¿Se están alejando las empresas españolas de
Latinoamérica?
América Economía - noviembre de 2014
Tradicionalmente, Latinoamérica ha sido una de
las prioridades en la expansión internacional de las compañías españolas o, al
menos, eso parecía. De hecho, esta afirmación “es un falso mito”, tal y como
asegura Juan Carlos Martínez Lázaro, economista de IE Business School, quien
explica que, “desde principios de la década pasada, las empresas españolas
están invirtiendo más en los países de la Unión Europea (UE) que en
Latinoamérica”. De hecho, según este experto, la balanza se inclina a favor de
la UE en 70%, frente a 30% que iría destinado a Latinoamérica. Aunque no en la
misma proporción, esta tendencia también se manifiesta si se tienen en cuenta
solamente la inversión destinada a fusiones y adquisiciones realizadas en el
extranjero en lo que va de año por las firmas españolas.
Entre enero y octubre, las empresas con sede
social en España han destinado cerca de 28.000 millones de euros a realizar
adquisiciones de otras compañías fuera del país. A priori, los resultados
muestran que el continente americano (con Estados Unidos y Canadá incluidos) es
el preferido por los empresarios españoles a la hora de internacionalizarse, ya
que el 65% de ese presupuesto ha ido a parar a compras en esta región, es
decir, algo más de 18.000 millones de euros, según datos de Transactional Track
Record (TTR), compañía especializada en seguimiento y análisis de operaciones
corporativas. Por otra parte, las adquisiciones en países europeos apenas
supera los 8.000 millones de euros, es decir, 29% de la inversión. Tan sólo el
6% se destina a otros continentes, principalmente Asia, y de forma minoritaria
a África y Oceanía.
Sin embargo, el economista de IE Business
School avisa de la importancia de poner en contexto estos datos, ya que, en su
opinión, “analizar series temporales cortas puede suponer un sesgo”, además de
que determinadas operaciones puntuales podrían disfrazar las estadísticas. Por
ejemplo, las estadísticas incluyen una recompra de acciones llevada a cabo por
Banco Santander de su filial brasileña de cerca de 5.000 millones de euros.
También pueden tener un efecto distorsionador las operaciones multimillonarias
puntuales y no recurrentes en el tiempo, como la oferta pública de compra de
Telefónica por la operadora brasileña de telecomunicaciones GVT, de alrededor de
más de 7.000 millones de euros. Si eliminan estos efectos del estudio, entonces
la tendencia cambia radicalmente y Europa se convierte en la gran protagonista
de las adquisiciones españolas, representando más del 50% en valor, frente al
38% de América. Además, si se atiende sólo a las compras de compañías
realizadas en Latinoamérica, ésta región sólo supondría el 16% de la inversión
destinada a adquirir empresas por parte de firmas españolas.
Aun así, los expertos aseguran que eso no
quiere decir que Latinoamérica esté perdiendo protagonismo para las firmas
españolas, sino que más bien la inversión llega de otra manera. José Ramón
Cobo, director del Máster en Dirección Internacional de Proyectos de ESCP
Europe, explica que “las economías de Latinoamérica llevan un tiempo despegando
y cuando un mercado ya es maduro -hay que tener en cuenta que economías como la
colombiana o la peruana crecen a un ritmo de entre el 4% y 6% (más típico de
mercados maduros que de economías estrictamente emergentes)- la práctica más
habitual es que desarrollen sus propias empresas a través de acuerdos
bilaterales, de tal forma que la compañía española le proporciona el valor
añadido que le falta a la local”, pero sin llegar a adquirirla. Por su parte,
Juan Carlos Martínez Lázaro recuerda que, además, existen muchas estrategias
para desembarcar o crecer un país, por lo que la compra de firmas locales no
siempre es la mejor opción y “existen otras fórmulas: unas veces adquieren,
pero otras se instalan directamente”.
