martes, 14 de octubre de 2014

Jóvenes

Jóvenes mujeres occidentales se suman a causa islamista, dejan atrás familias destrozadas



Reuters - ‎martes‎, ‎14‎ de ‎octubre‎ de ‎2014
Foad, camionero francés de origen marroquí, viajó solo a través de Siria para rescatar a su hermana de 15 años de un grupo islamista que la mantenía cautiva. Cuando finalmente estuvieron cara a cara, entre lágrimas, ella no quiso volver.

Foad está convencido de que su hermana Nora, a quien describió como una adolescente impresionable que amaba las películas de Disney antes de que partiera una tarde de enero hacia Siria, se quedó allí porque el comandante, o emir, del grupo al que se unió la amenazó con ejecutarla.

La ex estudiante de secundaria es una entre decenas de chicas europeas, muchas de su misma edad, que viven con grupos semejantes en Siria.

Este es un aspecto del conflicto que empieza a preocupar a los gobiernos europeos, que hasta hace poco estaban más concentrados en el movimiento de hombres jóvenes que se unían a las filas del Estado Islámico y a otros grupos.

Muchas de las más jóvenes son atraídas con promesas de realizar trabajo humanitario. Pero cuando llegan a Siria descubren su verdadero destino: matrimonios forzados con un combatiente, adherencia estricta a la ley islámica, una vida vigilada y poca esperanza de volver a sus hogares, según cuentan padres, familiares y expertos en radicalización.

"Cuando (Nora) me vio entrar en esa habitación no podía parar de llorar y de abrazarme. En un momento le dije: 'Entonces, ¿te vienes conmigo a casa?'", dijo Foad a Reuters.

"Empezó a darse cabezazos contra una pared diciendo: 'No puedo, no puedo, no puedo'", agregó.

Foad, que pidió que no se revelara su nombre completo para proteger a su familia en Francia, dijo que Nora le había contado que primero se radicó en Aleppo.

El hombre no quiso decir en dónde fue que se vieron la segunda vez porque la policía francesa le pidió que no revelase detalles que pudieran ser relevantes para las investigaciones.

Foad dijo que una conversación que escuchó entre su hermana y el emir sugería que la intimaron a quedarse.

Por teléfono, Nora le había pedido varias veces a su familia que la rescataran de milicianos a los que calificó de "hipócritas" y "mentirosos".

Aunque los gobiernos occidentales se han preocupado por los miles de voluntarios yihadistas que se han ido a Siria e Irak, funcionarios de seguridad europeos ahora están alarmados por un flujo menor pero constante de grupos de mujeres que van por la misma senda.

Representando un 10 por ciento de todos los viajes hacia áreas que están en manos de islamistas, según funcionarios gubernamentales y expertos en terrorismo, las mujeres jóvenes son vistas como un premio por combatientes que quieren casarse.

Muchas veces las adolescentes occidentales son buscadas por mujeres mayores que actúan como reclutadoras y que muchas veces viven en Europa y usan los medios sociales, los llamados telefónicos y amistades falsas para convencerlas de hacer trabajo de caridad en áreas asoladas por la guerra.

Otras niñas requieren menos trabajo de convencimiento, ansiosas de asumir un rol en lo que perciben como una yihad, o guerra santa.

Un video registrado secretamente por una mujer en la ciudad siria de Raqqa, en manos del Estado Islámico, y transmitido el mes pasado por el canal de televisión France 2 traza un vistazo de la realidad: mujeres vestidas con burqas, y una de ellas llamada al orden por la policía islámica para que se cubra adecuadamente el rostro.

Si bien las mujeres no combaten -aunque algunas forman unidades policiales-, sus casas están cerca de zonas de combate y expuestas a los bombardeos de los aviones de guerra de la coalición que está luchando contra el Estado Islámico.

Si se arrepienten, las mujeres tienen poca esperanza de escapar.

Medios austriacos reportaron que una niña de origen bosnio, que se fue a Siria en abril, había muerto en los enfrentamientos, información que Reuters no pudo confirmar.

Foad dijo que todo el contacto con su hermana se interrumpió desde que la visitó en mayo.

"De las jóvenes cuyo rastro seguimos, ninguna ha vuelto viva", dijo Dounia Bouzar, una antropóloga francesa, a cargo de una misión francesa para desradicalizar a las candidatas para la yihad.

VIGILANCIA ESTRICTA

Tal como otras chicas, que Nora adoptase el islamismo radical impactó a su familia, que no es practicante estricta.

