Historia de la Copa Mundial de la
FIFA (tercera parte
Agence France-Presse
Tercera parte de la historia de
la Copa Mundial de la FIFA (México-1970, Alemania Federal-1974, Argentina-1978
y España-1982):
- México-1970 -
Espectáculo, estadios llenos,
ambiente festivo y muy buen fútbol. Todo eso y mucho más se pudo ver en el
Mundial de México 1970, para muchos el mejor de la historia a pesar del calor y
la altura.
Brasil dio un verdadero recital
de maestría y creatividad con un equipo comandado por Mario Lobo Zagallo donde
sobresalían gigantes como Pelé, Gerson, Jairzihho, Rivelino, Carlos Alberto. No
perdió un solo partido y marcó 19 goles.
La FIFA introdujo algunas
novedades importantes para esta cita. Comenzaron a usarse tarjetas rojas y
amarillas, se estableció la diferencia entre lanzamientos directos e
indirectos, y, sobre todo, se permitieron dos cambios de jugadores por equipo,
toda una revolución.
Esta novena edición terminó de
forma apoteósica en un estadio Azteca repleto y donde el Brasil del 'Rey' Pelé
derrotó sin mucho problema a Italia por 4-1. Tricampeones (1958, 1962 y 1970),
los auriverdes se llevaron en propiedad la Copa Jules Rimet.
- Alemania Federal-1974 –
La FIFA, que estrenaba
presidente, el brasileño Joao Havelange, decidió aprovechar la infraestructura
de los Juegos Olímpicos de Múnich de 1972 y designó para 1974 a la República
Federal de Alemania.
Por primera vez, además, la
televisión mostró el evento a todo el mundo, lo que se tradujo de inmediato en
un éxito comercial, una característica que ya no abandonaría.
De los 16 países que acudieron a
la fase final, Zaire fue el primero en representar al Africa negra, Australia
debutó por Oceanía y Haití desbancó a México por América del Norte y Central.
Holanda fue la gran revelación.
Asombró a todos con su 'fútbol total', una revolución que consistía en que
todos los jugadores atacaban y todos defendían a imagen y semejanza del Ajax de
Amsterdam, que por entonces dominaba en Europa. A la cabeza de esta selección
arrolladora estaba Johan Cruyff.
Al final, se enfrentaron, como
estaba previsto, los dos favoritos, Holanda y la Alemania Federal. La 'naranja
mecánica' no pudo con los locales, que ganaron por 2-1 e inscribieron su nombre
en el palmarés por segunda vez.
- Argentina-1978 -
Política y fútbol volvieron a
darse la mano en el Mundial de 1978. Argentina estaba en plena dictadura
militar (1976-1983) y muchos países amenazaban con boicotear la cita, cosa que
al final no sucedió.
El seleccionador argentino era
César Luis Menotti, un gigantón que en cuatro años armó un conjunto ofensivo
infalible con nombres tan solventes como Mario 'Matador' Kempes, Osvaldo
Ardiles y Daniel Passarella. De hecho, fueron el único destello de calidad en
un Mundial que a duras penas alcanzó un aprobado en buen fútbol.
Holanda no tuvo mayores problemas
para deshacerse de sus rivales y lograr el pase a la final, mientras que
Argentina necesitaba, tras vencer a Polonia y empatar con un Brasil muy
mediocre en la segunda fase, meterle cuatro goles a Perú en el tercer
encuentro.
El partido terminó con un
abultado 6-0 a favor de los locales, un resultado sobre el que siempre ha
recaído la sospecha de un arreglo, desmentido por unos y otros.
En la final, Mario Kempes
--máximo goleador y héroe de la cita con seis tantos-- comenzó marcando,
ventaja que los holandeses neutralizaron a pocos minutos del final. Ya en la
prórroga, Kempes nuevamente y Daniel Bertoni sentenciaron el resultado ante la
impotencia naranja (3-1).
- España-1982 -
La gran novedad del Mundial de
España fue la ampliación del número de participantes en la fase final: de los
habituales 16 se pasó a 24.
El partido inaugural, disputado
en Barcelona, deparó la primera sorpresa. La campeona Argentina cayó 1-0 ante
los belgas, en un partido en el que debutó en un Mundial Diego Armando
Maradona.
Italia, que pasó por los pelos la
primera fase, con tres empates en otros tantos partidos, acabaría ganando el
título para sorpresa de todos.
En la segunda fase quedó por el
camino la extraordinaria selección brasileña de Zico, Sócrates o Junior, que
bajó la guardia ante una Italia fustigada por su mal juego en la primera parte,
pero que más tarde despertó gracias, sobre todo, a un fabuloso artillero, Paolo
Rossi.
Rossi le marcó tres goles a los
auriverdes (3-2) y, en semifinales, contra la Polonia de Grzegorz Lato y
Zbigniew Boniek (2-0), volvió a brillar al marcar los dos goles de la victoria.
En la final, Italia continuó su
imparable marcha para vencer a Alemania por 3-1, con lo que igualaba en ese
momento a Brasil con tres títulos mundiales.
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