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domingo, 30 de noviembre de 2014

filosofía

Donde la filosofía se encuentra con la tecnología 


BBC Mundo - ‎domingo‎, ‎30‎ de ‎noviembre‎ de ‎2014
Algo realmente importante le está ocurriendo a lo que somos y a cómo nos relacionamos, así como al ambiente que habitamos. Y se trata de un profundo cambio que no ocurre muy a menudo.

Eso es lo que señala el filósofo italiano conocido por su trabajo pionero en la filosofía y ética de la información Luciano Floridi, quien intenta examinar la perspectiva de esta nueva realidad a largo plazo.

Y a esa realidad hay quienes la llaman infoesfera (información + esfera), un neologismo que utilizó el crítico de libros de la revista Time en 1971, al explicar que "así como un pez no puede conceptualizar el agua o las aves, el aire, el hombre apenas entiende su infoesfera, esa envolvente capa de esmog electrónico y tipográfico compuesto de clichés del periodismo, entretenimiento, publicidad y gobierno".

Más tarde, el escritor y futurista estadounidense Alvin Toffler la usó en su libro "La Tercera Ola" en el que escribió: "Lo que es inevitablemente claro, no importa qué elijamos creer, es que estamos alterando nuestra infoesfera fundamentalmente (...) estamos añadiendo un nuevo estrato de comunicación al sistema social".

"La emergente infoesfera de la Tercera Ola hace que la de la era de la Segunda Ola -dominada por sus medios de comunicación masivos, la oficina de correos, y el teléfono- parezca totalmente primitiva en contraste".

Colapso del costo del poder

Floridi trabaja en el Instituto de Internet de la Universidad de Oxford, acaba de escribir un libro llamado "La 4ª revolución: cómo la infosfera está remodelando la realidad humana".

Lo que lo hace notable es la manera en la que amplía el horizonte de la alta tecnología.

Aplica grandes y quizás intemporales pensamientos a algo que a menudo se discute meramente como un cambio desconcertante.

Al principio del libro toma un diagrama del Proyecto Hamilton del Brookings Institution, el centro de investigación estadounidense, que demuestra cuán dramáticamente ha caído el costo del poder de computación en los últimos 70 años.
Las primeras computadoras no tenían tanto poder de procesamiento.
El gráfico utiliza la medida estándar de desempeño de los computadores: Mips, millones de instrucciones por segundo.

El iPad2 de 2010 (que ya es viejo) trabajaba a 1.600 Mips.

El mismo poder de computación en los años 50 habría costado US$100 billones, si hubiera sido posible conectar la cantidad suficiente de maquinas para procesar tal cantidad de instrucciones. ¿El costo del iPad2 en 2010? US$600.

Esa disminución de precio extraordinaria es la otra cara del famoso mapa de ruta para la industria de los semiconductores producido hace 40 por Gordon Moore de Intel, la compañía pionera y dominante en la evolución de los chips de silicio de las computadoras personales.

Gordon Moore señaló en ese entonces que gracias a los refinamientos en la fabricación, el poder de computación de cada chip se doblaría cada dos años. Eso sigue ocurriendo. Ese fenómeno provee la fuerza motivadora de una revolución social e industrial continua.

Lecciones de la historia

La cuestión fundamental que se plantea el libro de Floridi es: ¿qué estamos haciendo con todo este poder de computadores personales y corporativos? Y ¿qué nos está haciendo?

Es un gran tema. En el mundo del profesor, la historia misma es sinónimo de la Era de la Información.
Ya no nos relacionamos con la información sino que dependemos cada vez más de ella.
Eso empezó hace mucho tiempo, con la invención de la escritura en Mesopotamia, alrededor de 5.200 aC. Desde ese momento hubo sistemas que podían registrar eventos para uso futuro.

Eso significó que era posible que las lecciones aprendidas por una generación pasaran más fácilmente a la siguiente. Ese fue el principio de la Era de la Información. Lo que pasó en Mesopotamia y la ciudad de Ur nos llevó de la prehistoria a la historia.

Pero –dice Floridi- estamos entrando ahora en la tercera edad del desarrollo humano. Estamos pasando de ser seres relacionados con la información a seres dependientes de la tecnología de la información y comunicación.

Hemos entrado en la infoesfera.

Grandes interrogantes

Naturalmente, al entrar a una nueva etapa surgen grandes interrogantes pero, ¿realmente deberíamos recurrir a un filósofo para resolverlos?

Para Floridi, sí.

Necesitamos que la filosofía tenga una mejor comprensión de la naturaleza de la información misma.

Necesitamos que la anticipe y que conduzca el impacto ético de las tecnologías de la información y comunicaciones en nosotros y nuestro ambiente.

Necesitamos que mejore la dinámica económica, social y política de la información.

Y necesitamos que la filosofía desarrolle el marco intelectual correcto para ayudarnos a darle significado y entender nuestra nueva situación.

"Necesitamos una filosofía de la información como la filosofía de nuestra época para nuestra época", opina.

Esto puede sonar presuntuoso, pero es una forma muy elegante de llamar la atención a cuán diferente va a ser el siglo XXI. Y cuán impredecible.

Las sociedades avanzadas se están volviendo más y más dependientes de las tecnologías de información y comunicaciones. El poder de las computadoras seguirá bajando de precio, y la cantidad de datos va a alcanzar cantidades impensables.

En medio de todo ese cambio, hay uno o dos límites familiares, dice Floridi: el tiempo (la velocidad de las comunicaciones) y el espacio (la necesidad de más y más capacidad de almacenamiento para toda esa información). Ambos están rezagados.

El profesor pone esta nueva situación histórica bajo el escrutinio de la filosofía.

Es demasiado temprano para sacar conclusiones sobre la dirección en la que nos está llevando la nueva conectividad en el ciberespacio.


Pero este libro plantea preguntas que deberíamos estarnos haciendo, para bien o para mal.

futuro

Las 25 empresas que más invierten en el futuro de EU


Forbes -‎2014
Sí, las cifras pueden sonar a algo fuera de este mundo, pero cuidado, los números esconden detalles delicados sobre el futuro de la primer economía del planeta.


Un nuevo informe de Diana Carew y Michael Mandel en el Progressive PGR Policy Institute detalla cuáles son las 25 grandes empresas –conocidas como “héroes de la inversión”– que están haciendo las grandes apuestas en Estados Unidos.

A pesar del crecimiento de China, India y Brasil, y la controvertida tendencia hacia inversiones corporativas que arrojen mayores ventajas impositivas, sigue habiendo muchas empresas dispuestas a invertir grandes sumas de dinero en ese país.

El capital invertido conjunto de las 25 sumó 152,000 mdd el año pasado.

He aquí la lista:

1. AT&T – 21,000 mdd

2. Verizon Communications – 15,400 mdd

3. Exxon Mobil – 11,100 mdd

4. Chevron – 10,600 mdd

5. Walmart – 8,700 mdd

6. Intel – 8,400 mdd

7. Comcast – 6,600 mdd

8. ConocoPhillips – 6,400 mdd

9. Occidental Petroleum – 5,500 mdd

10. Exelon – 5,400 mdd

11. Duke Energy – 4,800mdd

12. Google – 4,700 mdd

13. General Motors – 4,600 mdd

14. Hess – 3,900 mdd

15. Apple – 3,800 mdd

16. Energy Transfer Equity – 3,500 mdd

17. Union Pacific – 3,500 mdd

18. Enterprise Products Partners – 3,400 mdd

19. Ford Motor – 3,400 mdd

20. General Electric – 3,300 mdd

21. Time Warner Cable – 3,200 mdd

22. FedEx – 3,200 mdd

23. Microsoft  – 3,100 mdd

24. FreeportMcMoRan – 2,700 mdd

25. Amazon – 2,600 mdd

Esto parece increíble, ¿verdad? ¡Veinticinco grandes empresas que invirtieron 152,000 mdd el año pasado en nuevas propiedades, plantas y equipo!

Pero los números carecen de sentido a menos que sean puestos en contexto. Como señala el informe, lo que es desalentador es que las grandes empresas no están invirtiendo más:

“Casi siete años después de que comenzó la gran recesión, la inversión no residencial en general está sólo 4% por encima de su pico previo a la recesión. En comparación, la recuperación en el consumo personal es el doble de grande, un 8%, en comparación con su pico previo a la recesión.”

De hecho, según la Oficina del Censo de Estados Unidos, el total de inversiones para todas las empresas superó los 1,370 billones en 2008 y para 2012 se habían recuperado sólo a 1,200 billones.

