Por qué el olor a café nos pone
de buen humor
El País - agosto de 2014
No existe base científica para
afirmar que los olores por sí mismos generen tranquilidad, euforia o
excitación. Las sensaciones que percibimos al oler un determinado aroma están
condicionadas por nuestras vivencias.
“Si queremos que un perfume nos
haga sentir bien solo con olerlo, podemos usarlo por primera vez durante un
viaje y luego nos transportará a los estados anímicos y al bienestar que
experimentamos durante esa escapada”, señala el psicólogo clínico y director
del GabinetedePsicologia.com Fernando Azor.
Pero además de las experiencias
personales y su relación con los olores, algunos aromas pueden provocar
reacciones fisiológicas. “Un alimento en mal estado desprende un olor que el
organismo rechaza de forma inmediata y puede derivar en reacciones fisiológicas
como el vómito”, explica Juan Cacho, profesor emérito de Química Analítica y
director del Laboratorio del Aroma y la Enología (LAEE) de la Universidad de
Zaragoza.
Según este experto, el sentido
del olfato actúa como una señal de alerta y transmite al cerebro si se trata de
un producto beneficioso o perjudicial para el organismo.
El sistema olfativo se compone de
diferentes elementos, entre ellos la pituitaria, donde se encuentran los
receptores olfativos. Al percibir las moléculas volátiles, se produce una señal
eléctrica que llega al cerebro y este la clasifica comparándola con su base de
datos, un archivo personal de olores que almacenamos desde que nacemos. Al oler
una cosa rememoramos todo lo que sabemos sobre ella.
“Cada uno tiene unos registros y
percibe los olores de forma distinta, pero hay aromas que por norma general
originan en todos una sensación de bienestar”, indica Juan Cacho. Los hemos
almacenado en el mismo lugar: en el de las cosas buenas de la vida.
La gama de aromas que resultan
placenteros es muy amplia, casi inabarcable, y son capaces de cambiar el estado
de ánimo de la persona que los percibe. “Se puede pasar de la tristeza a la
alegría a través de la inhalación de una molécula con olor”, asegura Cacho.
Esos olores mágicos capaces de
envolver de positivismo a la mayoría de la población no son difíciles de
encontrar y están más a mano de lo que creemos. Este experto en aromas propone
cinco grupos de delicias para el sentido olfativo:
1. Frutas veraniegas (melocotón,
fresa, cereza). El olor del melocotón y la fresa se reproduce en multitud de
productos. Esto se explica porque ambos olores se asocian con el verano, las
vacaciones, el ocio, el sol, el descanso y la recuperación frente al oscuro
invierno. Todos esos estímulos nos parecen positivos. Además, sabemos que son
productos nutritivos y que generan placer al comerlos. En el caso de las
cerezas, que no desprenden un olor tan intenso, nos llama la atención su color
y sabor.
2. Hierbas aromáticas (lavanda,
albahaca, menta). Nuestras abuelas ponían en los armarios bolsitas con estas
hierbas para combatir la humedad y la aparición de moho. El aroma de estas
plantas mata esos microbios y, por lo tanto, el organismo sabe que son
beneficiosas. Las hierbas aromáticas nos resultan agradables porque su aroma es
antimicrobiano.
3. Cítricos (limón, mandarina,
naranja). Son olores frescos y placenteros. Estos alimentos contienen vitamina
C y son antioxidantes. El organismo necesita compuestos antioxidantes y por eso
los considera positivos.
4. Infusiones (té, poleo,
manzanilla, tomillo, café). Tienen una serie de compuestos que normalmente
resultan agradables para todo el mundo. El aroma del café recién hecho por la
mañana espabila a mucha gente, despierta los sentidos sin la necesidad de
consumirlo. Basta con el olor. En el caso de infusiones digestivas como la
manzanilla, el organismo sabe que son beneficiosas porque ayudan a encontrarse
mejor por sus propiedades antimicrobianas.
5. Especias (vainilla, canela,
clavo, pimienta, pimentón). Desprenden olores que el organismo clasifica como
positivos. Desde la antigüedad, las especias se han utilizado para conservar
los alimentos, ya que además de ser antimicrobianas, el olor que desprenden
predomina sobre el de los alimentos que están a punto de entrar en estado de
descomposición.
No hay comentarios:
Publicar un comentario