Por otra parte, la realidad económica y
política de algunos países latinoamericanos, con una seguridad jurídica más
discutible, podría estar descompensando la balanza en contra de la región, a
pesar del creciente interés que despiertan otros. El economista de IE Business
School explica que “hay países muy atractivos para la inversión española y que
van a seguir siendo muy importantes, como Perú, México y Colombia”. Sin
embargo, señala que hay otros, como Argentina y Venezuela, “donde es difícil
encontrar empresas nuevas donde quieran invertir las españolas”.
Además, tal y como señala Mauro F. Guillén,
profesor de Wharton, “los activos a comprar son más caros en EEUU o en Europa,
por lo que las cifras en esos países siempre es más probable que excedan a las
de América Latina o África”.
En estos momentos, los datos de TTR demuestran
que los dos grandes motores de atracción en Latinoamérica son Brasil y Chile,
que no sólo son líderes en valor a la hora de hablar de adquisiciones en estos
dos países, sino también en número de operaciones, ya que entre los dos
concentran el 17% de las compras realizadas por empresas españolas en el
extranjero. México, con 8%, también es otro punto clave en número de
transacciones, aunque en valor todavía está lejos de sumar las cifras multimillonarias
que reciben sus vecinos sudamericanos. En número, la gran prioridad en el
extranjero para los españoles es Estados Unidos, que concentra el 13% de las
transacciones.
Estas cifras ponen de manifiesto que aspectos
que tradicionalmente han sido más valorados por los inversores españoles, como
la cultura o un idioma común, están perdiendo protagonismo, así como el hecho
de pensar que son las regiones emergentes las que más interés despiertan a la
hora de internacionalizarse. “Estamos en un mercado globalizado y esto es una
realidad; existe actualmente una generación de directivos de entre 35 y 45 años
que se han formado en un mundo global e interconectado, donde el idioma deja de
ser un reto; se ha perdido el miedo a no saber expresar una idea porque los
negocios ya hablan un idioma común. Por otro lado, estos directivos saben
perfectamente adaptarse a otras culturas, saben cómo interactuar porque conocen
exactamente los parámetros de relación con otras culturas. Las barreras se han
saltado”, apunta el experto de ESCP Europe.
De ahí que ahora Estados Unidos haya pasado,
por ejemplo, a un primer plano para las empresas españolas, adelantando,
incluso a Brasil. Martínez Lázaro apunta que, “aunque EE.UU. es un mercado
complejo por su tamaño y complicado por la necesidad de gestión financiera, las
empresas españolas se han dado cuenta de que es un mercado en el que hay que
estar, ya que es el único con más de 300 millones de habitantes con una renta
per cápita anual que supera los 40.000 dólares”. Además, señala que para
algunas firmas españolas es especialmente atractivo por los grandes proyectos
de infraestructuras que se van a acometer en el país. En este punto, coincide
también José Ramón Cobo, que apunta que “ahora es el momento de apostar por
EEUU, ya que cuando un mercado está desarrollado, da paso a la innovación y a
la tecnología de alto valor añadido” y, por tanto, hay negocio para quienes
cuentan con ese tipo de know-how y desarrollo en I+D.
Sin embargo, los expertos coinciden a la hora
de señalar la importancia de diversificar los riesgos y apostar por mercados
que se encuentren en distintas fases económicas, de ahí que Brasil o Chile
sigan siendo claves para los empresarios españoles y los que concentren la
mayor parte de la inversión destinada a compras de compañías, tanto en valor
como en número. Ante las dudas que puedan surgir por la evolución actual de
alguno de estos mercados, Mauro F. Guillén considera que es cierto que “Brasil
va mal ahora, pero no va a ir mal siempre”. En su opinión, “el inversor directo
tiene que adoptar una visión a medio y largo plazo”, y eso es justamente lo que
están haciendo las compañías españolas en este caso.
A pesar de que los datos macroeconómicos no
acompañan al país iberoamericano, Juan Carlos Martínez Lázaro no se muestra
sorprendido de que siga siendo uno de los principales destinos de la inversión
extranjera de las firmas españolas, ya que “se trata de un buen mercado con un
gran tamaño. Aunque su economía esté mostrando signos de estancamiento y las
previsiones de crecimiento no sean muy alentadoras, se trata de una región con
200 millones de habitantes entre los que está aumentando la renta per cápita y,
por tanto, eso se traducirá en un crecimiento del consumo”. Además, el
economista de IE Business School señala que hay otros factores que influyen
positivamente, como la organización de los Juegos Olímpicos. En su opinión,
“independientemente del pulso económico, se trata de un destino muy interesante
en el que las empresas extranjeras tienen que estar presentes”.