Los “héroes de la inversión” que conforman la lista de los primeros 25 en realidad subrayan qué empresas están liderando los sectores más vibrantes de la economía de Estados Unidos: tecnología de la información (“Internet of Everything”) y energía (el gran auge del fracking).

La Internet se ha convertido en algo omnipresente. Desde tuberías y cables hasta  hardware y software, AT&T, Verizon, Intel, Comcast, Google, Apple, Time Warner, Microsoft y Amazon, son todas pilares que apoyan y permiten los siempre convergentes y superpuestos mundos del Internet, TV y la comunicación móvil.

AT&T y Verizon en conjunto invirtieron cerca de 107,000 mdd en tres años hasta el 2013, para construir sus redes alámbricas e inalámbricas. No está claro por qué el informe empata esa información con esto: “En comparación, toda la inversión pública en aeropuertos, transporte público urbano y otros proyectos de transporte excepto autopistas sobre el mismo periodo llegaron a sólo 81,000 mdd.”

Y luego está el sector energía. Las 10 empresas de energía en el top 25 son lideradas por Exxon y Chevron. Juntas, las sociedades invirtieron 57,000 mdd. Gran parte de ellos está ligada a la perforación y fracking hidráulico para obtener petróleo y gas en puntos en auge como Bakken, Permian, Marcellus, Eagle Ford y el Golfo de México.

Es aterrador imaginar qué sería de la economía de Estados Unidos sin las telecomunicaciones y la inversión en energía. Según la Oficina de Análisis Económico, el grupo de la industria que más contribuyó al crecimiento del PIB real en los últimos trimestres ha sido la fabricación de bienes no duraderos, (incluyendo petróleo y gas), que subió 15% en el primer trimestre de 2014 después de aumentar 19% en el cuarto trimestre de 2013.

En esos mismos trimestres, el PIB de EU en general estaba creciendo a una tasa de 2.6% en el 4T, luego cayó a un ritmo de 2.9% en el 1T.

Naturalmente, ninguna empresa va a invertir capital en proyectos sin anticipar algunos retornos significativos de ese capital en los próximos años. Con las comunicaciones y las empresas de energía invirtiendo tanto ahora, es lógico pensar que los inversionistas en esos sectores podrían esperar que la próxima década se reanuden el crecimiento descomunal y la creación de valor.

Los autores del informe apoyan el crecimiento económico a largo plazo y reconocen que la inversión de capital (no el gasto del consumidor) es el boleto a ese crecimiento. Su mensaje a los políticos:


“Creemos que una agenda pro inversión comienza con un ambiente de política regulatoria y fiscal que aliente a más compañías a ser héroes de inversión nacionales. Las políticas que proporcionan un buen entorno macroeconómico de inversión valdrán la pena en empleo, productividad y salarios.”

sobrevivir

"Bebí orina y sangre de murciélago para sobrevivir"


BBC Mundo - ‎domingo‎, ‎30‎ de ‎noviembre‎ de ‎2014
Transcurría 1994 y a sus 39 años, Mauro Prosperi participó en la Maratón de las Arenas: una carrera de 250 kilómetros en seis días por el Sahara que ha sido descrita como la más dura de su tipo. Una tormenta de arena provocó que el expentatleta olímpico se perdiera en el desierto durante más 10 días.

Aquí cuenta su historia.


Lo que más me gusta de correr maratones extremas es el hecho de que me permiten acercarme a la naturaleza. Las carreras suelen llevarse a cabo en escenarios hermosos que incluyen montañas, desiertos, glaciares. Como atleta profesional no había podido disfrutar de ese entorno: estaba muy concentrado en ganar medallas.

Me enteré de la Maratón de las arenas (Marathon des Sables) por casualidad. Ya me había retirado del pentatlón cuando un buen amigo me dijo: "Hay una maratón increíble en el desierto, pero es muy difícil". Como me encantan los retos, empecé a entrenar inmediatamente, corriendo 40 kilómetros al día. Además, reduje la cantidad de agua que bebía, para acostumbrarme a la deshidratación. No paraba en la casa.
Prosperi corre con su compatriota italiano Mario Malerba en el Maratón de las arenas de 1994.
Mi esposa Cinzia pensó que estaba loco. La carrera es tan arriesgada que hay que firmar un formulario donde uno especifique dónde quieren que entierren su cuerpo en caso de muerte. Tomando en cuenta que tenemos tres hijos -en ese momento menores de 8 años- estaba muy preocupada. Traté de tranquilizarla. "Lo peor que puede pasar es que me insole un poco por el sol", le dije.

Cuando llegué a Marruecos, descubrí algo maravilloso: el desierto. Me sentí embrujado.

En estos días la Maratón de las arenas es una experiencia muy diferente. Participan unas 1.300 personas que avanzan por el desierto como una especie de serpiente gigante. No podrían perderse así lo intentaran. En 1994, en cambio, solo éramos 80 participantes y muchos menos los que estaban corriendo como yo. De modo que durante la mayoría del tiempo estuve solo.

Siempre fui el primer italiano en llegar a la siguiente etapa y me gustaría poner una bandera en mi tienda para que todos pudiéramos reunirnos en las noches. Fue divertido.
La camaradería de correr en el desierto.
Solía ser el primer italiano en alcanzar la próxima etapa. Al llegar, colocaba una bandera en mi tienda, por las noches nos reuníamos ahí. Era divertido.

El cuarto día, durante la etapa más larga y difícil de la carrera, las cosas se complicaron.

Cuando partimos esa mañana ya había un poco de viento. Tras pasar cuatro puestos de control, entré a una zona de dunas de arena. Estaba solo. Las liebres -los corredores que marcan el ritmo- ya se habían adelantado.

De repente comenzó una tormenta de arena muy violenta. El viento arreció con una furia aterradora. Fui tragado por una pared de arena amarilla. Estaba ciego, no podía respirar. Sentía los latigazos de arena en el rostro, era como una tormenta de agujas.

Entendí por primera vez lo poderosa que podía ser una tormenta de arena. Le di la espalda al viento y me envolví una bufanda alrededor de la cara para evitar que la arena siguiera hiriéndome. No estaba desorientado, pero no podía dejar de moverme para evitar ser enterrado. Eventualmente me agaché en un lugar protegido y esperé que la tormenta terminara.
Los competidores del maratón batallaron contra una tormenta de arena en 2006.
Duró ocho horas. Cuando el viento se calmó, ya era de noche, así que dormí en las dunas. Me sentía molesto por la carrera, pues hasta entonces, había estado ocupando el cuarto lugar. Pensé: "Bueno, ya no puedo ganar, pero todavía puedo hacer un buen tiempo. Mañana me levantaré muy temprano y trataré de llegar a la mera.

Hay un plazo de 36 horas para cumplir con esa etapa de la carrera. Si tardas más tiempo, quedas descalificado. Todavía tenía una oportunidad. Lo que no podía imaginar era la forma dramática cómo la tormenta cambiaría todo lo que me rodeaba.

Me desperté muy temprano y me encontré con un paisaje transformado. No tenía idea de que estaba perdido. Tenía una brújula y un mapa, así que pensé que podía andar perfectamente bien. Sin embargo, sin puntos de referencia, todo es mucho más complicado.

No me preocupaba aún porque estaba seguro de que tarde o temprano me encontraría con alguien. "Quién sabe cuántos otros estarán en esta misma situación", pensé.

"Tan pronto me encuentre con alguien podremos trabajar en equipo y llegar a la meta juntos". Ese era mi plan, que por desgracia, no funcionó.

Cuando me di cuenta de que estaba perdido, lo primero que hice fue a orinar en mi botella de agua de repuesto, porque cuando se está todavía bien hidratado la orina es más clara y más potable. Me acordé de mi abuelo cuando me decía que durante la guerra, él y sus compañeros de armas habían bebido su propia orina cuando el agua se agotó. Lo hice como medida de precaución, pero no estaba desesperado. Estaba seguro de que los organizadores me iban encontrarían pronto.
Los corredores serpentean a través de la arena en 2009. La Maratón de las arenas atrae a más de 1.000 personas cada año.
Cuando se corre el Maratón de las arenas, haya que ser autosuficiente. Yo iba bien preparado: tenía un cuchillo, una brújula, un saco de dormir y un montón de comida deshidrata en mi mochila. El problema era el agua. Nos dieron agua fresca en los puestos de control, pero cuando empezó la tormenta solo me quedaba la mitad de una botella. La tomé lo más lentamente que pude.

