queda ahí: a abril de este año, la U y Alianza registraban una deuda tributaria corriente –es decir, generada en los últimos 12 meses– en proceso coactivo de S/.524,801 y S/.1.69 millones, respectivamente.

En el caso de Alianza, si se suman las deudas corrientes tributarias, laborales y comerciales, la cifra supera los S/.9 millones. Hasta abril, Alianza debía US$602,032 sólo en pagos a sus jugadores, y además había dejado de pagar tres meses de desembolsos a las AFP, dos meses a EsSalud y las CTS de noviembre del año anterior, según el nuevo plan de reestructuración del club blanquiazul, al que SEMANAeconómica tuvo acceso parcial.

Este nuevo plan pretende, justamente, solucionar el problema. Fue aprobado el 9 de abril y será llevado a cabo por la administración temporal de Christian Bustos de CB Consultores y Asesores. El plan establece una postergación de los pagos hasta el 31 de mayo del 2016 y un fraccionamiento de la deuda a 13 años pasada esa fecha. Más allá de eso, no esgrime salidas distintas o de mayor viabilidad, señala Panfichi, quien como miembro de Promotora Blanquiazul tiene accedo completo al plan de reestructuración. "[El plan] sigue basado en impredictibilidades, en cosas que no se pueden calcular", dijo a SEMANAeconómica.

En el mercado de fútbol, una parte importante de los ingresos está basada en impredictibilidades: ganar un campeonato, acceder a cierta fase de una copa internacional, vender un cierto número de jugadores, atraer a más espectadores, etc. Si el equipo pierde un partido importante, también pierde dinero.

Universitario de Deportes, por su parte, no tiene un plan de reestructuración. Es decir, está en un limbo jurídico. Como su participación en la deuda de la U es menor, para aprobar el plan la Sunat requiere del apoyo del segundo acreedor más grande, la empresa Gremco,  que se ha opuesto a la propuesta.

EL NEGOCIO DEL FÚTBOL
"El fútbol tiene una naturaleza que no la entiende Sunat", afirma Panfichi. "No entendieron un tema que me parece clave para cualquier proceso de reestructuración: la vinculación entre resultados deportivos y resultados administrativos". Esta vinculación funciona en ambos sentidos; lo deportivo depende de lo administrativo y viceversa .Como explica Roberto Castro, director general de la web especializada en fútbol DeChalaca.com, "pueden haber sorpresas, como Grecia en la Eurocopa 2004, pero en el fútbol suele ser bastante simple: los equipos más caros, ganan más partidos".

La estructura de ingresos de equipos como la U y Alianza se divide, a grandes rasgos, en cuatro: derechos de televisión –cobro a canales por difundir los partidos–, auspiciadores (sponsors), venta de jugadores y taquilla. Un equipo que juega bien y gana, aumenta sus ingresos: recibirá dinero del campeonato y la gente lo querrá ir a ver, lo que aumentará sus ingresos por taquilla, llegará a instancias finales de torneos internacionales por lo que recibirá más dinero en premios, sus jugadores serán visibles y se venderán a mayor precio, y los sponsors pagarán más por exhibir su marca en la camiseta.

La taquilla –que en el caso de Alianza representa el 30% de sus ingresos totales, según Panfichi–, la venta de jugadores y los premios son factores impredecibles. En cambio, los contratos con los auspiciadores y los derechos de televisión son ingresos que sí se pueden calcular y proyectar un plan de reestructuración. Por el pecho de la camiseta aliancista, Cristal paga más de US$1 millón anuales. Otros auspiciadores como el mall Plaza Lima Norte (que también patrocina a la U) o Nike desembolsan cifras menores.

Pero la carne del negocio del fútbol está en los derechos de transmisión a través de la televisión. Hasta el 2013, Media Networks, empresa subsidiaria de Telefónica, pagaba a cada uno de los dos clubes más grandes alrededor de US$1.2 millones al año por estos derechos. Sin embargo, con la entrada en escena del empresario uruguayo Francisco Casal, dueño de GolTV, ese panorama cambió. Casal ofreció US$3.6 millones a la U para que rompiera su contrato con Telefónica y lo logró. Luego fue donde Alianza y le hizo la misma oferta. "Sin los dos grandes, no tienes clásico, y no tiene sentido tener los derechos", explica Panfichi.

