¿Cómo hizo Coca-Cola para reinar en la
mercadotecnia?
Forbes - jueves, 4 de diciembre de
2014
La reciente campaña de Coca-Cola en México
confirmó la existencia de una tendencia de marketing en la que usar el nombre
de los consumidores en los productos se convierte en un gancho tan atractivo
que incluso podría llegar a sustituir el logo de una marca.
A muchos de los clientes en las cafeterías de
Starbucks les suele gustar que las bebidas digan su nombre; incluso se
esfuerzan en que el cajero lo escriba bien. Y es que cuando te hablan por tu
nombre te sientes respetado, tomado en cuenta, sientes que vales para los
demás.
Esto responde, en parte, a una tendencia actual
conocida como mercadotecnia personalizada, que además del citado caso de
Starbucks, se ejemplifica con estrategias como los correos electrónicos que nos
llegan con nuestros nombres e información de productos que solemos consumir. O
cuando buscas una lata de Coca-Cola que tenga tu nombre o una que diga Carlos,
para regalársela a tu mejor amigo.
La marca de la felicidad
La reciente campaña “Comparte una Coca-Cola”
—que lanzó a miles de personas a las tiendas por latas que tuvieran plasmadas
su nombre o el de alguien querido— evidenció más aún el éxito de esta forma en
que algunas marcas le hablan de tú al consumidor.
“Ha sido muy alentador apreciar la magia que
tiene la campaña, porque ver tu nombre en el lugar de una marca que quieres
tanto hace un efecto multiplicador”, comenta José Luis Basauri, director de
Mercadotecnia de Coca-Cola México, quien además recuerda que como parte de las
estrategias que llevan a cabo analizan algo a lo que llaman
“macrotendencias”. “En este estudio que siempre hacemos, encontramos esta idea
de customization, donde el plan es que el consumidor sienta que los productos
fueron hechos sólo para él o ella; tiene una fuerza muy interesante en general.
Y ya cuando lo bajas a quizá lo más personal que todos tenemos, que es nuestro
nombre, y lo ves plasmado en el lugar donde está normalmente el nombre de una
marca que quieres, tenemos una combinación perfecta”, agrega.
La campaña inició en 2011 en Australia, donde
estaban buscando una idea para conectar con los adolescentes y la juventud en
época de verano. Varias agencias de publicidad presentaron ideas y una de ésas
se lució. La junta inició mostrando a Lucie Austin, entonces directora de
Mercadotecnia de Coca-Cola para el Pacífico Sur, una lata con su nombre
impreso. Eso la emocionó como si fuera una niña, y vio entonces que era una
gran idea. La campaña implicó, además, lograr que a nivel institucional se
pudiera ceder uno de los páneles con el nombre de esta famosa marca a un nombre
cualquiera.
El éxito resultó inmediato: en sólo tres meses,
el consumo de esta bebida entre jóvenes adultos del país se incrementó 7% y,
además, los australianos comenzaron a tomar este refresco por primera vez o por
primera vez en el año.
Nuestro país fue el número 66 a escala global
en el que se implementó la campaña, y el primero de Latinoamérica en el que se
hizo con tal magnitud, con muchos nombres y en las tres marcas: Coca-Cola,
Coca-Cola Light y Coca-Cola Zero. Para definir qué nombres se usarían se
realizó un estudio, el cual arrojó los nombres más populares y que incluyó también
diminutivos. De la primera producción resultaron 350, y de la segunda 250.
Para escribir un nombre diferente a los
enlistados, las personas podían conseguirlos en centros de personalización,
más de 30 en todo el país.
El ejecutivo de la refresquera comenta que en
la empresa en México se sienten muy satisfechos porque la conversación digital
ha aumentado significativamente en todas sus redes sociales, desde el inicio de
la campaña. Y aunque no revela números, a los que califica de datos confidenciales,
argumenta que el incremento en menciones ha sido hasta de cinco veces en
promedio mensual. Agrega que el éxito también se ha visto reflejado en
participación de mercado y ventas en comparación con el año anterior.
“No tenemos un ranking como tal, pero te puedo
decir que yo creo que sí. Considerando el tamaño de México, la segunda
subsidiaria más importante para The Coca-Cola Company en el mundo, la madurez
de marca Coca-Cola y viendo los resultados, estamos en the top of the list”,
declara.