Soy muy resistente al calor y estaba teniendo cuidado. Solo caminaba cuando esta fresco, en las mañanas, y luego de nuevo en la noche. Durante el día, cuando no estaba caminando, intenté encontrar refugio y sombra. Llevaba dos sombreros: una gorra de béisbol con un sombrero de lana roja encima para mantener la temperatura lo más constante posible. Por suerte mi piel es bastante oscura, así que no sufría por las quemaduras solares.

El segundo día al atardecer escuché el sonido de un helicóptero que se acercaba. Asumí que me estaba buscando, así que saqué mi bengala y la tiré al aire. Volaba tan bajo que llegué a ver el casco del piloto. Pero no, él no me vio.

El helicóptero, un préstamo de la policía marroquí, regresaba a la base para reabastecerse de combustible. Desde 1995, debido a mi experiencia, los corredores han sido equipados con los mismos tipos de bengalas que se utilizan en el mar. A ellos no les agrada la idea porque pesan 500 gramos, pero en el momento en que yo participé, las bengalas que teníamos eran muy pequeñas, del tamaño de un bolígrafo.
Uno de los retos de los competidores es mantener la temperatura lo más constante posible.
Me quedé tranquilo. Estaba convencido de que los organizadores tendrían los recursos para encontrar a cualquiera que se perdiera en el desierto. Todavía pensaba que sería rescatado antes o después.

Un par de días después me encontré con un morabito, un santuario musulmán donde los beduinos paran cuando están cruzando el desierto. Tenía la esperanza de que estuviera habitado, pero por desgracia no había nadie allí: solo el ataúd de una persona a la que se le atribuye cierta santidad. Al menos tenía un techo sobre mi cabeza, era como estar en casa. Evalué mi situación: no era de color de rosa, pero me sentía bien físicamente. Comí un poco de mis raciones que cociné con orina fresca y no con la embotellada que estaba ahorrando para beber. Empecé a beberla al cuarto día.

El morabito se había llenado con la arena de cada una de las tormentas, así que el techo era muy bajo. Subí a la azotea para plantar mi bandera italiana, con la esperanza de que alguien que me estuviese buscando pudiera verme. Mientras estuve allá arriba, vi algunos murciélagos, apiñados en la torre. Me decidí a beber su sangre. Agarré un puñado de murciélagos, les corté la cabeza y aplasté su interior con un cuchillo. Luego chupé. Me comí al menos 20 de ellos, crudos. Sólo les hice lo que ellos le hacen a sus presas.

Me quedé en el morabito por unos días, esperando ser descubierto.
El mapa que Prosperi llevaba consigo en 1994.
Cedí a la desesperación en dos ocasiones. La primera, cuando el helicóptero pasó sobre mí sin verme. La segunda cuando vi el aeroplano.

Llevaba tres días en el morabito cuando oí el ruido de un motor. No sé si me estaba buscando, pero inmediatamente inicié un fuego con todo lo que tenía: mi mochila y todo lo demás, con la esperanza de que el avión viera el humo. Pero justo entonces otra tormenta de arena golpeó. Duró 12 horas. De nuevo, no me vieron.

Sentí que era mi última oportunidad para ser encontrado. Me deprimí. Estaba convencido de que iba a morir y de que sería una muerte larga y agonizante, así que quería acelerarlo. Pensé que si moría en el desierto nadie me iba a encontrar. Mi esposa no recibiría la pensión de la policía: en Italia, si alguien se pierde, hay que espera 10 años antes de ser declarado muerto. Si me moría en este santuario musulmán al menos encontrarían mi cuerpo y mi esposa tendrían un ingreso.

No tenía miedo de morir. Mi decisión de atentar contra mi propia vida surgió del racionamiento lógico y no de la desesperanza. Escribí una nota a mi esposa con un trozo de carbón y luego corté mis muñecas. Me tumbé y esperé a morir, pero mi sangre se había espesado y no salía.

A la mañana siguiente me desperté. No había logrado suicidarme. La muerte no me quería todavía.
La tumba del morabito que casi se convirtió en la de Prosperi.
Lo tomé como una señal. Recuperé la confianza y me decidí a ver lo que ocurría como una competencia contra mí mismo. Tomé la determinación y me concentré otra vez. Pensaba en mis hijos.

Mauro el atleta estaba de vuelta. Necesitaba tener un plan. Todavía tenía energía, no estaba cansado. Como expentatleta acostumbrado a entrenar 12 horas al día, además me había preparado para la carrera, así que no me sentía demasiado débil. Todavía me quedaban algunas pastillas de energía también.

Recuperé mi fuerza y lucidez mental. Decidí salir del santuario y comenzar a caminar de nuevo, pero ¿hacia dónde? Seguí el consejo que los tuaregs nos habían dado antes de empezar la carrera: "Si están perdidos, busquen las nubes que puedan ver en el horizonte al amanecer, allí encontrarán vida. Durante el día desaparecerán, pero fijen su brújula y continúen por esa dirección. Así que decidí ir hacia esas nubes míticas en el horizonte.

Caminé por el desierto durante días. Maté serpientes y lagartos y me los comí crudos. De esa manera, conseguía beber también. Algunos instintos surgen en situaciones de emergencia. En ese momento, mi cavernícola interior emergió.
Prosperi trabajó para la policía montada en Sicilia.
Estaba consciente de que estaba perdiendo una cantidad increíble de peso: mientras más caminaba, más flojo sentía el reloj en la muñeca. Estaba tan deshidratado que ya no orinaba más. Por suerte tenía algo de medicina para la diarrea que seguí tomando.

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Sobrevivir en el desierto
Tuareg
Fuente: Los esenciales de supervivencia en el mar, de F. Golden y M. Tipton (2002).

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Quería ver a mi familia y amigos de nuevo y me concentré en eso. No tenía miedo. Al mismo tiempo, empecé a ver el desierto como un lugar donde la gente podía vivir.

Pude ver su belleza. Presté cuidadosa atención a cada rastro, incluso los excrementos secos me dieron pistas sobre la dirección que debía tomar.
Tras la experiencia, Mauro Prosperi volvió a participar en la carrera.
Aprendí que si se aprende a mirar, hay mucha comida a nuestro alrededor. Mientras caminaba por el desierto reconocí lechos secos donde crecen los cactus y las suculentas, así que apreté para obtener su jugo y lo bebí .

Empecé a pensar en mí mismo como un hombre del desierto. Más tarde, un príncipe tuareg me dedicó un poema que aseguraba que yo era el "elegido" por haber sobrevivido tanto tiempo.

Mientras tanto, los organizadores estaban buscándome. Mi hermano y mi cuñado volaron desde Italia para unirse a la búsqueda. Encontraron algunas de las huellas que dejé atrás, como las trenzas de mis zapatos. Llegaron al morabito y encontraron signos de que estuve allí. Sin embargo, estaban seguros de que estaban buscando un cuerpo.

En el octavo día me topé con un pequeño oasis. Me acosté y me bebí, sorbiendo lentamente, durante unas seis o siete horas. Vi una huella en la arena, así sabía que la gente no podía estar lejos.

Al día siguiente, vi algunas cabras a la distancia que me dieron esperanza.
Visiblemente delgado, Prosperi recibió una bienvenida de héroe en Italia.
Entonces vi a una joven pastora. Ella me vio también y salió corriendo, asustada. Después de nueve días en el desierto imaginen cómo lucía, estaba negro de tanta mugre. La niña corrió hacia una tienda para advertir que yo iba en esa dirección.

Sólo había mujeres en el campamento, los hombres habían ido al mercado. Ellas se hicieron cargo de mí. Fueron muy amables. Una mujer mayor salió de la tienda y de inmediato me dio leche de cabra para beber. Trató de darme un poco de comida también, pero vomité inmediatamente. No me permitieron entrar en la tienda porque era hombre, pero me pusieron en una alfombra en la sombra de su porche. Entonces enviaron a alguien a llamar a la policía. A ellos les gusta acampar cerca de bases militares para garantizar su protección.

La policía vino y me llevó a su jeep. Me llevaron a su base militar, con los ojos vendados, porque no sabían quién era yo. Ellos pensaron que yo podía ser peligroso. Tenían armas y en ocasiones llegué a pensar que iban a matarme. Cuando se enteraron de que era el corredor de maratón que había se perdió en Marruecos me sacaron la venda de los ojos y celebraron. Descubrí que había cruzado la frontera con Argelia. Estaba 291 kilómetros fuera de curso.

