Cuándo una mujer no es suficientemente mujer
BBC - sábado, 11 de octubre de 2014
A Dutee Chand le gusta su cuerpo así como es.
Con su cabello negro, largo y músculos bien definidos, Chand cree que cada
cromosoma, célula y órgano la hace ser la mujer que siempre ha sido.
En 2013 se convirtió en la sensación del
atletismo en India al ser la primera velocista en llegar a una final de una
competencia internacional en 2013 y, a sus 18 años, ya sumaba en su palmarés
los títulos nacionales en 100 y 200 metros planos.
Pero la que prometía ser una carrera de éxito
tuvo un giro inesperado el pasado mes de julio.
Chand no "pasó" un examen que nada
tuvo que ver con sus tiempos, estado de forma o dopaje y fue apartada
dramáticamente del equipo indio que iba a participar en los Juegos de la
Mancomunidad británica.
La razón fue que su cuerpo no era lo
suficientemente femenino para competir en las pruebas de mujeres, o mejor
dicho, era demasiado masculino.
Apelación
Al igual que sucedió con la sudafricana Caster
Semenya en 2009, Chand descubrió que su cuerpo genera niveles de testosterona
similares a los que se encuentran en los hombres.
Caster Semenya logró la medalla de oro en los
800 metros del mundial de atletismo de Berlín en 2009, evento en el que se
cuestionó su género.
La Federación Internacional de Atletismo
suspendió indefinidamente a Chand y, según recomienda en su reglamento desde el
caso de Semenya, condicionó su regreso a las pistas a una reducción de sus
niveles de testosterona, tratamiento que puede hacerse con una terapia de
supresión hormonal o con cirugía genital.
La atleta india se negó rotundamente.
En lugar de modificar su cuerpo, Chand
interpuso esta semana un recurso ante el Tribunal Superior del Deporte, con
sede en Suiza, para anular su suspensión al considerarla discriminatoria.
"Cada atleta es único", argumentó el
asesor jurídico de Chad, Payoshni Mitra.
No es absoluto
Numerosos expertos que han estudiado casos de
género como los de Chand o Semenya consideran que las "regulaciones sobre
hiperandrogenismo" son injustas y sin base científicas, ya que se
fundamenta en rasgos genéticos y en la presunción de que un nivel alto de
testosterona es un elemento crucial que influye en el rendimiento de los
atletas.
Santhi Soundarajan, de India, fue despojada de
la medalla de plata que ganó en los juegos asiáticos de 2006 cuando no pasó un
examen de género. Un año después, trató de quitarse la vida.
En el comunicado en el que se anunció la
apelación, los abogados de Chand aseguran que las regulaciones "han sido
cuestionadas desde una perspectiva científica, ética y médica".
Además resaltan el hecho de que exponen a
atletas como Chand a ser "sometidos a intervenciones que consisten en
medicamentos o cirugías que potencialmente pueden tener serios efectos
secundarios".
El profesor de endocrinología del hospital St.
Thomas en Londres, Peter Sonksen, autor de una investigación que marcó el
caminó para el desarrollo de un control de la hormona de crecimiento, considera
que "se equivocaron completamente con esta estúpida regla".
"Es injusta, absurda y sin base
científica. Es claramente una discriminación", le dijo a la BBC.
Asha Roy (a la derecha) celebra junto a Dutee
Chand las medallas de plata y bronce en los campeonatos de atletismo de Asia.
Sonksen cuestiona el nivel de testosterona
establecido por el grupo de trabajo de la Federación de atletismo en conjunto
con la comisión de medicina del Comité Olímpico Internacional, que decidieron
poner el límite en 10 nanomoles por litro de sangre.
El profesor asegura que no se trata de algo que
es blanco o negro y que hay un porcentaje de hombres y mujeres que se
superponen.
Pánico moral
Las autoridades deportivas se han enfrentado
históricamente a casos en los que se cuestiona el género de una persona, o a
mujeres, para ser más específicos.
Uno de los casos más famosos es el de la atleta
alemana Dora Ratjen que, después de competir en categoría femenina en las
olimpiadas de Berlín de 1936 y el Campeonato Europeo de 1938, se reveló que era
un hombre llamado Hermann.
Stella Walsh fue la mujer más rápida del mundo
en los años 30, pero una autopsia en 1980 reveló que tenía genitales masculinos
por una extraña condición genética llamada mosaicismo.
Actualmente las pruebas de género en una
competición deportiva no son raras, tras haber sido introducidas en el
Campeonato Europeo de Atletismo en 1966 y utilizadas por primera vez durante
las olimpiadas de 1968 en México.
Pero lo que en un principio fue una
verificación visual y después una simple búsqueda superficial de cromosomas (XX
mujer y XY hombre), se convirtió en un complejo proceso de exámenes al
comprobar que habían casos de intersexualidad.
Esto sucedió cuando en 1985 la atleta española
María José Martínez-Patiño fue considerada "hombre" para competir.
Tras ingerir sin saber andrógenos en su
adolescencia, Andreas Krieger atravesó un proceso de cambio de género en 1997.
Como Heidi (a la derecha) ganó el título europeo de lanzamiento de bala para
Alemania Oriental en 1986.
Martínez-Patiño rechazó ser calificada de esa
manera y luchó durante tres años lo que consideró un acto de ignorancia y
ridículo.
La española consiguió demostrar que su
condición fue producto de un extraño síndrome genético, pero ya había perdido
sus mejores años como deportista.
Situación similar ocurrió con Semenya, quien no
ha podido recuperar el nivel que mostró en 2009 después de que se le permitiera
regresar a las pistas al año siguiente.
Otras ventajas naturales no se cuestionan
El caso de Chand reabre el debate sobre hasta
dónde una regulación es discriminatoria contra mujeres que logran sobresalir en
sus especialidades, en especial porque los hombres no son sometidos al mismo
nivel de escrutinio.
Usain Bolt posee una ventaja genética sobre sus
rivales gracias a su gran zancada.
Si bien no es el único factor que determina el
rendimiento, los niveles de testosterona contribuyen a un desarrollo físico
particular. Pero, si se generan de forma natural, ¿no es justo aprovechar esa
ventaja para destacar?
La mayoría de los atletas de élite tiene
ventajas "injustas" que les permite superar a sus rivales, pero nadie
cuestiona las zancadas de Usain Boilt, la envergadura de los brazos de Michael
Phelps o el sistema cardiovascular de Miguel Indurain.
Al fin de cuentas, son dones de la naturaleza.
A Dutee Chand le queda esperar por un fallo a
su favor para regresar a las pistas, pero más allá de cuál sea el veredicto, su
nombre se sumará a la lista de atletas de las que nunca se sabrá hasta dónde
hubieran podido llegar en sus carreras de no haber sido cuestionada su
feminidad, como sucedió con Semenya o Martinez-Patiño.
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