El éxito
de esta campaña , que inició en nuestro país el 14 de julio —un día después de
que terminara el Mundial de Fútbol de Brasil, ya en el tercer trimestre—, cobra
especial importancia porque Coca-Cola Femsa reportó una caída en ventas de
6.6%. Y también contrasta con lo ocurrido en el primer trimestre de 2014
cuando, según datos de la Encuesta Nacional de Obesidad realizada por la
Alianza por la Salud Alimentaria (ASA), hubo una reducción de 10% en el consumo
de refrescos y bebidas azucaradas en comparación con el mismo periodo de 2013.
José Luis, quien antes fue director de
Marketing en Procter & Gamble por casi 15 años, confirma que el éxito de
esta campaña radica precisamente en la personalización, aunque no está muy
seguro que todo en mercadotecnia vaya hacia allá. “No me atrevería a decirte
‘es la macrotendencia más importante’, o ‘es la más fuerte’; no lo sabemos
—argumenta—, no creo que todo se vaya hacia esto, las ideas que descansan o
que capitalizan en tensiones globales grandes que vemos que van a durar muchos
años, son las que despegan del suelo muy bien”.
Foto: Francisco Leija.
Lealtad y emociones
Pero esta tendencia no es tan joven. Desde sus
inicios, en 1971, Starbucks tuvo la intención de ser una compañía diferente.
Para la empresa es una de las maneras en las que sus socios (empleados)
establecen conexiones significativas y relaciones con el consumidor. El éxito
del modelo de esta compañía es tal que cuenta con más de 21,000 tiendas en 65
países y se ha convertido en el primer tostador y vendedor de café de
especialidad en el mundo.
“En 1970 vino la etapa de la preocupación por
el consumidor y entonces el consumidor se volvió el rey. Es el principal centro
de interés”, explica Carlos Gómez Palacios y Campos, director de la Facultad de
Comunicación de la Universidad Anáhuac y quien por más de 15 años ha trabajado
en mercadotecnia, investigación de mercados y planeación de medios para General
Foods de México y Colgate Palmolive.
Ya para la década de los noventa surgió la
inquietud en el mundo de la mercadotecnia no sólo de darle al consumidor
productos, o que éstos tengan un nombre, sino que se generen marcas que sean
una especie de amigo o amiga. “Ya no sólo es que me prefiera, sino que le sea
leal a mi marca. Es decir, hay una vinculación emocional mucho más fuerte”,
agrega Gómez Palacio, quien recientemente publicó el libro Branding. Esencia
del marketing moderno, coedición de la Universidad Anáhuac y lid Editorial
Mexicana.
¿Soledad?
Una tendencia actual en este sentido es que las
marcas ya no sólo buscan a personas que tengan un contenido afectivo con
ellas, sino que las promuevan. “Y este tipo de vinculación en dos sentidos
lleva a que de la misma forma en que hablas bien con tus amigos de algún otro
amigo, que hables bien de una marca que ha logrado establecer esa vinculación
emocional contigo”, agrega Gómez Palacio.
Pero, ¿existe alguna otra razón para que este
tipo de marketing triunfe?
Graciela Saldaña Hernández, académica del
Departamento de Estudios Empresariales de la Universidad Iberoamericana,
invita a preguntarnos si el éxito de la campaña de Coca-Cola radica en la
soledad que puede sentir la gente, en la existencia de una sociedad vacía,
necesitada de afecto.
Y plantea también otra hipótesis: muchas
personas, al ver su nombre en una lata de refresco, se sienten importantes. “Y
cubren aquel vacío de lo que no les ha podido dar el Estado. Por ejemplo,
cuántas de esas personas podrían querer tener acceso a la educación, y ver su
nombre en un diploma, en un título, en un concurso de matemáticas. Y no
pudieron, pero lo están viendo aquí”, agrega esta especialista, quien imparte
el curso de Desarrollo Organizacional y Calidad de Vida, y de Dirección de la
Empresa Familiar en esa casa de estudios.
Para ella, el triunfo de esta campaña podría
deberse también a que genera alegría en una sociedad que ya está cansada de la
violencia, de ver listas de nombres, pero de muertos, asesinados,
desaparecidos.
Desde esta óptica, entonces, mientras más
profunda resulta ser una crisis en una sociedad, pareciera que es mayor el
éxito que llegan a tener ciertas estrategias publicitarias: las que logran
entender de la mejor manera qué aflige a la gente.
¿Resulta irónico pensar que, aunque al producto
se le ponga un nombre, en realidad es igual o muy similar para todas las
personas? “La respuesta tiene que ver mucho con el sentimiento de propiedad de
las sociedades en las que vivimos, estamos muy relacionados con éste. Y ahí se
rompe la idea de ‘no importa que sea lo mismo, pero es mío y es diseñado para
mí’. Eso lo toma el inconsciente”.
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