El infierno del "peor hospital psiquiátrico
de América"
BBC Mundo - viernes, 5 de diciembre de
2014
Un hospital en Guatemala ha sido denominado por
activistas de la salud como uno de los más brutales y peligrosos centros de
salud mental en el mundo.
Algunos expacientes dicen que en este lugar los
violaban después de sedarlos.
De hecho, el mismo director admitió –mientras
era grabado por una cámara oculta de la BBC- que los pacientes continúan siendo
abusados sexualmente.
Lo cierto es que donde quiera que miro veo
cuerpos estáticos acostados sobre el suelo de concreto del patio.
Los pacientes tienen la apariencia de haber
sido fuertemente sedados. Están totalmente rapados, vestidos con túnicas y
descalzos.
Otros van desnudos, exponiendo su piel sucia
con su propia orina y excremento. Ellos parecen más prisioneros de un campo de
concentración que pacientes.
El hospital Federico Mora es la casa de 340
pacientes, incluyendo 50 criminales violentos con problemas mentales.
Pero de acuerdo con el director del hospital,
Romeo Minera, solo una pequeña minoría tiene un problema mental serio: un
impactante 74% de las personas ha llegado a este lugar para recibir un poco de
atención y cuidado, y deberían haberse quedado en la comunidad.
Encubierto
Minera cree que mi equipo y yo somos
trabajadores de caridad que estamos aquí para ayudar a su fallida institución.
Los periodistas no son bienvenidos aquí. Hacer
una historia de encubierto fue la única manera de acceder a las instalaciones
del hospital que ha sido denunciado por diversos grupos defensores de los
derechos humanos.
Algunos pacientes duermen en camas que están
cubiertas de orina y excrementos.
Adentrarse hacia una de las salas es como
entrar en un infierno en la Tierra. Allí se ven más pacientes vestidos con
harapos sentados en el suelo o en sillas de plástico, meciéndose ellos mismos
para reconfortarse un poco.
En este espacio oscuro y reducido, no parece
existir otra forma de estímulo.
Apenas nos ven, los pacientes intentan
alcanzarnos, desesperados por contacto humano. Un hombre me abraza y me ruega
que lo saque de allí.
Un enfermero me dice que tres miembros del
personal tienen que estar pendientes de entre 60 y 70 pacientes, otros explican
que la única manera que tienen para controlarlos es sedarlos.
Mientras mi traductor distrae al director, yo
logro escabullirme hacia los dormitorios por un largo y oscuro pasillo.
Allí me encuentro con más pacientes, que yacen
sobre unas camas de metal oxidadas y rotas.
Los enfermos parecen estar muy sedados para ir
al baño por sus propios medios.
Se pueden apreciar manchas de orina en los
colchones y la ropa de algunos pacientes está cubierta con sus propias heces.
El hedor de la suciedad humana me sobrecoge y
trato desesperadamente de no vomitar.
En respuesta a nuestra investigación, el
gobierno de Guatemala señaló que el hospital "usa la dosis mínima de
sedantes recomendado por la Organización Mundial de la Salud" y defendió
las condiciones en las que se encuentra el hospital.
"Se cuenta con enfermeros cualificados
para atender las necesidades de los pacientes, incluido mantenerlos limpios y
vestidos. Y un equipo que se encarga de mantener las salas limpias",
declaró.
Violaciones repetidas
Pero aquí no termina el horror que nos rodea.
Estamos filmando en secreto al director mientras hace una declaración
sorprendente: los guardias abusan de los pacientes.
Los pacientes son sedados al punto que pueden
dormir en el patio bajo un ardiente sol.
El hospital, dijo, es un lugar "donde
cualquier cosa puede pasar".
Dos expacientes me dijeron que fueron violados
en el hospital Federico Mora. Y que los perpetradores incluyeron tanto a
personal médico como de seguridad.
Una mujer nos dijo que fue abusada sexualmente
por un enfermero mientras estaba durmiendo. En ese entonces solo tenía 17 años,
y era virgen.
"Como estaba sedada, no estaba consciente
de lo que pasaba. Solo me di cuenta a la mañana siguiente que había perdido mi
inocencia. Estaba sangrando entre las piernas y comprendí lo que había pasado
esa noche: que un enfermero había entrado y me había violado", explicó.
Era su tercer día en el hospital. Dos semanas
después ella pidió a su familia de forma desesperada que la sacaran de ese
lugar.
"Uno nunca puede olvidar una experiencia
así", dijo mientras se secaba las lágrimas. "Eso se queda en tu
mente. Todavía pienso mucho en los pacientes que están allí".
Ricardo, otro expaciente, dijo que fue violado
repetidamente durante los tres años que estuvo en el Federico Mora.
Logró salir de allí después de una feroz
batalla legal en la que alegó que había sido mal diagnosticado por
esquizofrenia.
"Se aprovecharon de las pacientes cuando
estaban sedadas y no estaban en su sano juicio", anotó Ricardo.
Y añadió: "Los oficiales de policía, los
pacientes y los enfermeros –además de algunos doctores- ellos separan a las
pacientes más bonitas durante la noche".
"El peor lugar"
El grupo Derecho Internacional para la
Discapacidad, (DRI, por sus siglas en inglés) que tiene su sede en Estados
Unidos, pasó tres años recolectando evidencias de lo que ocurría en el Federico
Mora.