Alianza usó la oferta de Casal para renegociar su contrato con Telefónica, y alcanzó a mejorar la cifra hasta los US$4 millones anuales. Además, el contrato tenía una cláusula que impedía la renovación hasta el 2020 –con el mismo monto– que quería la empresa de telecomunicaciones. Sin poder tener a los dos grandes, Casal y Telefónica se asociaron y hoy transmiten juntos el campeonato local. No obstante, pese a los nuevos precios, los ingresos anuales de la U y Alianza siguen siendo menores a sus egresos.

"Los ingresos de Alianza son de US$8 millones al año, pero los egresos son de US$10 millones. Además, han hecho factoring [venta de cuentas por cobrar a cambio de un dinero de inmediato] hasta octubre con las letras de Telefónica por el pago de los derechos de TV. Así que la esperanza de Christian Bustos está en la clausula que impide la renovación, porque espera renegociar a un precio aún mayor el contrato por derechos de transmisión y tener los ingresos a partir del 2017. Por eso, [el nuevo plan de reestructuración] pide una postergación de [todos] los pagos hasta el 2016. Eso está calculado", dice Panfichi.

LO QUE SE VIENE
Como analizó SEMANAeconómica, a los problemas internos que ya tienen los clubes para sortear la tempestad económica se suma la distorsión del mercado de jugadores que causan Juan Aurich, la Universidad San Martín de Porres (USMP) y la Universidad César Vallejo (UCV). Si el promedio de sueldos en Alianza ronda los US$10,000 mensuales, el del Aurich duplica esa cifra. Son equipos con respaldo empresarial que pueden pagar dos o tres veces lo que los demás clubes ofrecen a sus mejores jugadores. Y de hecho, lo hacen.

Con un mercado de jugadores sobrevalorado y un modelo de negocios que genera pérdidas, resulta complicado para los dos equipos más grandes del fútbol peruano obtener réditos deportivos. "Por eso ocurren cosas como las de Universitario, que presenta un equipo conformado prácticamente por niños", dice Roberto Castro, de DeChalaca.com.  La U –sin plan de reestructuración y con una deuda total que bordea los S/.270 millones– se ubica último en el Torneo Apertura. Y si bien Alianza –que ha pedido postergar sus pagos hasta el 2016 y tiene una deuda de casi S/.60 millones– va primero, no campeona la liga desde el 2006.

Si la regla dice que los resultados administrativos acompañan a los deportivos, la deuda de la U y Alianza probablemente seguirá creciendo. "La Sunat está cobrándose los intereses, que son de 2.5% anual (...) Conforme pasa el tiempo, va creciendo su participación como acreedor porque les deben más, y llegará un momento en el que Sunat va a optar por liquidarlos", advierte Panfichi. "La pregunta es: ¿este es un plan consciente o es el resultado de una lamentable desidia?", dice.

"Las asociaciones sin fines de lucro no funcionan en el Perú, desde los partidos políticos hasta los clubes de fútbol, debido a problemas de asociatividad. Las administraciones temporales han tenido que tomar un pasivo enorme y funcionan con un gobierno sin autoridad", explica Castro. Para él, la salida es la privatización. "Para una empresa de consumo masivo, el valor intangible de los equipos –lo que mueven como fenómeno social– es altamente atractivo como potenciador de marca", señala.

Ejemplo de ello –dice Castro– son precisamente Aurich, USMP y UCV. "Cuando la USMP le ganó a River Plate (2008 y 2009) se hizo conocida incluso a nivel internacional como una institución modelo. Edwin Oviedo, al frente del Aurich, disipó los cuestionamientos públicos que se hacían a su labor empresarial (en las azucareras del norte) y ahora es presidente de la Federación Peruana de Fútbol", argumenta.

Para Panfichi, la privatización total sería demasiado disruptiva con el sentimiento del hincha antiguo, pero acepta que se necesita un modelo que sea atractivo para la inversión. "Tienes a mucha gente emocionalmente enganchada con los equipos. O tienes que ganarlos, o tienes que buscar un esquema en el cual tienen una participación, pero ceden la gestión del club a una empresa. Y esta tiene que venir con plata, porque las administraciones temporales sólo han venido a gestionar situaciones", comenta.


Ambos están de acuerdo en que el actual régimen temporal no ha funcionado, ni va a funcionar. Mientras el tiempo pasa a la vista de la Sunat, la deuda continua incrementándose, no sólo con el ente recaudador, sino también con los jugadores, trabajadores, proveedores y acreedores. Y si la intención original de reestructurar a los clubes en vez de liquidarlos tenía un propósito social –no afectar el sentimiento del hincha–, este tampoco ha tenido éxito, pues los resultados deportivos han sido esquivos. La pregunta es: ¿cuánto tiempo más se insistirá en un modelo que ha fracasado?

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