Fiebre de las figuritas del
Mundial arrasa en América Latina
Reuters - jueves, 8 de mayo
de 2014
Con el Mundial a la vuelta de la
esquina, millones de hinchas están despegándose de sus iPad para coleccionar
figuritas de jugadores, un pasatiempo de otra época que sobrevive en la era
digital.
Un juego de niños que cautiva
principalmente a los adultos, el Album del Mundial de la FIFA es un fenómeno de
culto y un multimillonario negocio para el Panini Group, una compañía italiana
que imprime figuritas desde el Mundial de México 1970.
Hinchas de todo el mundo están
comprando sobres, abriéndolos con ansiedad y canjeando cromos con las fotos de
Lionel Messi, Neymar, Cristiano Ronaldo o Wayne Rooney en oficinas, patios de
escuela, foros online y ferias improvisadas.
En Brasil, el mayor mercado
global de Panini, la fiebre de las figuritas logró finalmente entusiasmar a la
gente pese a un campeonato ensombrecido por atrasos en la construcción de
estadios, costos fuera de control y una cuenta de miles de millones de dólares
para los contribuyentes.
"El placer está en el fútbol
y en cambiar figuritas", dice Alexandre Gabel, un ejecutivo publicitario
de 37 años que llevó a sus dos hijos a una feria de cromos en el estadio
Pacaembú de São Paulo. "Y uno se queda con un bonito souvenir",
agregó.
Panini no informa de sus ventas.
Pero ejecutivos dicen que el Mundial de Brasil, una nación de 200 millones de
fanáticos del fútbol, batirá nuevos récords para la empresa de Modena.
La fábrica de Panini en un
suburbio industrial al norte de Sao Paulo trabaja día y noche. Sus ruidosas
máquinas cortan enormes planchas con las fotos de los jugadores, las mezclan y
empaquetan al escalofriante ritmo de 8 millones de sobres por día.
Un 75 por ciento de los sobres de
cinco figuritas se queda en Brasil, donde cuestan 1 real (0,45 dólares) cada
uno. El resto es despachado a toda América Latina.
"El Mundial realmente
comienza cuando nosotros lanzamos el álbum", dice José Eduardo Martins,
presidente de Panini Brasil. "Es una fiebre. Todos los mercados de América
Latina están vendiendo por encima del mismo período del Mundial pasado",
añadió el ejecutivo.
La compañía espera llegar a más
de 8 millones de hinchas en Brasil, donde hasta la presidenta Dilma Rousseff
confesó que está ayudando a su nieto a completar la colección de 640 cromos.
Durante el Mundial de Sudáfrica
2010, los puestos de diarios de Brasil vendieron 220 millones de sobres,
ayudando al país a desplazar a Alemania como el mayor mercado de Panini.
"Esta vez la expectativa es
vender más de un 50 por ciento más que en 2010", dijo José Antonio
Mantovani, presidente del sindicato de dueños de puestos de diarios en São
Paulo, la mayor ciudad de Brasil.
Panini está tan identificada con
el Mundial que arranca el 12 de junio que manifestantes recientemente quemaron
sus álbumes en las calles de Sao Paulo para expresar su indignación con un
torneo que consideran un gasto obsceno de dinero.
Y las figuritas se volvieron tan
codiciadas que un camión que transportaba 300.000 cromos fue robado en Río de
Janeiro, haciendo que los hinchas temieran una escasez.
Panini dice que todas son
impresas en cantidades iguales. Pero los coleccionistas juran que algunas
figuritas son más difíciles de encontrar.
El atacante de la selección
costarricense Joel Campbell compró 100 sobres y no pudo encontrar su propia
foto. Tres semanas después de ventilar su frustración colgando en Twitter
imágenes de decenas de sobres rasgados, escribió: "Ya me salió".
La manía de las figuritas del
Mundial tomó por asalto a toda América Latina. Además de Brasil, otros mercados
fuertes para Panini son Argentina, Colombia, Venezuela y Ecuador.
En la ciudad de Bucaramanga, en
el norte de Colombia, una madre llegó al punto de denunciar a un profesor por
confiscarle los cromos a su hijo para llenar su propio álbum. "Esa no es
la forma de dar ejemplo a los jóvenes", dijo la mujer a una radio local.
Y en varios lugares hay quienes
encuentran en los cromos una oportunidad de negocios.
"Hay una auge tremendo
porque Colombia después de 16 años vuelve al Mundial", dijo Jonathan Echavarría,
un lustrabotas que dice estar ganando cinco veces más revendiendo figuritas en
las calles de Bogotá.
La fiebre de las figuritas
desnuda también las distorsiones económicas en América Latina. Mientras en la
mayor parte de la región un sobre de figuritas cuesta el equivalente a entre 40
y 60 centavos de dólar, en Venezuela la inflación y los controles de cambio
dispararon el precio a 8 dólares.
"Sale más barato ir a Brasil
a ver los juegos que llenar el álbum Panini en Venezuela", se quejó
Vitorio Schiaffino, un estudiante de 21 años que miraba a sus amigos canjear
figuritas en una plaza de un barrio rico de Caracas.
Martins está orgulloso de la
precisión de Panini en escoger los equipos mucho antes de que los entrenadores
anuncien sus alineaciones. En el caso de Brasil, la nómina divulgada el
miércoles mostró que sólo erraron con Robinho, el delantero del AC Milan
descartado por el técnico Luiz Felipe Scolari.
Más complicado fue sin embargo
producir las fotos de los 12 estadios que Brasil construyó o modernizó para el
Mundial, algunos de los cuales todavía no están terminados.
"En Curitiba tuvimos que
crear el césped con Photoshop", dijo Martins.
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