En un reporte publicado en 2012, DRI describió
el hospital como "las instalaciones más peligrosas que nuestros
investigadores han visto en el continente americano".
Las instalaciones del hospital Federico Mora
son, según algunas organizaciones, deficientes para atender pacientes con
problemas mentales.
Y añadieron: "Cualquier persona, con o sin
problemas mentales, que es retenida en este hospital tiene su vida en riesgo,
su integridad personal, además de la posibilidad de trato inhumano y
tortura".
El reporte explicó que a algunos pacientes se
les negó el tratamiento médico, fueron expuestos a contagio de enfermedades
infecciosas serias y –a través de los abusos sexuales- estaban en riesgo de
contraer VIH
En una de sus visitas, el personal de DRI logró
filmar a una de las pacientes que explicaba cómo, en el primer día de estadía,
había sido violada mientras la ataban a una pared.
"El abuso sexual hace que sea un nivel más
terrible que cualquier lugar que yo haya visto antes", dijo el fundador de
DRI, Eric Rosenthal.
Las celdas de aislamiento
"También vi a pacientes puestos en
aislamiento. Había un hombre que literalmente estaba tratando de escalar por
las paredes de la celda de aislamiento. Él estaba en la parte de arriba de la
pared tratando de escapar. Y hay gente que es encerrada en estas celdas durante
horas o días", añadió.
En mi visita al hospital, también pude apreciar
una de esas celdas de aislamiento que son utilizadas para pacientes muy
violentos. Es un salón de dos metros cuadrados con una pequeña ventana.
Un hombre estaba en un rincón, mientras que el
suelo estaba cubierto con desperdicios humanos.
El director me dijo que esos cuartos están
vigilados constantemente, pero también admitió que hace poco un hombre se había
suicidado allí subiéndose en una ventana y ahorcándose.
El director del hospital Federico Mora afirmó
que en ese lugar "cualquier cosa puede ocurrir".
El gobierno de Guatemala defendió el uso del
aislamiento: "Los pacientes son puestos en estos cuartos solo por dos
horas cada vez" y son constantemente monitoreados.
El gobierno también argumentó que ninguna
persona estaba mantenida en aislamiento cuando realizamos nuestra visita.
A la Corte Interamericana
El uso de celdas de aislamiento hizo parte de
la evidencia que el DRI llevó a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos,
CIDH, en 2012, donde solicitaban que se tomaran "medidas de
emergencia".
Efectivamente se ordenó al gobierno de
Guatemala tomar en cuenta los temas presentados por DRI en orden de
"salvar vidas".
Las autoridades estuvieron de acuerdo en actuar
de forma inmediata y lanzaron una investigación para aclarar los alegatos sobre
abuso sexual.
Pero dos años después aparentemente no ha
pasado nada.
Ahora, el grupo DRI está preparando un nuevo
caso contra el gobierno de Guatemala para obligar al cierre del hospital.
El caso se presentará en el segundo semestre de
2015, y se verá al gobierno de Guatemala sometido a juicio por la CIDH sobre
los problemas en el hospital.
Con esto podría enfrentar sanciones comerciales
y económicas de otros miembros de la CIDH.
Los empleados del hospital
El personal del hospital tenía miedo de alguna
represalia si llegaban a hacer una declaración.
La única forma en que seis de ellos aceptaron
hablar conmigo fue que lo hiciéramos de forma grupal y sin dar nombres.
"Nosotros no tenemos la medicación
adecuada para tratar a los pacientes. Además, es sucio, hay ratas y
cucarachas", admitió una de ellas, con las manos temblando de los nervios.
"Creo que puedo hablar en nombre de todos
cuando digo que son de conocimiento común los abusos que los guardias cometen
en el hospital", dijo otro.
En ese momento los seis empleados del hospital
comenzaron a llorar.
El hospital Federico Mora fue denunciado ante
la Corte Interamericana de Derechos Humanos en 2012.
"No es solo peligroso para los pacientes.
También lo es para nosotros", dijo uno de los trabajadores de salud, que
sostenía las manos de sus colegas.
"Nos hemos quejado bastante, pero nadie
nos escucha. Trabajar en el hospital es aterrador", añadió.
Sin palabras
De regreso en Reino Unido, le mostré una parte
de la filmación a un abogado de derechos humanos, John Cooper.
"Hay un hombre durmiendo en su cama con
heces a su alrededor. Es una persona en su momento de mayor vulnerabilidad. Me
deja sin palabras lo que estoy viendo", dijo.
Añadió que es probablemente el peor caso de
falta de atención y humanidad que ha visto.
El gobierno de Guatemala le dijo a la BBC que
ha iniciado un proceso para mejorar su sistema de atención a la salud mental en
todo el país.
También afirmó que comenzó a construir un muro
para separar a los prisioneros del resto de los pacientes.
Y aunque no ha recibido ningún informe de abuso
sexual o violación, dijo, ya ordenó otra investigación interna.
Rosenthal, de DRI, dijo que ya había escuchado
esas promesas en 2012 y cree que solo un proceso legal puede salvar a los
pacientes del Federico Mora.
"Ser un país en desarrollo con una
economía pobre no es una excusa para la tortura, el abuso sexual y la falta de
cuidado digno", dijo.
"Es una total deshumanización. A esas
personas no se les trata como seres humanos. Se les ha dado por perdidas. Se
les ha encerrado y su crimen es tener una discapacidad", concluyó.
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