Estudiosa, sensible, incluso infantil dentro de su casa, Nora tenía una doble identidad, lo que incluía un teléfono móvil, una cuenta de Facebook y ropa islamista que mantenía escondidas de su familia y que Foad sólo encontró después de su desaparición.

"Sus amigos me dijeron de la otra cuenta de Facebook. Cuando me conecté todo quedó claro: estaba lleno de llamados a la jihad, había fotos de niños sirios mutilados", dijo.

"Tres días después encontramos un mensaje de ella que decía que estaba en Aleppo, que estaba feliz, bien alimentada. Como si estuviera en Disney", contó.

Su viaje para llevarla de regreso a casa lo llevó a la frontera de Turquía con Siria, donde milicianos islamistas lo ingresaron al país y lo condujeron a una ciudad que no quiso identificar por la naturaleza sensible del asunto.

La localidad estaba "llena" de extranjeros. Cada nacionalidad tenía sus propias tiendas para abastecerse, incluida un área que era completamente francófona, dijo.

La hermana de Foad actualmente vive con un asesor cercano de un emir y estaba a cargo de cuidar a los niños de los yihadistas. Se había escapado de un matrimonio arreglado por un reclutador francés, que desde entonces regresó a Francia y está bajo custodia.

Foad dijo que su hermana había identificado al hombre como un reclutador franco-marroquí y ex miembro del Frente Al Nusra, que volvió a Francia en septiembre y que está bajo investigación formal por varios cargos relacionados con terrorismo.

Severine Mehault, cuya hija Sarah desapareció de su casa en el sur de Francia hace seis meses, dijo que pensaba que la chica, de 17 años, también estaba bajo una vigilancia estricta.

"Cuando hablamos es siempre lo mismo: 'Estoy bien, tengo todo lo que necesito, no voy a volver a casa'", relató Mehault, cuya última conversación con su hija fue el 27 de septiembre, tras 17 días de silencio.

"Pero sé que alguien está oyendo, incluso escribiendo en su lugar. Yo puedo distinguir las contadas veces que está sola porque su tono de voz (de Sarah) es diferente", dijo. "Suena como mi hija", agregó.

Funcionarios de seguridad y expertos en radicalización dicen que muchas mujeres que se están radicalizando son de hogares de musulmanes moderados.

Pero las voluntarias también provienen de hogares ateos, católicos y judíos, tanto ricos como pobres, de zonas urbanas como rurales.

"Los reclutadores han refinado sus métodos a tal grado que pueden captar a personas a las que les va bien", dijo Bouzar. "A algunas las contactan por Facebook, otras fueron invitadas en sitios de citas. Otras conocieron a un amigo que se convirtió para ellas en una especie de gurú/mentor", explicó.

Bouzar agregó que algunas de las mujeres "pensaban que estaban enamoradas" tras ser cortejadas por hombres en internet o por teléfono, una tendencia que también se observa en Alemania.

"El romanticismo de la yihad es acentuado por la propaganda y usado por mujeres para reclutar a otras mujeres", dijo Hans-Georg Maassen, jefe de inteligencia interior de Alemania, durante una reciente presentación ante el Parlamento.

"Ahora mismo existe una euforia real en el salafismo alemán, con personas que se quieren unir a ese nuevo Estado", agregó.

De las 400 personas que se fueron a Siria desde Alemania, un 10 por ciento son mujeres, dijo Maassen.

Funcionarios franceses calculan que de su país se han producido unas 1.000 salidas, de las cuales 60 serían mujeres.

De los 85 yihadistas que han salido de Suecia, entre 15 y 20 son mujeres, dijo Magnus Ranstorp, experto en terrorismo del National Defence College de Suecia.

"Quieren casarse con mártires", dijo. "Hay casi una obsesión con el paraíso y con la vida después de la muerte, lo que lo hace un culto de muerte. La muerte importa más que la vida", comentó.

"Las mujeres también llegan a ser más reverenciadas. Existe una jerarquía interna. Si una llega a enviudar, se convierte en la mentora de mujeres más jóvenes y se adquiere estatus", agregó Ranstorp.

Bouzar -que está en contacto con unas 130 familias preocupadas por la radicalización de sus hijos- dijo que el grupo anti radicalización CIPD trabaja para evitar que los jóvenes salgan de sus casas porque la posibilidad de recuperar a una joven de manos del Estado Islámico o de otros grupos islamistas es casi inexistente.

Muchas chicas francófonas estaban alojadas juntas en un área controlada por el frente Al Nusra, vinculado con al Qaeda, agregó Bouzar.


"Algunas de ellas recapacitan allí", agregó. "Pero eso es casi peor, porque puede que hayan vuelto a ser ellas mismas, pero están atrapadas", afirmó.

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