Nuevo cartel emerge tras combate a grandes
capos en México
Associated Press - sábado, 9 de mayo de
2015
Tiene el control del producto y la capacidad de
distribuirlo de una organización internacional del narcotráfico. Tiene las
armas, el mando militar unificado pero también la arrogancia para desafiar a
las autoridades; una mezcla letal que lo convirtió en el enemigo número uno del
gobierno de México.
Su nombre: Jalisco Nueva Generación. En los
reflectores de las autoridades desde hace algunos meses, la atención sobre este
cartel alcanzó su punto máximo el pasado 1 de mayo cuando generó un caos enorme
en la segunda ciudad más grande de México, Guadalajara, y en otras localidades
del oeste del país, al ejecutar varios ataques coordinados y simultáneos en
contra de policías y militares, que dejaron 17 muertos y 19 heridos, el
incendio de vehículos, bancos, gasolineras, y el derribo, por primera vez, de un
helicóptero con un lanzacohetes.
En sólo unos cuantos años, Jalisco Nueva
Generación pasó de ser un grupo no muy conocido a convertirse en una de las
organizaciones más poderosas del narcotráfico junto con el cartel de Sinaloa,
de acuerdo con el Departamento del Tesoro estadounidense, cuya Oficina para el
Control de Activos Extranjeros lo incluyó en su "lista negra" de
grupos narcotraficantes.
Su rápido ascenso refleja un cambio en la
estructura del narcotráfico en México como resultado de la estrategia del
gobierno de perseguir y dar de baja a los líderes de los principales carteles.
Más que cualquier otro grupo criminal, Jalisco Nueva Generación ha sido, en los
últimos cinco años, prácticamente la única organización que logró fortalecerse
y arrebatarle espacios a otros actores, mientras que los carteles eran
debilitados por los golpes asestados por las autoridades.
"Es un cartel nuevo, de segunda
generación", dijo a la AP Guillermo Valdés, experto en seguridad y ex
director de la agencia de inteligencia mexicana entre 2007 y 2011. "Es el
único y el primero de esta nueva generación que tiene características de
organización del narcotráfico poderosa... porque su negocio principal es la
producción y la exportación de drogas".
"Y solamente cuando entras en ese nivel de
ingresos... tienes capacidad de mantener una organización de ese tamaño con
esas logísticas, con ese armamento", agregó.
Desde que el ex presidente Felipe Calderón
lanzó en 2006 una ofensiva contra el narcotráfico, con una estrategia de ir por
los líderes que ha continuado el presidente Enrique Peña Nieto, México ha
experimentado una fragmentación de esas grandes organizaciones en varios grupos
que, sin un liderazgo vertical, se disputan ahora territorios y luchan por
mercados criminales de menor cuantía al del tráfico internacional de drogas.
Cuando Calderón llegó al poder, las autoridades
reconocían cinco carteles. Ahora, la Procuraduría General de la República dice
que hay nueve grandes grupos y 43 células en las que se han fragmentado.
Jalisco Nueva Generación tiene su origen en esa
fragmentación.
Aunque había operado por años, cobró gran
notoriedad con su ofensiva el 1 de mayo en Guadalajara, a más de 500 kilómetros
al oeste de la ciudad de México y considerada la cuna del narcotráfico en el
país.
Tras la captura de los líderes del Cartel de
Guadalajara en la década de 1980, se dio el surgimiento de la que para el
experto Valdés es la primera generación de grandes carteles, varios de los
cuales subsisten. Pero la estrategia de Calderón comenzó su debilitamiento y
fragmentación.
En poco más de un año, el actual gobierno
detuvo al líder del Cartel de Sinaloa, Joaquín "El Chapo" Guzmán; al
de Los Beltrán Leyva, Héctor Beltrán Leyva; al del cartel de Juárez, Vicente
Carrillo Fuentes; a Servando Gómez, "La Tuta", líder de Los
Caballeros Templarios y a Omar Treviño Morales, jefe de Los Zetas. También dijo
de baja a Nazario Moreno, otro líder templario.
Jalisco Nueva Generación marca el surgimiento
de una segunda ola de carteles pues estos golpes permitieron que creciera y se
consolidara. Aristóteles Sandoval, gobernador de Jalisco, estado dónde se
asienta Guadalajara, dijo el miércoles que había advertido al gobierno federal
hace más de un año que los ataques a Los Caballeros Templarios fortalecerían a
su rival, Nueva Generación, pero que la reacción de las autoridades fue
insuficiente.
"En los últimos años hemos visto una
tendencia creciente de erosión de los históricamente poderosos carteles, junto
con el surgimiento de nuevas organizaciones de tráfico de drogas como el cartel
de Jalisco Nueva Generación y sus aliados cercanos de 'Los Cuinis''', dijo
recientemente John E. Smith, director interino de la Oficina para Control de
Activos Extranjeros del Departamento del Tesoro estadounidense.