Ellos me trasladaron al hospital de Tinduf, donde finalmente, después de 10 días, tuve la oportunidad de llamar a mi esposa. Lo primero que le dije fue: "¿Ya me hiciste un funeral?". Después de 10 días perdido en el desierto es lógico esperar que alguien esté muerto.
Prosperi ha corrido la Maratón las arenas siete veces: en 2001 llegó de número 12.
Cuando me pesaron en el hospital había perdido 16 kilogramos, pesaba solo 45kg. Mis ojos y mi hígado sufrieron daños, pero mis riñones estaban bien. No pude comer nada más que sopa o líquidos por meses. Me tomó casi dos años recuperarme.

Cuatro años más tarde estaba de vuelta en el Marathon des Sables. La gente me pregunta por qué volví. Yo digo que cuando empiezo algo quiero terminarlo. La otra razón es que ya no pude vivir sin el desierto. La fiebre del desierto sí existe, y es una enfermedad que definitivamente contraje. El desierto me llama a saludarlo cada año, a experimentarlo.

Corrí ocho maratones desérticos más y ahora me estoy preparando para mi mayor reto. El año que viene tengo la intención de correr 7.000 kilometros de costa a costa a través del Sahara, desde Agadir (Marruecos) en el Océano Atlántico a Hurghada (Egipto) en el Mar Rojo. El deporte y la naturaleza son parte de mi vida.

Mi esposa se portó como una santa. Me soportó muchos años, hasta que debido a mi estilo de vida decidimos separarnos. Seguimos siendo mejores amigos, tal vez más ahora que cuando estábamos casados. Tengo una nueva pareja, pero ella sabe que soy un hombre con una misión. No puedo cambiar.

Prosperi planea correr una carrera de 7.000 kilometros a través del Sahara el año que viene.

China

China ejerce un nuevo liderazgo mundial


La Nación - ‎ ‎noviembre‎ de ‎2014 
         La mayor noticia económica del año llegó casi sin aviso: China ha reemplazado a Estados Unidos como la mayor economía del mundo, según los números del Fondo Monetario Internacional. Por otra parte, en estos momentos en que el estatus geopolítico de China aumenta rápidamente junto con su poderío económico, EE. UU. continúa dilapidando su liderazgo mundial, debido a la irrestricta codicia de sus elites políticas y económicas, y a la trampa que se autoimpuso con la guerra perpetua en Medio Oriente.

Según el FMI, el PBI de China será de 17,6 billones de dólares este año, frente a los 17,4 billones de dólares de Estados Unidos. Como la población china es cuatro veces mayor, su PBI per cápita (12.900 dólares) todavía no llega a ser un cuarto de los 54.000 dólares de EE.UU., con un nivel de vida mucho más elevado.

El surgimiento de China es trascendental, pero implica el regreso a una situación existente. Después de todo, ha sido el país más populoso del mundo desde que se convirtió en un Estado unificado hace más de 2000 años; tiene entonces sentido que sea la mayor de sus economías. De hecho, la evidencia sugiere que su economía era mayor (en términos de paridad del poder adquisitivo) que cualquier otra en el mundo hasta aproximadamente 1889, cuando EE.UU. la eclipsó. Ahora, 125 años más tarde, la clasificación ha vuelto a invertirse después de décadas de rápido crecimiento económico en China.

Con el aumento de su poder económico, también llegó la influencia geopolítica. Sus líderes son agasajados en todo el mundo y muchos países europeos perciben a China como la clave para un mayor crecimiento local. Los líderes africanos ven a China como un nuevo socio indispensable para el crecimiento, especialmente para el desarrollo de la infraestructura y los negocios. De forma similar, los estrategas económicos y líderes de negocios latinoamericanos consideran a China al menos tanto como a EE.UU.

China y Japón parecen dar pasos en pos de mejorar sus relaciones, tras un período de mucha tensión. Incluso Rusia se ha "inclinado" recientemente hacia China y estableció con ella vínculos más fuertes en muchos frentes, incluidos la energía y el transporte.

Como EE.UU. después de la Segunda Guerra Mundial, China aporta mucho dinero a la construcción de fuertes vínculos de infraestructura con países. Esto permitirá que otros países estimulen su propio crecimiento y consoliden el crecimiento económico y el liderazgo geopolítico chinos.

La cantidad de iniciativas chinas es impresionante. En 2013, el país lanzó cuatro grandes proyectos que prometen darle un papel mucho más amplio en el comercio y las finanzas mundiales. Se unió a Rusia, Brasil, la India y Sudáfrica para establecer el Nuevo Banco de Desarrollo, que tendrá base en Shanghai. Un nuevo Banco Asiático de Inversión en Infraestructura tendrá sede en Pekín y ayudará a financiar proyectos de infraestructura en la región. El cinturón económico de la Nueva Ruta de la Seda buscará conectar a China con las economías de Asia Oriental, Asia del Sur, Asia Central y Europa, con una red ampliada de ferrocarriles, autopistas, energía y fibra óptica. Y la nueva Ruta Marítima de la Seda del Siglo XXI busca potenciar el comercio oceánico en Asia Oriental y el océano Índico.

Estas iniciativas probablemente generarán cientos de miles de millones de dólares en inversiones, acelerando el crecimiento.

Todo esto no tiene garantía de éxito ni es seguro que avance sin obstáculos. China enfrenta enormes desafíos internos, incluida una elevada y creciente desigualdad en el ingreso; la masiva contaminación del aire y el agua; la necesidad de pasar a una economía con baja huella de carbono, y los mismos riesgos financieros que conllevan las inestabilidades en los mercados financieros que atormentan a EE.UU. y Europa. Y si China se torna demasiado agresiva con sus vecinos -por ejemplo, exigiendo derechos sobre el petróleo- generará una grave reacción diplomática. No hay por qué suponer que China (o ningún otro país) encontrará el camino libre de obstáculos en los próximos años.

Es sorprendente que al mismo tiempo que China mejora económica y geopolíticamente, EE.UU. parece hacer todo lo posible para desperdiciar sus propias ventajas. El sistema político ha quedado atrapado por la codicia de sus elites adineradas, cuyo limitado objetivo es reducir los impuestos corporativos y personales y restringir el liderazgo constructivo de EE.UU. en el desarrollo económico mundial. Mientras China entra en calor para actuar en la arena geopolítica, la política exterior que EE.UU. continúa es una incesante e infructuosa guerra en Medio Oriente.

El crecimiento chino puede ayudar al bienestar si sus líderes enfatizan la inversión en infraestructura, energía limpia y salud pública. De todas formas, el mundo estaría mejor si EE.UU. la acompañara en un liderazgo constructivo. El anuncio de los presidentes Barack Obama y Xi Jinping de acuerdos bilaterales sobre el cambio climático muestra lo mejor de lo que puede lograrse. La perpetua guerra estadounidense en Medio Oriente, lo peor. ßperspectivaglobal© Project Syndicate, 2014




Jeffrey Sachs - es director del Instituto dela Tierra en la Universidad de Columbia

sábado, 29 de noviembre de 2014

cárteles

Ana Lilia Pérez traza las rutas náuticas de la droga


Forbes   - ‎sábado‎, ‎29‎ de ‎noviembre‎ de ‎2014
“La operación en los mares es de tal nivel, que los cárteles mexicanos han impuesto incluso una especie de ‘pago de piso’ por el uso de mares para el tráfico de droga.”

Tiene un título simple y un subtítulo sencillo; sin embargo, lo que Ana Lilia Pérez narra en su nuevo libro: Maresdecocaína / Lasrutasnáuticasdelnarcotráfico, no tiene nada de sencillo, mucho menos de simple.

De entrada, es muy claro el asunto: no hay puerto, costa, isla, archipiélago que el crimen organizado no alcance, o que sea impenetrable para éste.

Al menos a esa conclusión llegó la propia Ana Lilia Pérez, a partir de una sólida y completa investigación periodística. Y es que no sólo viajó por mares y puertos de varias partes del orbe para escrutar las formas en que las mafias se han infiltrado en las más importantes vías de comercio náutico, también se hizo de documentos y entrevistó —en algunos casos por vez primera y en exclusiva para este trabajo— a funcionarios y agentes de inteligencia del más alto nivel.

Así, el libro revela las rutas, infraestructura y vías del comercio internacional que emplean y manejan las mafias para transportar drogas a gran escala —cocaína en particular— por todo el planeta.

No es un asunto menor: “Por lo menos 80 por ciento de las drogas que consumen las personas alrededor del mundo se transportan vía marítima”, me comentaba la propia autora cuando conversamos.

