¿Está Las Vegas condenada a
desaparecer?
BBC Mundo - lunes, 5 de
mayo de 2014
Cualquiera que haya estado en Las
Vegas sabe que esta localidad situada en el sur de Nevada, en el suroeste de
Estados Unidos, se levanta en medio de la nada en el árido desierto del Mojave
como si se tratara de un espejismo… o de un oasis.
Un oasis por las decenas de
fuentes, lagos artificiales y piscinas que ornamentan los famosos y
extravagantes casinos y hoteles que atraen cada año a cerca de 40 millones de
turistas a la "ciudad del pecado".
Pero pese a que al visitante
ocasional le pueda parecer que aquí el agua es un recurso ilimitado, la
realidad es que Las Vegas -la ciudad más seca de EE.UU. con unas
precipitaciones anuales de apenas 1.000 mm- hace tiempo que enfrenta una crisis
hídrica que se ha agravado en los últimos meses por culpa de la severa sequía
que afecta a la región.
Esta localidad, que tras su
fundación en 1905 fue durante años un simple lugar de paso, floreció a partir
de los años 30 del siglo pasado con la construcción de la presa Hoover en el
río Colorado, que permitió la creación del lago Mead, el mayor embalse
artificial de Norteamérica del que Las Vegas obtiene el 90% de su agua y del
que también se abastecen Arizona, California y el norte de México.
Ahora ese lago está registrando
los niveles más bajos de las últimas décadas y los científicos advierten que,
teniendo en cuenta que se prevé que el cambio climático agrave el problema de
la falta de agua, la viabilidad de Las Vegas tal y como hoy la conocemos podría
estar en peligro.
Programas de ahorro de agua
Pese a que, con unos 1.000 litros
por habitante al año, Las Vegas tiene unos de los niveles de consumo de agua
per cápita más elevados de EE.UU., lo cierto es que en los últimos años la
ciudad ha implementado programas de ahorro de recursos hídricos que han
merecido la atención de otros lugares del planeta en los que este liquido
también es escaso.
Coincidiendo con el boom que la
ciudad ha vivido en las últimas dos décadas, y que ha hecho que su población se
duplique hasta alcanzar los dos millones de habitantes, las autoridades han
incentivado económicamente a los dueños de propiedades para que remplacen el
césped de sus jardines por plantas desérticas que hagan un uso eficiente del
agua.
Además, teniendo en cuenta que
más del 60% del agua en Las Vegas se dedica al mantenimiento de zonas de recreo
exteriores, se han establecido estrictos cronogramas de riego y no se permite
que las casas nuevas tengan jardines frontales, mientras que los jardines
traseros sólo pueden tener césped en un 50% de su superficie.
A ello hay que sumar que
prácticamente todo el agua que se consume en las casas y los hoteles de la
ciudad se recicla en plantas potabilizadoras que la bombean de vuelta al lago
Mead para que pueda ser reutilizada.
Con estas medidas se ha
conseguido reducir el consumo de agua de Las Vegas un tercio en la última
década haciendo que, aunque en este tiempo la población haya sumado 400.000
nuevos habitantes, el consumo hídrico se haya mantenido estable.
Pese a todo, la extrema sequía
que vive el suroeste de EE.UU. ha hecho que se reduzca el cauce del río
Colorado, del que se extrae agua para el consumo de cerca de 40 millones de
personas, y por ende, que el lago Mead vea decrecer sus reservas hasta niveles
no registrados en décadas.
Conscientes de la crisis hídrica
que se avecina, las autoridades de Nevada han impulsado la construcción de una
tercera tubería que debería estar acabada en 2015 y que permitirá extraer agua
para abastecer Las Vegas de un nivel más profundo del lago Mead.
"Nos tomamos la sequía en
serio"
Además, se está trabajando en un
controvertido proyecto para construir un acueducto que lleve agua a la
"ciudad del pecado" desde los valles del noroeste de Nevada.
El plan, que tendría un costo de
unos US$15.000 millones, ha chocado con la oposición frontal de los grupos
ambientalistas, que denuncian que Las Vegas está enfrentando una crisis que ha
creado ella misma por el manejo irresponsable del agua que se ha hecho en las
últimas décadas, algo que las autoridades de la ciudad niegan.
"Desde el año 2000 el sur de
Nevada ha logrado grandes avances en el ahorro de agua estableciendo programas
en los que han participado muchos de los residentes y negocios locales",
señala Bronson Mack, portavoz de la Autoridad del Agua del Sur de Nevada (SNWA,
por sus siglas en inglés).
"Además del programa para la
sustitución de jardines, todo el agua que se utiliza en el interior de las
casas y hoteles se recicla y se envía de nuevo al lago Mead. Por cada galón de
agua que devolvemos al lago, podemos sacar otro, así que el agua de consumo
residencial puede ser reutilizada de forma ilimitada", apunta Mack en
conversación con BBC Mundo.
