jueves, 4 de junio de 2015

Cuba

Cuba será pronto un destino al que arribarán muchos más vuelos estadounidenses


Bloomberg - ‎jueves‎, ‎4‎ de ‎junio‎ de ‎2015
El sector turístico estadounidense pasó más de medio siglo mirando por encima de una franja estrecha de mar hacia Cuba, el pasado y futuro paraíso de vacaciones situado apenas a 45 minutos de excursión desde uno de los aeropuertos más activos de América.


Una declaración presidencial en diciembre inició una normalización gradual de las relaciones –la semana pasada, sin ir más lejos, en una señal de avance, Estados Unidos borró a Cuba de su lista de Estados que financian el terrorismo- y desató una fiebre en el negocio turístico.

Los alojamientos de Airbnb en Cuba, llamados “casas particulares”, se duplicaron hasta 2.000 desde comienzos de abril, cuando la empresa de hospedaje anunció su ingreso en el país comunista. En tanto avanzan las negociaciones diplomáticas, a los operadores de aerolíneas, líneas de crucero y ferry se les hace agua la boca entre bastidores ante la magnitud potencial del mercado turístico Estados Unidos-Cuba.

“Si mañana cambiara algo, tenemos todo lo necesario para volar”, dice Scott Laurence, vicepresidente primero de planificación de redes en JetBlue Airways, que desde 2011 tiene chárteres a Cuba partiendo de dos ciudades de Florida y que comenzará a ofrecer vuelos chárter cubanos desde Nueva York el 3 de julio. El Tesoro estadounidense autoriza actualmente 12 categorías de viajes a Cuba, que incluyen visitas familiares, viajes religiosos y atléticos, investigación profesional, periodismo y proyectos humanitarios.

Para casi todos los demás en los Estados Unidos que no quieren lidiar con la ilegalidad de eludir el embargo comercial de 1961, la isla caribeña ha permanecido fuerza de alcance –y por ende ha sido una tela en blanco para quienes comercializan playas tropicales, cigarros gruesos, autos pasados de moda y daiquiris servidos en los lugares que solía frecuentar Ernest Hemingway. Hasta el sistema económico de Cuba, desconocido para los ciudadanos de la economía más grande del mundo, podría ser parte de las promociones de venta para las vacaciones.

Gringos

Pero, primero, los gringos tienen que llegar allí. El gobierno cubano predice que llegarán de visita 10 millones de estadounidenses por año cuando los viajes se habiliten en su totalidad, según Craig Snyder, presidente del Consejo de Asuntos Mundiales de Filadelfia, un grupo educativo sin fines de lucro que el mes pasado organizó un evento público con dos diplomáticos cubanos. Esa cifra indicaría un aumento de 10 veces respecto del millón de visitantes estadounidenses proyectados para 2015 conforme las normas recientemente liberalizadas para los ciudadanos estadounidenses; el turismo y la inversión comercial en Cuba todavía están prohibidos para la ley estadounidense. Cuba atrae actualmente un total de unos 3 millones de visitantes extranjeros al año, en su mayoría de Canadá y de Europa Occidental. Los arribos de turistas crecieron 14 por ciento este año en comparación con el mismo período en 2014, con una afluencia de canadienses que representa gran parte de los aumentos, según datos publicados por la Oficina Nacional de Estadísticas de Cuba la semana pasada.

Todos los vuelos desde los Estados Unidos hacia Cuba se realizan en este momento mediante viajes chárter en los cuales una aerolínea alquila su avión y su tripulación a un operador independiente. Este acuerdo, en el cual el operador del chárter vende los pasajes, ofrece una ganancia garantizada para los operadores. También ha permitido a las aerolíneas más importantes aprender parte de la logística de volar a Cuba. Aun después de un embargo comercial de 54 años, los vuelos chárter eliminan cualquier incertidumbre con respecto a qué agencias cubanas pueden organizar compras de combustibles para avión o cómo arreglar un problema mecánico en tierra en La Habana.

JetBlue, que ya está en proceso de transformar a Fort Lauderdale en una “ciudad de concentración”, quiere convertirse en el primer operador estadounidense que reanuda el servicio programado a Cuba cuando ambos gobierno enciendan la luz verde.

American Airlines, con casi dos docenas de chárteres semanales, también se considera “ansioso por comenzar a cubrir Cuba” una vez autorizado, dijo el presidente de American, Scott Kirby, a los periodistas en enero. Delta Air Lines abandonó sus viajes chárter a Cuba en 2012, aduciendo ganancias bajas, pero sigue estando listo para volver al mercado: “Aprendimos lo que necesitábamos aprender sobre cómo operar en Cuba para un futuro servicio comercial posible”, escribió Mike Lowry, gerente general de las operaciones chárter de Delta, en un boletín reciente de la empresa. No obstante, el mes pasado Delta trasladó a la orquesta sinfónica de Minnesota para tocar en La Habana.

Vacaciones en La Habana

Un actor de menor envergadura, la empresa emergente de Miami Eastern Airlines, está utilizando vuelos chárter como una forma de poder impulsar sus finanzas y ganar experiencia operativa antes del debut de su servicio regular programado. Eastern anunció el mes pasado que operará 65 vuelos chárter mensuales desde Miami hasta tres ciudades en Cuba, incluidos dos viajes diarios a La Habana. Los turistas estadounidenses, obviamente, se han escabullido a Cuba durante décadas a través de Canadá, México, Jamaica y otros países no afectados por el embargo estadounidense.

Para aquellos estadounidenses que están autorizados a viajar directamente a Cuba, los precios chárter ida y vuelta parten de US$400 desde South Florida para lo que es un vuelo muy breve.

En el pasado, no resultaba tan difícil ni tan caro pasar unas vacaciones en La Habana. Cuba fue un lugar de recreo lleno de casinos para los estadounidenses durante toda la década de 1950, con abundantes vuelos cortos de Pan American y National Airlines desde Miami, Braniff Air Lines desde Houston, Mackey Airlines desde Fort Lauderdale, y a diario sin escalas, Delta desde New Orleans. (De hecho, el primer vuelo de PanAm fue un viaje postal de 1927 entre Key West y La Habana.) Una aerolínea cubana, Cubana de Aviación, también volaba diariamente a Miami y a la ciudad de Nueva York.

Algunas de las limitaciones probablemente derivarán de la realidad de Cuba “in situ”. El máximo responsable ejecutivo de Delta, Richard Anderson, predijo que la infraestructura pobre representaría un límite superior para el turismo. “Es decir, Cuba no tiene infraestructura. No tiene una economía real”, dijo recientemente a Associated Press. “¿Cómo creemos que de golpe podrá sostener docenas y docenas de vuelos diarios sin escala?” Un portavoz de Delta, Anthony Black, dice que la aerolínea “espera ansiosamente atender ese mercado cuando se presente la oportunidad”.

Cuba también aguarda con entusiasmo la inversión estadounidense, pero también quiere mantener el control sobre la entrada de dinero para que su sistema económico y político no se vea avasallado por capitalistas de vacaciones. “Están tratando realmente de tener las dos cosas en este momento”, dice Snyder del Consejo de Asuntos Mundiales, describiendo el objetivo del gobierno cubano como una suerte de “desarrollo controlado”.


Con el tiempo, las compañías de viajes casi seguramente enfrentarán problemas imprevistos al incursionar en Cuba. “Creo que a más largo plazo habrá una coreografía muy delicada para ver si pueden hacerlo como quieren hacerlo”, dice Snyder refiriéndose al gobierno cubano. “Contraria a la forma en que lo querrán muchos estadounidense, que es muy estilo Salvaje Oeste”.                   

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