Y habría que hacerle caso: Ana Lilia no es una periodista improvisada o novel; al contrario: con tres lustros de trayectoria, su trabajo le ha valido reconocimientos, premios… también denuncias en su contra. Y, más grave todavía, persecución.

¿La razón? Sus dos anteriores trabajos —que provocaron, por cierto, un sismo en la clase política— desvelaban parte de los entresijos (de corrupción) del poder en turno: Camisas azules, manos negras acercaba al lector al caso de Oceanografía, mientras que El cártel negro denunciaba el saqueo en Pemex.

Ahora, Ana Lilia regresa con esta obra, quizá la más ambiciosa de su carrera. Por muchas razones. Empezando por el tiempo que le ha llevado realizarla.

Este libro —me dijo hace unos días— comenzó a gestarse en 2004, en uno de sus viajes a la Sonda de Campeche, en el Golfo de México. Una tarde, Ana se percató que algunos miembros del personal consumían drogas precisamente ahí, en una de las plataformas petroleras, que son instalaciones ubicadas a varios kilómetros en medio del mar.

Lo que le llamó la atención no fue que consumieran drogas: “Hay que considerar que a veces los trabajadores, cuando están aislados, sin vigilancia, están tentados a hacerlo”, pensó en ese entonces. Más bien, lo que llamó su atención era saber la manera en que habían llegado ahí estos estupefacientes. Por una razón principal: “Cuando hablamos de plataformas petroleras —me contó—, estamos hablando de zonas prácticamente blindadas. Infranqueables.”

Así que, desde ese momento, Ana empezó a contactar a varios capitanes navales: “Ellos me explicaron algunos principios de cómo opera el tráfico de drogas a gran escala, por la vía marítima.”

Todo esto, poco a poco la fue impulsando como un oleaje. Quise saber una cosa: le pregunté si en ese momento tenía idea de lo que enfrentaba, a la magnitud de lo que encontraría.

Ana negó con la cabeza.

“Al principio, hice un esquema inicial de investigación, sin pensar en los alcances reales que tendría esto”, me dijo. Luego me contó que éste era uno de esos temas en el que el periodista empieza a investigar y de pronto se va involucrando más y más, hasta que la investigación se abre por completo.

“Y eso me ocurrió a mí”, me explicó después. “Fue una investigación que me llevó bastantes años, sobre todo ir uniendo las piezas, armar el gran rompecabezas que es la mecánica del tráfico de drogas a gran escala. Una de las grandes ventajas fue la de poder viajar tanto a los países productores como a los países destino de las drogas, poder hacer una investigación de campo ardua… Además, pude consultar fuentes documentales, de papel, y consultar fuentes vivas.”

—En el libro narra algunas historias que parecen inverosímiles; parecen historias sacadas de la ficción —le comenté, en cierto momento.

—Es verdad, pero son reales. Intenté hacer este libro de una manera distinta; una manera en la que resultara más fluida su lectura… Estamos partiendo de un tema que llama la atención, y que es muy interesante… Ahora, también es cierto lo que dices: algunos pasajes se parecen a esas historias épicas de los viejos navegantes, a esas historias de aventuras que inmortalizaron grandes escritores que pusieron sus ojos en ese ámbito marítimo. Pero no: aquí estamos hablando de historias no sólo reales, sino, además, de un ámbito atroz, como es el mercado mundial de la cocaína.

Negocioredondo y lucrativo

Mejor aclaremos: Maresdecocaína no habla de un personaje específico, mucho menos de una zona determinada; tampoco, de un solo país. No. Es un reportaje de largo aliento, con datos duros.

En él, Ana Lilia Pérez, su autora, hace un close-up sobre las rutas náuticas que el narcotráfico tiene ya copadas. Desvela, en una suerte de arqueología marítima, la infiltración y las estructuras corporativas de los cárteles de las drogas, tanto en el ámbito marítimo como en el mercado mundial.

Precisamente por ahí giró después la entrevista. Le pregunté a Ana Lilia si hubo, durante los años de investigaciones y pesquisas, algo en particular que llamara su atención.

Se tomó unos segundos. “¿Sabes? —respondió—, una primera sorpresa que tuve, cuando estaba haciendo el libro, fue darme cuenta que la mayor parte de la gente desconoce, o más bien desconocemos, el ámbito marítimo, a pesar que de éste no sólo es el eje de la economía a nivel internacional, también es el motor para todo el planeta. Fue sorprendente saber que el ámbito marítimo tiene su propia lógica, su propia dinámica, su propio lenguaje, sus propios códigos y reglas.”

“Es la conexión entre todo el mundo, ¿no?”, dije por decir algo.

Ella sonrió: “Hay que considerar que actualmente entre el 70 y 80 por ciento del comercio internacional se transporta vía marítima. El gran hallazgo de este libro, y que me sorprendió a mí en primer lugar, fue descubrir el poco cuidado que han tenido las autoridades de este ámbito. Pero, sobre todo, darme cuenta cómo esos traficantes de drogas a gran escala, pasando como visionarios, por decirlo de una manera, se han montado muchas veces en esas estructuras formales del comercio internacional para operar sus súper negocios…”

“Es un tema muy delicado”, murmuré, intentando no interrumpir su reflexión.

“Sí, lo es”, continuó Ana. “En algunas regiones del mundo, la operación de tráfico de drogas tiene en jaque a muchas empresas. De hecho, la piratería moderna, tal y como la conocemos, está dando paso a otra cosa. Porque los traficantes han ido más allá. Por ejemplo, la gente que antes servía a las embarcaciones piratas para secuestrar a los grandes cargueros o a los buques petroleros, en toda la región de las costas africanas, ahora están siendo copados por los traficantes para que sean halcones o custodios de sus cargamentos. Eso es lógico: es gente que conoce esos mares perfectamente.”

Dicho esto, Ana hizo una pausa. Yo seguí por ese camino la conversación: parece que todo esto, le insinué, ha hecho a las mafias y narcotraficantes más fuertes.

Ella no lo pensó mucho.

“Sí”, dijo. “De hecho un agente de la inteligencia británica me decía que no existe en el mundo, actualmente, un puerto infranqueable para las mafias. Y mira que, a nivel internacional, el gobierno británico es uno de los que tiene el liderazgo en el tema del combate al tráfico de drogas vía marítima. A diferencia de lo que ocurre en México y Sudamérica, donde las autoridades aún no tienen estructurado esto, en Europa han avanzado… Varios países europeos se agruparon para formar una oficina de inteligencia, en conjunto, que opera en Portugal, y que colabora con el gobierno británico… Algunos directivos de ahí, me dijeron que las mafias pueden penetrar, hoy, en puertos de países que incluso se precian de tener los estándares más altos de seguridad.”

—Perdón por insistir: la situación, entonces, sí es grave…

—Lo es. A las autoridades de distintos países les preocupa que en la actualidad los cárteles mexicanos tengan el mando del timón en el tráfico mundial de droga. El problema es muy grave, y es un asunto que va increscendo, porque la verdadera ganancia en la industria de las drogas, en el negocio ilegal de las drogas, no está tanto en su producción como en su venta final y su transportación… La ecuación es fácil: un kilogramo de cocaína de muy alta pureza en países productores como Colombia o Perú cuesta entre 700 y 800 dólares; si el traficante lleva esta misma droga a lugares como Australia, las Islas Marshall o algunos países remotos de la región, un sólo gramo de cocaína puede tener este mismo costo: entre 700 y 800 dólares. ¡De ese tamaño es el negocio!

¿Y los mares mexicano?

A manera de presentación, Ana Lilia Pérez escribe en Maresdecocaína: es por las rutas marítimas que los cárteles mexicanos —en sociedad con mafiosos gallegos, colombianos, peruanos, venezolanos, chinos, turcos, rusos, italianos— han conquistado tierras tan lejanas como Australia, los puertos asiáticos o las remotas Islas Marshall. Asimismo, han contribuido a hacer de Guinea el primer narcoestado del mundo, de España la bodega de droga de Europa, de Panamá el puente central para el narcotráfico entre dos océanos, del Río Amazonas el afluente de navegación de los cargamentos, y de Buenaventura (Colombia) y varias terminales mexicanas en narcopuertos por excelencia.

—La operación en los mares es de tal nivel —me dijo, de pronto, Ana Lilia—, que los cárteles mexicanos han impuesto incluso una especie de “pago de piso” por el uso de mares para el tráfico de drogas.

