Renminbi vs. Dólar: el duelo entre EEUU y China
se libra en el tablero de las divisas
El Confidencial - octubre de 2014
“Allí duerme un gigante. Dejémoslo que duerma,
porque cuando despierte temblará el mundo”. Y Napoleón Bonaparte no estaba
equivocado. El presidente de la República Popular, Xin Jinping, puso en marcha
el despertador de China en el último Congreso Nacional del Partido Comunista,
que se celebró a finales de 2012, para acometer una serie de reformas de calado
con el fin de situar al país en lo más alto de la economía mundial.
Así, China está poco a poco acercándose a su
objetivo: convertir el renminbi o yuan en divisa de reserva mundial disputando
la hegemonía del dólar. Por lo pronto, ya ha conseguido robarle a Estados
Unidos el título de mayor economía del mundo en términos de Producto Interior
Bruto (PIB) a paridad de poder adquisitivo, según ha confirmado esta semana el
Fondo Monetario Internacional.
Los últimos avances que vistos en esta
dirección no son casuales. Hace dos semanas el Banco Popular de China dio su
autorización a la plataforma de negociación de divisas del país -China Foreign
Exchange Trade System (CFETS)- para que el cruce euro/yuan se pueda negociar
directamente en el mercado interbancario.
Antes de eso, ya había abierto bancos de
liquidación (clearing Banks) en París y Luxemburgo, lo que facilita la
liquidación de transacciones en Europa, y había alcanzado en julio nuevos
acuerdos de swaps sobre divisas (venta y compra simultánea de una moneda por
otra para cubrir operaciones) con 25 países.
El renminbi gana posiciones en el comercio
internacional
De esta manera, China facilita el uso del
renminbi como divisa de liquidación para que gane terreno en las cuotas de
mercado internacional afianzando las relaciones comerciales porque, en primer
lugar, si éstas dependen sólo del billete verde, cuando se produce una escasez
de dólares en el mundo tienes un problema; y en segundo lugar, al consolidarse
como medio de pago global, el yuan se acaba convirtiendo en divisa reserva.
"Es el movimiento natural en el momento en
que China se ha convertido en una de las mayores países comerciales del
mundo", explica a El Confidencial Tai Hui, director de estrategia en los
mercados de Asia de JP Morgan Asset Management. "Esto también implica que
los exportadores e importadores en todo el mundo tengan una opción más que les
ayude a gestionar su riesgo cambiario", asegura.
Actualmente, el dólar y el oro ejercen como las
principales como divisa reserva y el renminbi quiere cohabitar con ellos, ya
que los beneficios para China son muchos. Por lo pronto, si la moneda china se
erige como divisa reserva, todo el mundo la aceptará como medio de pago, con lo
cual se incrementará la demanda de renminbis y esto hará que la moneda se
revalorice.
Los bancos centrales aceptarían entonces
acumular más renminbis en su balance de reservas estratégicas. Pero este acopio
no se lleva a cabo en activos líquidos, sino a través de bonos emitidos en esa
divisa. De esta manera, China vería bajar su curva de tipos y con ello sus
costes de financiación.
Y es un hecho que el uso del renminbi se está
extendiendo. Atendiendo a los datos, el 25% de las transacciones comerciales se
liquida en yuanes. Así, en el Índice de Internacionalización el yuan se ha
elevado del 0,92% en 2012 al 1,7% en 2013. “En 2020 será la segunda divisa más
utilizada y cohabitará con el dólar”, augura Alex Fusté, economista jefe de
AndBank.
Estados Unidos va a hacer todo lo posible para
impedirlo
Pero todo esto tiene un impacto directo sobre
Estados Unidos: si los bancos centrales aceptan otra divisa como reserva
tendrán que hacer hueco en sus balances, para lo cual se desprenderán de
dólares y esto provocará una fuerte presión vendedora.
“EEUU va a hacer todo lo posible y lo imposible
para evitarlo, porque los beneficios de ser la única divisa de reserva son
infinitos. De entrada para EEUU tener un coste de financiación mínimo, con la
deuda mastodóntica que tiene, es fundamental”, explica Fusté. “Pero si el dólar
deja de ser la única divisa de reserva y los bancos centrales compran menos
treasuries (bonos USA) subirán sus rentabilidades y el impacto en su deuda será
brutal”, afirma el experto.
Pero las consecuencias de los ambiciosos planes
de China no se reducen a EEUU, aunque sea el mayor damnificado. "A corto
plazo el impacto es limitado, pero en el largo plazo esto conectará a China más
estrechamente con los mercados globales de manera que las políticas monetarias
de China impactarán más significativamente en los mercados que sólo por el
comportamiento de su divisa", explica Hui.
No en vano, si China quiere que el renminbi se
convierta en divisa de reserva necesita lograr que su mercado de deuda sea
estable. Para eso tiene que mantener controlada la inflación en el país, porque
si se convierte en divisa de reserva el mercado comprará sus bonos. En este
sentido, Fusté afirma que para lograrlo se van a dedicar a exportan
desinflación al resto de países. “El mundo, por tanto, va a seguir siendo
desinflacionista y esto va a beneficiar a toda la renta fija –asegura el
experto-, que va a ser atractiva en tanto que los precios van a seguir siendo
altos durante un largo periodo de tiempo, a excepción de EEUU”.
“Por eso, en cuanto suba un poco la
rentabilidad hay que comprar. Si te ofrecen un 2% entra, porque los bonos están
caros, pero van a estarlo mucho tiempo”, concluye.
Por lo tanto, China está llamada a cambiar el
orden económico mundial y no se trata de un proceso a largo plazo, sino que es
ya una realidad. El país está dando pasos de gigante. A la internacionalización
del renminbi hay que sumar una serie de reformas de calado sobre el sistema
bancario, vivienda, crédito -estableciendo prohibiciones para aquellas empresas
y sectores con sobrecapacidad, que acaba en sobreendeudamiento, lo que hace que
esas empresas caigan y arrastren a los bancos- y sobre los mercados financieros
(permitiendo comprar a los inversores extranjeros más activos chinos y a los
chinos más activos internacionales). El amanecer ha llegado para el gigante
asiático.
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