El profesor de ESCP Europe hace hincapié en
esta idea y añade que “se trata de una cuestión de volumen y capacidad de
mercado. Según los datos del Banco Central de Brasil, somos el segundo país
inversor, por detrás de Estados Unidos. En términos puramente crematísticos,
los datos de la Cámara de Comercio de Brasil-España hablan de unos 12.800
millones de euros de inversión en los próximos dos años, sobre todo,
procedentes de sectores como el energético o infraestructuras, que son los que
van a impulsar el desarrollo del país; las que van a sentar las bases para que
se convierta en una economía madura”. Por eso, Cobo insiste en que “es el
momento de desarrollar los sectores principales del país”, por lo que hay
muchas oportunidades para compañías dispuestas a incrementar la
internacionalización de sus actividades.
En cuanto a Chile, Martínez Lázaro señala que,
“si bien es cierto que es más pequeño, comparado con otros de su entorno,
destaca por su seguridad jurídica y económica”, por lo que este experto no ve
ninguna razón para que “la inversión española en este país, que viene siendo
una tradición histórica, no lo siga siendo en el futuro”. Y aunque la economía
de Chile pueda verse afectada por algunos elementos negativos, como la caída
del precio del cobre, del que todavía depende mucho, “la economía del país
tiene fuerza propia para seguir pujando y creciendo”, sostiene el experto de IE
Business School.
José Ramón Cobo lo resume de la siguiente
manera: “Mientras que Brasil ofrece volumen de mercado, Chile aporta
estabilidad, ya que si bien es un mercado que no tiene tanta capacidad como el
brasileño, sí cuenta con estabilidad política y económica, convirtiéndolo en un
valor seguro para las compañías españolas”.
Otros países latinoamericanos, como Perú,
Colombia, Bolivia o México también concentran un destacable número de compañías
que han sido adquiridas por firmas españolas, pero las cifras que manejan son
bastante más pequeñas, lo que pone de manifiesto que, lejos de adquirir grandes
compañías, las firmas españolas utilizan estos destinos para adquirir pequeñas
y medianas empresas que les sirvan para instalarse en el país, lo que también
pone de manifiesto que el comprador suele tener también un tamaño modesto, por
lo que se ve obligado a adquirir objetivos más pequeños. Juan Carlos Martínez
Lázaro asegura que, desde que estalló la crisis económica, “se está produciendo
una segunda oleada de pymes españolas que están desembarcando en
Latinoamérica”. En su opinión, eligen este destino “no sólo por un tema
cultural, como muchas veces se cree, sino porque se trata de mercados en
crecimiento”.
Una vez más, Chile es uno de los países más
avanzados también en este segmento, con la puesta en marcha de proyectos para
impulsar la relación entre pymes chilenas y españolas. Es el caso, por ejemplo,
del programa Start Up Chile. En una reciente presentación de esta iniciativa en
España, María Ángeles Osorio, directora ejecutiva de la Fundación Chile-España,
aseguró que estas iniciativas son importantes para reforzar los intercambios
económicos entre ambos países, ya que varios emprendedores españoles se han
beneficiado de este programa y han desarrollado con éxito sus iniciativas
innovadoras. En el mismo acto, Javier Santiso, profesor del Departamento de
Economía de Esade, apuntó que si bien el Start Up Chile nació para atraer
talento extranjero, ahora son los propios chilenos los que más planes de
creación de empresas presentan. De alguna manera, este cambio de tendencia es
lo que hace que, por ejemplo, cada vez sean menos los empresarios latinos que
quieran vender sus compañías a inversores extranjeros y, por el contrario,
“asistimos a un proceso de expansión de las multilatinas hacia Europa”,
concluyó Santiso.
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