Compliance, clave contra el
fraude y el lavado
Forbes - lunes, 10 de marzo
de 2014
La función del compliance ha sido muy poco
explorada por las empresas en Latam para prevenir y combatir algunos de los
delitos que pudieran dar origen a operaciones con recursos de procedencia
ilícita.
La figura del cumplimiento
regulatorio, conocida en el ámbito internacional como c ompliance , es una
actividad corporativa que tiene que ser desarrollada de una forma más activa en
las diferentes empresas latinoamericanas tanto del sector privado como el gubernamental
a fin de fomentar altos estándares éticos y prácticas corporativas apegadas a
las leyes y normas aplicables y de esta forma combatir el fraude, entre otros
delitos.
Como lo he mencionado en
anteriores colaboraciones, la función de compliance en América Latina se
encuentra muy enfocada al tema de la prevención de lavado de dinero y ha sido
muy poco explorada por las empresas de la región para prevenir y combatir
algunos de los delitos que pudieran dar origen a operaciones con recursos de
procedencia ilícita, situación que mitigaría en gran medida, entre otros
temas, los fraudes corporativos como los
que nos hemos enterado de forma reciente a través de los medios de
comunicación.
Martin T. Biegelman, en su libro
Building A World- Class Compliance Program nos describe de forma muy acertada
interesantes conceptos sobre el tema de Compliance, mismos que me gustaría
compartir algunos de ellos con usted, estimado lector, dichos conceptos
seguramente lo harán reflexionar sobre la importancia de esta actividad en gran
medida desconocida en nuestra región.
Bielgelman nos dice en su obra
que compliace significa seguir la ley y más. Es asegurarse que las
organizaciones se adhieren a todos los requerimientos legales aplicables. Es un
detallado y complejo proceso. Conocer la ley y seguirla es sólo una parte de
este concepto. Compliance es una mezcla exitosa de seguir las regulaciones,
disposiciones y leyes-con ética- desarrollando y sosteniendo una cultura basada
en valores, integridad, rendición de cuentas y siempre hacer las cosas
correctas.
También menciona Bielgelman que
cada empresa que quiera ser seria con respecto al compliance requiere contar
con una unidad para combatir el fraude. La unidad de investigación de fraude
debe ser responsable de la detección, investigación y prevención de fraude
debiendo tener un fuerte soporte de la alta dirección y comité de auditoria.
Cualquier unidad creada por la empresa debe tener el suficiente personal con
experiencia en investigación de fraudes. Debido a la complejidad de los
esquemas de fraude toma algunos años adquirir la experiencia y habilidades para
ser un experto en detección de fraude e investigación.
Se debe considerar desarrollar un
marco sobre todas las investigaciones conducidas. Dicho marco podría proporcionar
un detallado proceso paso por paso para una investigación de excelencia y
supervisión. Antes de iniciar una investigación, un detallado plan debe ser
creado identificando el ámbito de aplicación y los elementos relacionados.
Otra mejor práctica a considerar
de acuerdo a Bielgelman es la creación de un código de conducta específico para
los investigadores de fraudes. El rol de los investigadores y el proceso de
investigación interno ha sido el foco de los medios de comunicación en los
últimos años que involucran a compañías Fortune 500. Al haber existido una
serie de cuestiones señalando el comportamiento de sus investigadores, el
resultado ha sido una mayor supervisión de los roles de investigación en las
organizaciones empresariales. Por encima de todo, los investigadores no deben
permitir cualquier sesgo, prejuicio u opiniones preconcebidas para impedir una
investigación y siempre reportar hechos de forma precisa y completa. La
creación de un código que contenga la conducta profesional a la que debe
apegarse el investigador, mejores
prácticas, cumplimiento con las leyes y políticas así como la prohibición de
conductas inapropiadas y faltas de ética, es otro proceso que puede proteger
aún más a una organización de riesgo reputacional y financiero.
Es momento de tomar en serio en
la región latinoamericana la implementación tanto en el sector empresarial como
gubernamental de modelos robustos de compliance que fomenten el cumplimiento
con leyes, políticas y estándares éticos que mitiguen la comisión de delitos
como, entre otros, fraudes corporativos. Bien lo dijo Robert Noyce, inventor
del chip de silicio: “Si la ética en la cima es pobre, esa conducta es copiada
en todos los estratos de la organización.” ¿Coincide usted, estimado lector?
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