—¿Podríamos decir, entonces, que los cárteles mexicanos son los más poderosos, o eso es aventurar mucho? —le pregunté.

—En lo absoluto. Con todo y el nivel de operación que tienen y han tenido algunas organizaciones criminales durante décadas, por ejemplo la mafia italiana, rusa, o los cárteles colombianos, o los llamados clanes (como se les denomina en toda la región de Galicia); las propias autoridades, a quienes he consultado, coinciden en que existe en la actualidad un nivel de preponderancia de los cárteles mexicanos, en especial del cártel de los Zetas y del cártel de Sinaloa.

—Y los mares de México, ¿cómo se encuentran, en qué situación están?

—El caso de México resulta muy dramático —me dijo, enfática, Ana—, porque sus organizaciones criminales operan desde aquí el tráfico de drogas a gran escala. A pesar de ser un país marítimo, un país costero, un país que tiene muchos puertos de altura, que son 16, todos éstos han sido ya tomados, han sido ensombrecido… México ha descuidado completamente sus mares. Las mafias operan desde hace mucho a sus anchas…

—Lo que resulta curioso es que representantes de la marina sigan diciendo que, por lo menos en la vía marítima, todo esté controlado. Cuando no es así…

—Cierto. Pero además, la sociedad ha estado muy mediatizada también en estas disputas criminales en tierra; se habla de los narcotúneles, de los burreros, de los carros que pasan las fronteras. Pero las estimaciones son que, en la actualidad, entre el 70 y 80 por ciento de las drogas se transportan por la vía marítima. Un gran tema es el transporte, vía contenedor, de las mercancías, porque en este ámbito también han sabido sacar provecho las mafias. El gran problema es que menos del dos por ciento de los contenedores que circulan en todo el mundo puede revisarse.

—Para usted, ¿cuál tendría que ser la prioridad gubernamental?


—Sin afán de presunción, el libro es una muestra de lo que ocurre con el tráfico de drogas a gran escala. El gobierno mexicano primero tiene que hacer una investigación mucho más profunda, tomar cartas en el asunto, poniendo su atención en lo que está ocurriendo actualmente con los mares, y hacer sus programas encaminados a frenar el flujo de drogas. Pero no sólo eso. El gran combate al crimen organizado se da desmantelando las estructuras corporativas y financieras de los carteles, de las mafias. Hay que considerar que la finalidad de las mafias no es que la gente se drogue o no, su finalidad es ganar dinero. Si la mayor ganancia la da el tráfico de drogas, esto seguirá ocurriendo… Mientras no se toquen las estructuras financieras y corporativas del crimen organizado, todo lo demás es una simulación.

dinero

El mexicano que hace dinero donde otros ven problemas


Forbes - ‎sábado‎, ‎29‎ de ‎noviembre‎ de ‎2014
En España le dicen “el tiburón mexicano” o “el azteca multimillonario”,  posee  un perfil discreto y poco conocido, aunque llama mucho la atención de la clase empresarial porque en los últimos años ha logrado hacer dinero en donde otros ven problemas.

Gustavo Tomé había mantenido un bajo perfil hasta mayo de este año, cuando desde España se informó que había comprado parte de Liberbank. El director general de los fondos DaVinci Capital y Nemesis, que había comprado empresas bajo contratos de confidencialidad, principalmente en México, crecía en silencio.

La fortuna de Gustavo Tomé se tejió en la industria textil, donde aprendió desde muy joven a trabajar. “Murió mi papá cuando yo tenía 16 años. Ahí empieza toda mi historia. Fue una época de mucho aprendizaje, muy difícil, cuando lo ves en retrospectiva.”

Su primera obligación fue administrar todo lo que su padre les dejó a él, a su hermano mayor y a su madre. Vendieron algunas propiedades y se quedaron con lo que creían podían controlar: las maquiladoras.

No tomó los negocios de tiempo completo, quería estudiar. Su hermano y su madre eran su equipo. En 1994 decidieron transformar su negocio: dejar de lado la fabricación para México y exportar.

Surtían a Dockers, GAP, Old Navy, Abercrombie, Hollister, Walmart y muchas grandes marcas en el norte. “Era un gran negocio en el país, porque aprovechabas el beneficio de la devaluación que se había dado. Pagabas insumos en pesos, quizás a un valor de descuento a lo que valían en el mercado internacional. Teníamos unas fronteras cerradas. Estados Unidos nos acababa de dar el Tratado de Libre Comercio, que era otro tema bastante relevante, y podías generar divisas. Las divisas tenían un valor de plusvalía por la devaluación.”

Gustavo Tomé confiesa que no sabía hacer nada cuando su padre murió. Había trabajado desde la secundaria, pero en las empresas de los amigos de su papá. Lo mandaba a aprender de la cultura de trabajo de diferentes empresas familiares. Nada más.

A lo suyo

Algo que casi nadie sabe de él, es que fue uno de los pioneros de Internet en el país. Uno de sus primeros emprendimientos fue ofrecer servicios de Internet alrededor de 1995. Su negocio era proveer infraestructura para tener acceso a servicio de dial-up, en ese momento, en Irapuato.

Se dio cuenta de la oportunidad que se presentaba navegando en Monterrey, donde estudiaba. Buscó asesoría y proveedores. Trabajó con IBM, Cisco y US Robotics.

Creció y creció, y de pronto llegó una empresa grande y le compró su base de clientes. Dice que no se hizo millonario con esa operación, aunque sabía que había historias de grandes fortunas que recién se construían en la web.

Al mismo tiempo de su incursión en la tecnología, siguió creciendo su negocio textil y lo fueron perfeccionando.

Comenzaron a comprar licencias de marca, a poner cadenas de tiendas y a participar más en el mercado nacional. Recuerda que tenían un gran negocio de almacenes de saldos, donde vendían todo al mismo precio; se llamaban Factory Outlet. “Era una administración muy simple, eso nos encantaba.”

Pero un día, Gustavo Tomé se dio cuenta de que no estaban generando mucho valor y decidió salir del negocio textil.

“Eran en ese entonces 3,900 obreros, en plantas desde 100 personas, hasta 900 o 1,100 las grandes. En algún momento mágico eran como 29 maquiladoras […] Tuvimos buenas oportunidades de vender las plantas a diferentes fabricantes o gente que hacía lo mismo.”

Los centros importantes de maquila en este país eran Aguascalientes y Guanajuato, Torreón y Puebla. Vendieron casi todo al valor más alto, dice el empresario. “Casi siempre tratas de entrar en lo más bajo y salirte en lo más alto. Y tratas de agarrar un lugar por ahí, pensando en que ni vas a hacer que salga más caro, pero tampoco debes pensar en lo más barato.”

─¿Por qué te saliste del negocio familiar?

─Yo no tenía otro hermano chico que le siguiera. Es un negocio muy complicado. El tema es que generas poco valor, porque al final lo que estás vendiendo es la esencia de una mano de obra barata con componentes baratos, para venderle a un país que es muy competitivo en precios. Es de volumen. Quieres vender millones, a pesos.

─¿Qué te hizo ver a tiempo, que el negocio ya no sería tan bueno?

─Lo que me hace cambiar la opinión que tenía del negocio es Internet. Internet se hace más relevante en la vida. Tardó mucho tiempo, pero se hace más relevante en la vida.

Gracias a Internet se percató de que el negocio tendría márgenes más limitados. En ese entonces estaban bien en México, pero supo pronosticar que en un futuro habría guerra en algún lugar del mundo, y ése sería el sitio más barato del mundo para producir.

En 2004 decide contundentemente no arrancar el siguiente año en el textil; entonces sólo les quedaba una operación muy pequeña. “El 2 de enero de 2004 decidí que ese iba a ser nuestro último día; en diciembre empezamos a terminar los contratos y demás.”

Fondos de inversión

Su padre les había dejado también un negocio inmobiliario. Además decidió abrir una planta de tubería de polietileno. Comenzó a crecer en nuevos sectores.

“Aprendí muy bien que no quería hacer dos cosas: no quería invertir en negocios que tuvieran un valor agregado muy limitado, y tampoco quería tener negocios que tuvieran un componente relevante de su costo en mano de obra. Entonces todo se desprende de ahí.”

La siguiente planta fue la de panel de aluminio. “Entendía lo que teníamos que hacer, entendía a los clientes, tenía valor agregado, teníamos una restricción de importación de otros países, podíamos ser líderes. Teníamos la capacidad de exportar. Ahí comenzamos el negocio Alucomex.”