"Nos tomamos la sequía muy
en serio. No hay duda de que el sistema hídrico del rio Colorado está sintiendo
los efectos de la falta de agua. El problema es que hay gente que sugiere que
Las Vegas es la que está causando el declive de las reservas del lago Mead
porque malbaratamos el agua, lo que no es verdad. (…) Por ejemplo, los casinos
y hoteles representan el 70% de nuestra economía y consumen tan sólo un 3% de
nuestros recursos hídricos, por lo que creo que son una buena inversión".
Según el portavoz de la SNWA, es
"desalentador escuchar informaciones que aseguran que Las Vegas se va a
secar y va a acabar desapareciendo, "ya que eso no va a suceder, porque
nuestra comunidad está siendo muy responsable en el uso del agua,
particularmente en los últimos 15 años".
Esta visión tan positiva de la
gestión del agua que presentan los responsables de la SNWA, no es compartida
por los científicos y medioambientalistas que llevan años alertando que el
crecimiento sin límite de Las Vegas, acompañado de su elevado consumo de agua,
son una receta para el desastre.
Además, algunos expertos alertan
del peligro de que el suministro hídrico de la ciudad dependa en un 90% de una
sola fuente, el lago Mead (el otro 10% proviene del subsuelo), un embalse que,
según algunos estudios, podría acabar convertido en "una piscina
muerta" en unas décadas.
"Situación desesperada"
"La situación en Las Vegas y
en todo el suroeste de EE.UU. es desesperada", asegura Rob Mrowka,
director en Nevada del Centro para la Diversidad Biológica.
"Estoy convencido de que
numerosas comunidades y economías locales colapsarán a no ser que se
implementen rápidamente políticas del agua inteligentes", señala Mrowka en
conversación con BBC Mundo.
"Las Vegas está situada en
el desierto más seco de todo Norteamérica. Todos los modelos indican que el
cambio climático hará que el suroeste de EE.UU. sea más seco y caluroso y al
mismo tiempo sabemos que el cauce del rio Colorado está en declive y va a
continuar menguando en los próximos años".
"Además, cuando se repartió
hace décadas el agua del río Colorado se hizo con cálculos erróneos que
sobrestimaron su capacidad".
Mrowka cree que es imperativo
limitar el crecimiento de Las Vegas ya que "no tiene ningún sentido que la
población de la ciudad siga aumentando mientras la cantidad de agua disponible
está disminuyendo".
"A no ser que se cambien
drásticamente las políticas de gestión de los recursos hídricos, Las Vegas
podría estar condenada a desaparecer. Tienen que bajar rápidamente el consumo
de agua. Pero además, creo que en unas décadas no quedará más remedio que
recurrir al agua del océano y a las plantas desalinizadoras".
"Zona cero del cambio
climático"
La solución que ha buscado Las
Vegas para asegurar su futuro suministro hídrico pasa por construir un
acueducto de 400 kilómetros que traiga agua de los acuíferos de los valles del
noreste de Nevada, en la frontera con el estado de Utah, lo que ha puesto en
pie de guerra a los grupos ambientalistas.
"Nos oponemos al proyecto
porque impactaría severamente en la economía de la región y sus
ecosistemas", explica Steve Erickson, coordinador en Utah de la Great
Basin Network, organización que trabaja para asegurar el buen uso de los
recursoso hídricos de la Gran Cuenca de Nevada.
"Cuando el agua es extraída,
el terreno se seca, las plantas mueren y no hay nada que mantenga la tierra
firme. Entonces ocurren las tormentas de polvo y la calidad del aire empeora
considerablemente en ciudades como Salt Lake City", señala Erickson en
conversación con BBC Mundo.
"No hay duda de que Las
Vegas se está enfrentando ahora a los problemas que se han ido gestando en las
últimas décadas. Su crecimiento masivo ha llevado las reservas de agua al
límite, a lo que hay que sumar el cambio climático y la sequía", señala el
experto.
Emily Green, periodista
especializada en temas medioambientales que desde hace años informa sobre la
crisis hídrica en el suroeste de EE.UU., coincide con Erickson en que los
problemas de Las Vegas son fruto de su crecimiento descontrolado.
"El desierto del Mojave, un
lugar que va a ser cada vez más seco y caluroso, no es el sitio adecuado para
construir una ciudad habitada por dos millones de personas y que es visitada
por 40 millones de turistas cada año. Las vegas es una 'zona cero' para el
cambio climático", apunta Green en conversación con BBC Mundo.
"Es cierto que en la última
década han adoptado importantes medidas de ahorro de agua, pero no creo que por
eso de deba alabar a las autoridades. Es como como felicitar a alguien que ha
cavado su propio hoyo y ha logrado salir de él".
"Creo que Las vegas tiene
que hacer todavía mucho para ahorrar más agua, particularmente en el consumo
doméstico. Van a llegar a un límite y tendrán que dejar de vivir por encima de
sus posibilidades", asegura la periodista.
"Nadie descarta que algún
día el rio Colorado acabe secándose y es por eso que es irresponsable permitir
que la población de Las Vegas siga aumentado. A este paso la ciudad acabará
desapareciendo, igual que sucedió con los pueblos indígenas que habitaron esas
tierras. El concepto de Las Vegas pertenece al siglo XX".
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