La responsabilidad en las redes sociales
Forbes - martes, 12 de
agosto de 2014
Los usuarios de las redes
sociales, al igual que quienes comunican a través de los medios impresos y
electrónicos, tenemos una gran responsabilidad.
Las redes sociales, además de
fungir como medios de catarsis por situaciones que afectan al usuario, son una
vía de denuncia o de exhibición de situaciones que afectan a la sociedad. A
través de ellas hemos sabido de casos de prepotencia, agresiones físicas a
ciudadanos, abusos de poder, noticias publicadas por distintos medios,
comentarios de periodistas, empresarios y jefes de Estado, y nos permiten
conocer un sinfín de temas.
Pero los usuarios de las redes
sociales, al igual que quienes comunican a través de los medios de comunicación
impresos y electrónicos, tenemos una gran responsabilidad. Un comentario sin
sustento puede implicar una violación a derechos de terceros, un atentado a la
dignidad de las personas o afectar la reputación de una institución; todo ello
puede poner en riesgo la estabilidad laboral de quien escribe. Algunos casos:
También en la iniciativa privada
se han dado casos similares:
Actualmente, muchas empresas
monitorean el perfil de las redes sociales de sus candidatos a reclutar,
aunque, según encuesta realizada por el portal trabajando.com, las redes
sociales también se han transformado en un canal adicional a la hora de buscar empleo.
A normar criterios
En afán de cuidar su reputación,
algunas organizaciones han empezado a reglamentar la participación de sus
empleados en las redes sociales, dado que el sentido común parece no funcionar,
especialmente cuando se trata de un desahogo por alguna situación molesta (un
mal servicio, la demora de un vuelo, una reprimenda del jefe, etcétera). Han
creado políticas detalladas para el uso de las redes sociales, con la esperanza
de evitar situaciones incómodas. Lo mismo señala el tipo de contenido que
establece guías para postear y sugiere estilos de redacción, que hasta prohíbe
el uso del equipo de oficina para entrar a las redes sociales.
Lo mismo sucede con los medios de
comunicación. Algunos prohíben a sus empleados utilizar sus cuentas personales
para pronunciarse como periodistas y otros suministran cuentas corporativas con
el único propósito de publicar tuits informativos. Así, la cadena británica BBC
pide a sus periodistas que las noticias de último minuto sean introducidas en
su sistema de sala de prensa antes que en Twitter; Bloomberg motiva a sus
reporteros a usar Twitter, pero conservadoramente; AP recomienda que los
retweets deslinden claramente que no es una opinión personal del reportero;
para EFE, “es especialmente recomendable ser muy cuidadoso a la hora de
realizar comentarios que puedan revelar apoyo o filiación de cualquier tipo, en
especial en el caso de los periodistas”, mientras que ESPN le exige que “no
revele primicias en Twitter”.
En México, un estudio realizado
el año pasado por Dolly Espínola Frausto y Omar Raúl Martínez, investigadores
de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), revela que de los más de 3,400
medios de comunicación que existen en México, sólo 35 tienen registrados
códigos de ética, pero casi ninguno menciona el empleo de las redes sociales.
Entre los medios que aparecen en los buscadores, sólo el Instituto Mexicano de
la Radio (Imer) y Canal 22 refieren el empleo de las redes sociales.
El primero establece que las
cuentas y mensajes personales deben diferenciarse claramente de las cuentas y
mensajes institucionales, y que las redes sociales deben aprovecharse para
“promover y fortalecer la oferta del Instituto”, y “no para lamentarse,
quejarse, desahogarse, burlarse o vilipendiar al propio Instituto”. El segundo
indica que el uso de las redes sociales vinculadas con el canal debe hacerse de
manera institucional y que sus contenidos “deben apegarse estrictamente al
Código de Autorregulación Ética y al Manual de Estilo de Canal 22…”.
Visto así, las redes sociales
parecen un arma de doble filo. Pero trabajar en un medio –y especialmente en
una agencia de relaciones públicas– sin tener presencia en las redes sociales,
como lo reporté a fines del pasado mayo en este blog, es desaprovechar un
importante canal de comunicación que puede resultar estratégico. Las redes no
sólo son fuente de información sino medio de difusión de contenidos, y pueden
contribuir al fortalecimiento de una marca y a la interacción con los públicos
de una institución.
Una estrategia de comunicación en
redes sociales no es únicamente tener una página en Facebook o un perfil en
Twitter, sino lograr una mezcla multimedia que permita un “diálogo” con los
públicos y capitalizar la retroalimentación por parte de los usuarios de las redes.
Lo importante, en tiempos en que surge más información de la que cualquiera
puede procesar, es convertirse en referente, ofrecer un valor agregado que
invite a ser seguido a través de contenidos planeados para renovarse
consistentemente con información atractiva.
A fin de cuentas, sea por
estrategia o por iniciativa personal, es mejor pensar antes de publicar en las
redes sociales.
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