El Departamento del Tesoro dice que Nueva
Generación y Los Cuinis, son poderosos por dedicarse al tráfico de cocaína y
metanfetaminas, tener presencia en al menos ocho de los 31 estados del país y
contar con conexiones en Estados Unidos, América Latina, África, Europa y Asia
para contrabandear internacionalmente.
Autoridades estadounidenses acusaron en 2013 a
Nemesio Oseguera, líder de Jalisco Nueva Generación, y a su cuñado, Abigael
González Valencia, líder de Los Cuinis, de traficar múltiples toneladas de
cocaína desde Sudamérica a México y luego "facilitar" su transporte a
Estados Unidos. La acusación, señala que los líderes ganan, por lo menos, diez
millones de dólares al año.
Ambos son acusados de manejar una organización
criminal y conspirar para distribuir cocaína y metanfetamina.
Nueva Generación tiene su origen en la fractura
de una organización ya desaparecida, el cartel del Milenio, y luego operó como
una facción de Ignacio "Nacho" Coronel, uno de los líderes del cartel
de Sinaloa, que era el responsable de la división de las metanfetaminas.
El capo murió en julio de 2010 en una operación
federal y, entonces, Nueva Generación quedó como una organización fragmentada
que, sin embargo, logró crecer.
Una de las hipótesis de cómo Nueva Generación
logró evolucionar hacia el poderoso cartel de hoy es que su líder Nemesio
Oseguera, alias "El Mencho", pudo haber heredado los contactos que
tenía "Nacho" Coronel, al tiempo que mantuvo una buena relación con
el cartel de Sinaloa. Otros creen que fueron capaces de aprovechar la red de
proveedores y distribuidores que por décadas han trabajado en la zona.
Lo que ese grupo logró en sólo cinco años no se
ha visto en ninguno de las otras organizaciones recientemente fragmentadas de
otros carteles. Por el contrario, en otros lugares del país hay una lucha entre
grupúsculos, algunos que se consideran asociados al mismo cartel.
En el estado sureño de Guerrero, un importante
productor de amapola y goma de opio, grupos fragmentados del cartel de Los
Beltrán Leyva se disputan territorios. Algunas células del cartel de Sinaloa se
pelean el estado norteño de Baja California Sur y partes de Sonora, al
noroeste.
En Tamaulipas, frontera con Texas, se han
desatado batallas entre diversas organizaciones alineadas al cartel del Golfo.
Oseguera mantuvo la cohesión de su
organización, algo que no se ha visto en otros grupos, que ya sin líderes que
controlen todas las etapas del tráfico, actúan por sí mismos.
"¿Para qué quieren jefes si ellos son los
operadores?", dijo a la AP un funcionario del estado de Tamaulipas sobre
las disputas que se viven entre las células. "Los mismos soldados
decidieron ser generales sin permiso de nadie", añadió esta persona que
pidió no ser identificado por cuestiones de seguridad.
La fragmentación es vista por algunos como un
fenómeno natural.
"Si miras como se han desarrollado los
mercados en Colombia, Venezuela, Honduras o Guatemala, Brasil... en la mayoría
de los casos verás una atomización al paso del tiempo", dijo Samuel Logan,
director de la firma de análisis de seguridad Southern Pulse.
Antonio Mazzitelli, representante en México de
la Oficina contra las Drogas y el Delito de las Naciones Unidas, comentó que la
fragmentación hace que los grupos divididos generen violencia para mantener el
control de los territorios en los que operan y dominar las actividades ilegales
en esas zonas, como el secuestro y la extorsión.
En el largo plazo, sin embargo, los carteles
mejor estructurados y menos expuestos continuarán en el negocio del tráfico
internacional de drogas, consideró.
"El principio para una organización de
tráfico de drogas es la minimización del riesgo, es usar la violencia de manera
muy escondida, operar a través de la corrupción", dijo.
Lo que también ha llamado la atención de Nueva
Generación es que decidió emprender una ofensiva contra las autoridades, a
pesar de que eso hace prever una respuesta directa del gobierno, lo cual para
algunos es un reflejo de los nuevos líderes del mundo del narcotráfico mexicano
les gusta mostrar su poderío, más que actuar con cierta discreción.
Para Valdés, la ofensiva del 1 de mayo puede
ser el principio del fin de Nueva Generación.
"El negocio del narcotráfico no va a
desaparecer mientras tengamos una demanda tan grande en Estados Unidos, pero
eso no le da certificado de inmortalidad a las organizaciones en
particular", dijo. Y el Cartel Jalisco Nueva Generación, añadió,
"compró el boleto de ser el enemigo número uno".
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