Comenzó a invertir en el negocio de procesamiento de plásticos y se casa. Su madre y su hermano decidieron desinvertir de la parte industrial. “Obviamente le tuve que pedir dinero prestado a mi mamá, pero obviamente como un préstamo, y de ahí nos empezamos a conjugar, primero como uno, y luego como dos fondos. Uno de venture capital, o capital de riesgo cuasi emprendedor, y otro de inversión inmobiliaria. Tenemos muchos socios, no es negocio familiar.”

También invirtió en el negocio de la energía solar, con Solartec. “Todas tenían esta identidad, productos que no fueran intensivos en mano de obra, que generaran mucho valor, en mercados que pudiéramos defendernos en caso de tener importaciones, y tener la capacidad de exportar, y que supiéramos que iban a crecer a la larga.”

─¿Eso lo aprendiste en la escuela?

─¡A fregadazos! A las patadas, todo a las patadas. En ningún lugar te lo dicen. Si hubiera una receta, de cómo debes de llevar una organización, o cómo una serie de negocios, yo creo que más de una persona la leería y más de una persona la haría. La verdad es el estilo de cada quien y como tengas la capacidad de ejecutar el estilo.

Construyeron la primera planta de Solartec y comenzaron con las adquisiciones, entre éstas una fábrica de palomitas de maíz para microondas. “Casi casi me atrevería a decirte que todo lo que no es Act II, que es la que más vende, es nuestro. Todas las que tú ves en la Comercial, en Walmart, en Costco, puras marcas propias. El modelo es bastante simplista en ese sentido. La verdad es que las adquisiciones que hemos hecho son empresas a las que les vemos la visibilidad de largo plazo, que no necesariamente tienen el mejor balance. Creo que uno de los valores que podemos dar, además de la parte de capital, es mejorar el equipo administrativo. Son empresas buenas, con no tan buenos balances.”

Dice que su negocio favorito es el del día, es el emocionante, el de la adrenalina.

Nemesis lo dedica a los negocios inmobiliarios, en tres tipos: industriales, que son arrendamientos industriales, parques industriales; negocios residenciales, construcción y venta de vivienda vertical en su mayoría, y centros comerciales o edificios de oficinas.

─¿Querías comprar todas las propiedades de las vivienderas en problemas, como GEO?

─Todo lo que se pueda comprar, todo lo que se pueda comprar que esté en nuestro nicho. Lo que pasa es que esas compañías tienen muchos productos que no les generaban margen, entonces nosotros podemos comprar lo que genera margen, que es lo que hemos hecho con diferentes compañías. Ya hemos ejecutado varias; algunas están muy complicadas. En la mayoría tenemos contratos de confidencialidad, pero en algunos son muy complicadas, muy sofisticadas, en el sentido de que la obra está a medias, le deben a proveedores, le deben al banco y tienen clientes adheridos. Ésas han sido nuestra especialidad, ésas son la especialidad de la casa.

Gustavo Tomé dice que el negocio inmobiliario le encanta, porque mucho de lo que sabe hacer se basa en administración de riesgos.“Trato de entender qué riesgo podemos y el que no debemos tomar.”

Pero no nada más agarran las oportunidades; también compran terrenos, contratan obreros y venden sus departamentos. “Después tenemos el otro fondo, DaVinci, que lo hemos migrado, para que no sólo sea capital emprendedor, sino que además sea fondo de capital de riesgo, y hacemos la operación como la de Liberbank.”

Dice que para entenderlo un poco, hay que fijarse en la historia de su empresa Solartec, que se va a Bélgica y luego a Alemania a adquirir tecnología.

Pronto, adelanta, anunciarán una nueva compra que se suma a ese negocio. “La historia se va armando rara, porque compramos una planta de celdas que necesitaba obleas, luego compramos una planta de obleas, y luego nos dimos cuenta que era más negocio venderle oblea a los de semiconductores que a los de celdas solares, entonces estamos abriendo el negocio de semiconductores”. Quizá, señala, acaban produciendo semiconductores en lugar de celdas solares.

“Así vamos haciendo negocios, ante las oportunidades”, dice Tomé. “Las vamos buscando y las vamos encontrando.”

La lógica del físico

El físico del ITSEM dice que se está dando cuenta de que es bueno en tiempos de crisis. “Si tú ves nuestro periodo más expansivo, ha sido del 2007 a la fecha, y es el periodo de la crisis más profunda que me ha tocado en mi vida adulta. No sé si me vaya a tocar otra así, pero seguramente va a haber más crisis.”

Dice que les falta estar a prueba cuando el mundo esté en crecimiento, porque en ese momento tendrán que cambiar sus lógicas de inversión.

“Ahorita estamos atendiendo en México cuatro lógicas de inversión muy claras, muy precisas: crecimiento de la clase media; hay un resurgimiento de la capacidad industrial del país; va a haber un cambio, dada la reforma energética, y estamos dándonos cuenta de que hay oportunidades debido al crimen organizado, porque el crimen está haciendo que las ciudades se conformen de manera diferente, y eso son oportunidades.”

Sus empresas dan cuenta de esta lógica, al igual que su interés en la compra de plantas que fabrican garrafones de plástico para el agua y el desarrollo de más vivienda vertical de lujo. También está invirtiendo en el desarrollo de tecnología. Tiene dos empresas de software que tienen al menos cuatro clientes grandes.

¿El tiburón?

En mayo, los medios españoles informaron que inversores mexicanos controlarán 8% de Liberbank. El diario económico español Cinco Días explicó que Cajastur, Caja Extremadura y Caja Cantabria vendieron 16.8% de Liberbank por unos 215 millones de euros (mde).

“Deutsche Bank, coordinador de la operación, ha hecho los deberes y ha buscado inversores del otro lado del Atlántico interesados en entrar en el capital de la banca española”, contaba desde Madrid el diario. “Dos grupos mexicanos, junto con la familia asturiana Masaveu, han adquirido 174 mde, de forma que controlarán alrededor de un 12% del banco que preside Manuel Menéndez.”

Cinco Días cuenta que los mexicanos entraron con DaVinci Capital e Inmosan.

“Inmosan agrupa a inversores mexicanos liderado por Ernesto Tinajero, fundador de Cablecom, telecom que vendió en agosto del año pasado a Televisa por unos 7,000 millones de pesos (unos 400 mde)”, dice Cinco Días.

Gustavo Tomé me dice en ese sentido durante la entrevista: “No me vayas a poner como en España, que me dicen ‘tiburón’; cuál tiburón, si los señores me vinieron a ofrecer.”

Dice que es muy sencillo lo que hizo en el viejo continente.

Hay bancos muy buenos, muy exitosos aquí en México, recuerda. De hecho, dice que aquí hay un banco más o menos del tamaño de Liberbank, que tiene presencia nacional.

“Ese banco si tú lo compras hoy en la bolsa está entre tres y cuatro veces valor en libros. De lo que realmente vale el banco, el mercado dice que vale tres o cuatro veces más. Yo no sé si eso es caro o es barato, y mucho es la prospección de crecimiento y demás”.

Tomé continúa hablando de la operación que hizo que muchos voltearan a verlo como el mexicano capaz de desembolsar decenas de mde de golpe:

“Compramos a 60 centavos valor en libros, si el banco valía 100, nosotros pagamos 60. Y a qué le estás jugando, oye, yo no sé si los bancos en España van a valer tres o cuatro veces más su valor en libros, pero yo si sé que un peso vale un peso, y que un euro vale un euro, y que lo mínimo que va a pasar es que los 60 centavos se van a hacer uno, y si todo sale bien, pues el número estable del valor de un banco es entre 1.4 veces y 1.8 veces, en el mundo. Entonces, oye, quiere decir que nosotros podemos multiplicar por tres nuestra inversión. En cuánto tiempo, pues en el tiempo que el mercado considere razonablemente que el tema de la crisis bancaria española está por atrás. Entonces sí, sí hay maneras de triplicar el dinero en un año”.

¿Eso no es ser un tiburón?


No, eso es ser visionario. No, ni siquiera visionario, eso es ser aventado. Porque así también el banco puede quebrar mañana.

evolución

El fósil que reescribió la historia de la evolución


BBC Mundo - ‎ ‎noviembre‎ de ‎2014
Hace cuarenta años, una mañana de domingo a fines de noviembre de 1974, un equipo de investigadores estaba excavando un sitio remoto de la región de Afar, en Etiopía.

Durante un reconocimiento del área, el paleoantropólogo Donald Johanson descubrió un pequeño trozo del hueso de un codo.

Inmediatamente se dio cuenta de que era un ancestro humano. Y encontró muchos restos más.

"Cuando miré hacia mi izquierda vi pedacitos de un cráneo, un trozo de mandíbula y un par de vértebras", dice Johanson.

Era evidente que el hallazgo del esqueleto representaba un hito: los sedimentos de la zona tenían 3,2 millones de años de antigüedad.

"Me di cuenta de que era parte de un esqueleto de más de tres millones de años", explica el científico.

Era el homínido más antiguo que se había encontrado.

Más tarde también se supo que era el más completo: el 40% del esqueleto se había preservado.

Por la noche, en el campamento, Johanson puso un casete de los Beatles que había traído y "Lucy in the Sky with Diamonds" comenzó a sonar.

Debido a su tamaño, Johanson creía que el esqueleto era de una mujer.

"¿Por qué no la llamas Lucy?", le dijo alguien.

La sugerencia cayó como anillo al dedo.

"De repente", recuerda Johanson, "ella se convirtió en una persona".

Preguntas

Pasaron unos cuatro años hasta que Lucy fue descrita oficialmente.

Pertenecía a una nueva especie llamada Australopithecus afarensis y era evidente que era uno de los fósiles más importantes nunca antes descubierto.
Lucy pertenece a la especie llamada Australopithecus afarensis.
Pero a la mañana siguiente del hallazgo, la discusión de los investigadores estuvo dominada por una serie de interrogantes.

¿Qué edad tenía Lucy cuando murió? ¿Tenía hijos? ¿Cómo era? ¿Es nuestro ancestro directo, el eslabón perdido en la cadena de la familia humana?

Cuarenta años más tarde, la ciencia está empezando a responder algunas de estas preguntas.

El niño de Taung

Aunque era una nueva especie, Lucy no fue el primer Australopithecus hallada. Fue el niño de Taung, un cráneo fosilizado de un niño joven que vivió hace cerca de 2,8 millones de años en Taung, en el sur de África.

Fue hallado en 1924 y analizado por el anatomista Raymond Dart. Dart se dio cuenta de que pertenecía a otra especie que llamó Australopithecus africanus.

"Supe con una mirada que lo que tenía entre mis manos no era un cerebro antropoide común y corriente (...). Era la réplica de un cerebro tres veces más grande que el de un babuino y considerablemente más grande que el de un chimpancé adulto", dice.

Sus dientes eran más parecidos a los de un ser humano que a los de un simio. Dart concluyó también que podía caminar erguido, como un humano, porque parte de su cráneo -donde se junta la espina dorsal con el cerebro- tenía forma humana.

El niño de Taung fue el primer fósil que nos dio una pista de que los humanos se habían originado en África.

Pero cuando Dart publicó su análisis, fue muy criticado. En ese momento, se pensaba que Europa y Asia habían sido cruciales para la evolución humana.

Mandíbula robusta y brazos largos

Cuando apareció Lucy, los antropólogos aceptaron que los Australopitecinos eran seres humanos tempranos, no solo simios.

¿Cómo era Lucy? Ésta fue una de las primeras preguntas que surgió.
El hallazgo le dio peso a la teoría de que nuestra evolución no fue linear.
Su cráneo, mandíbula y dientes eran más como los de un simio que las de otros Australopithecus.

El lugar donde estaba encajado el cerebro era muy pequeño, no mayor que el de un chimpancé.

Tenía una mandíbula robusta, una frente pequeña y brazos largos y colgantes.

Johanson se dio cuenta de inmediato de que caminaba erguida por la forma y posición de su pelvis.

Sus rodillas y tobillos también reflejaban que caminaba en dos pies.

Esto reforzó la idea de que el caminar erguido fue una de las presiones selectivas que empujó a la humanidad hacia adelante.

Caminar, un rasgo exclusivamente humano

Los primeros homínidos no necesitaron un cerebro más grande para alejarse evolutivamente de los simios.

La potencia cerebral adicional llegó recién un millón de años más tarde con la aparición del Homo erectus.

Aunque el cerebro más grande sería importante más tarde, el caminar es uno de los rasgos que nos hacen exclusivamente humanos.

Pero, también, Lucy pasaba tiempo en los árboles.

Y puede que ello la impulsara a caminar como una forma de acercarse a las ramas que eran demasiado flexibles para subirse a ellas.

Cambio en la dieta

Se desconoce por qué Lucy dejó la seguridad de los árboles para desplazarse por el suelo.

Una teoría es que pudo haberlo hecho para buscar comida, dice Chris Stringer, del Museo de Historia Natural de Londres.

En la misma línea, evidencia reciente indica que se produjo un cambio en la dieta de los Australopitecinos.

La dieta de varias especies -según evidencia hallada en restos preservados en dientes de homínidos-, incluida la de Lucy, comenzó a expandirse hace 3,5 millones de años.

Además de frutas, comenzaron a comer pastos y juncos y, posiblemente, carne.

Esto les pudo haber permitido viajar y moverse de forma más eficiente en un ambiente cambiante.

¿Cómo procesaban esta comida? Otras especies más tardías, como el Homo erectus, usaban herramientas simples, pero no se han encontrado herramientas tan antiguas.

No obstante, en 2010, se hallaron huesos de animales con marcas que parecen haber sido hechas por herramientas de piedra.

Esto podría indicar que Lucy y sus parientes empleaban herramientas de piedra para comer carne.

En sociedad

Según fósiles hallados en Hadar, Lucy parece haber vivido dentro de un grupo social pequeño.

Ella era pequeña en comparación con los hombres de su especie. Esto ha llevado a pensar que su sociedad estaba dominada por hombres.

Pudo haber sido una sociedad polígama, como los grupos de gorilas hoy día.

Por lo general, los machos son considerablemente más grandes en especies donde un macho controla a varias hembras.

Punto intermedio

También parece que la infancia de Lucy fue más corta que la nuestra y que tuvo que valerse por sí misma desde pequeña.

Sabemos que era adulta porque tenía muelas de juicio y sus huesos estaban fusionados.

Pero, a diferencia de los humanos modernos, parece haber crecido hasta alcanzar su tamaño muy rápido. Murió a los 12 años, y su cerebro alcanzó su tamaño final más rápido que el nuestro.

En síntesis, Lucy era algo a mitad de camino entre los simios y los humanos.

¿Dónde se ubica entonces en nuestro árbol genealógico?

Al parecer, Lucy no nos remonta a nuestros ancestros comunes con el chimpancé como se pensaba.

Los últimos estudios genéticos indican que nos separamos de los chimpancés mucho antes, quizá incluso hace 13 millones de años.

De ser así, Lucy llegó bastante tarde en la historia de la evolución humana.

Excavaciones

Sin embargo, un problema aún mayor en torno a la idea de que el A. afarensis es nuestro ancestro directo es que nuestro linaje es bastante complicado.

Hubo muchas especies de homínidos tempranos -se han encontrado al menos 20- que vivieron codo a codo y probablemente se mezclaron.

Lo que no sabemos es cuáles dieron lugar al Homo sapiens y cuales, desde el punto de vista de la evolución, llegaron a un punto muerto.

Pero Tim White, investigador de la Universidad de California, en Estados Unidos, cree que la especie de Lucy sigue siendo el mejor candidato a ancestro directo, aunque considera que hace falta hallar más evidencia fósil de ese período.

"Confío en que encontraremos fósiles de ese intervalo, porque sé que en Etiopía hay ya cuatro áreas de estudio con sedimentos con fósiles de esa época", afirma White.

El descubrimiento de Lucy marcó un punto de inflexión en nuestro entendimiento de la evolución humana.

Incluso hoy, científicos continúan aprendiendo gracias a ella.

La contribución de Lucy

En opinión de Johanson, su contribución más importante fue la de impulsar una ola de investigaciones que dio como resultado el descubrimiento de muchas nuevas especies, como el Ardipithecus y el A. sediba.

Gracias a todos estos descubrimientos sabemos ahora que el proceso evolucionario que culminó en nosotros no fue lineal.

Hubo variaciones y experimentación en el camino, y muchas especies acabaron extinguiéndose, como el hombre de Neanderthal.

Como todos los años, el equipo de Johanson pronto comenzará a excavar en la región de Afar de Etiopía, cerca de donde fue hallada Lucy.

Es posible que encuentren más fósiles. Pero aunque no los encuentren, desde 1974 han aparecido muchos fósiles más completos y más antiguos que Lucy.


Sin embargo, no hay duda de que Lucy ya tiene asegurado un lugar en la historia de la evolución humana.